Del tiempo despu¨¦s del terror (y un v¨ªdeo)
El pasado jueves 2 se inaugur¨® en San Sebasti¨¢n la Casa de la Paz y los Derechos Humanos. En la inauguraci¨®n, el lehendakari, Patxi L¨®pez, subrayaba el valor aleg¨®rico que ten¨ªa el hecho de que el palacio de Aiete, lugar de veraneo durante a?os del dictador Francisco Franco, se remodelara ahora para convertirla en sede de la paz y los derechos humanos. Supone, dec¨ªa, la "met¨¢fora perfecta del triunfo de la democracia sobre la dictadura, de la libertad frente al totalitarismo de antes y de ahora, de la paz frente a la sinraz¨®n... Al igual que la democracia triunf¨® sobre la dictadura, dijo, lo mismo har¨¢ con el terrorismo etarra, con la mentalidad totalitaria que a¨²n nos sigue amenazando en Euskadi". Aiete sigue el modelo de la transformaci¨®n del famoso campo de congresos nazi en Centro de Documentaci¨®n en N¨¹remberg en 2004 (para el an¨¢lisis de la propaganda ceremonial del r¨¦gimen, Fascinaci¨®n y Terror), y de tantos otros en Alemania, que buscan la confrontaci¨®n cr¨ªtica con el nazismo, tanto en las ideas como en la est¨¦tica.
Se hace urgente recoger en una Fundaci¨®n la memoria de las v¨ªctimas de ETA
?se es nuestro tiempo, el de la memoria sobre el terror, en el que debemos empe?arnos y sobre ello quisiera "conversar" (escribir, esperando el posterior parrafeo entre lectores).
Dos d¨ªas despu¨¦s, el 5 de septiembre, me llegaba un mensaje: "X cierto, q ha pasado con ETA? Otro alto fuego? ...?". Al que respond¨ªa: "Otro; t¨² dices. Parece recuerdan pueden matar". Es el tiempo viejo que nos atropella. Zapatero ha respondido bien y claro: s¨®lo cabe dejar las armas "para siempre". Lo ha hecho el consejero de Interior al recomendar no dejarse enredar en esa madeja. Y la gente: pocos nos hemos interesado gran cosa por ello, era m¨¢s de lo mismo.
Un par de comentarios al hilo, antes de volver a lo nuestro. Si a esa pobre escenograf¨ªa, con sus capuchas y boinas, del v¨ªdeo de ETA entregado a la BBC han respondido, del presidente del gobierno abajo, todos, no es porque anuncie un "alto el fuego" ("eraso ekintza armaturik ez") sino porque exhibe, contra lo que dicen, su capacidad de matar. Porque, como la mafia, su poder, su capital pol¨ªtico lo obtiene del uso brutal de la violencia, algo inadmisible para la democracia, para la libertad. Y el comunicado era insuficiente, claro, porque se debe, y hoy se puede, exigir su descapitalizaci¨®n completa, el cese total de la amenaza; su renuncia plena a la violencia.
Tambi¨¦n la izquierda abertzale echa mano de ese poder amenazador de ETA para vincular la "tregua" con su estrategia pol¨ªtica al reclamar al Gobierno su legalizaci¨®n ante las elecciones municipales. Paz coyuntural por legalizaci¨®n. De la violencia obtiene ETA su capital pol¨ªtico; ?tambi¨¦n Zutik Euskal Herria? Es algo sobre lo que Rufi Etxeberria y compa?¨ªa deber¨¢n meditar.
Mientras, la unidad ha sido ejemplar. (Tal vez I?igo Urkullu debiera ensayar con otro vocabulario menos militar y m¨¢s penal, como corresponde. No llamar "acciones de aprovisionamiento" al tr¨¢fico de armas, atracos, etc., ni "captaci¨®n de informaci¨®n sobre objetivos puntuales futuros" a la colaboraci¨®n para el asesinato.) La preterici¨®n de la noticia a las segundas partes y a los interiores de los peri¨®dicos, es esperanzador. A las gentes nos ha dejado fr¨ªos e inquietos. Ni alegr¨ªa ni atenci¨®n. Alguna preocupaci¨®n s¨ª, pues puede ser la coartada para un asesinato a cometer. Amenazan, como digo, con usar la violencia. As¨ª lo entendemos todos y no nos gusta ni nos sorprende.
Volviendo a la Casa de la Paz de Aiete, tal vez pudiera incardinar las labores del tiempo despu¨¦s del terror. Euskadi no es tan grande como para multiplicar iniciativas. Sus intenciones resultan loables. Pero falta, creo yo, conversaci¨®n, definici¨®n y trama institucional.
Memoria, aliento moral, libertad, convivencia, son palabras hermosas que se proponen desde San Sebasti¨¢n. Anuncian el nuevo tiempo que nace tras el terror (y al que ya se han incorporado sectores de la vieja Elkarri remisos antes a romper con el ecosistema de ETA). En muchos aspectos, Euskadi es ahora un pa¨ªs diferente al extorsionado por ETA. Todo ese tiempo miserable ha desacreditado las viejas creencias que articulaban antes el pa¨ªs. Es preciso iniciar un amplio programa civil que, aprovechando este sano impulso post, d¨¦ cuenta del nuevo estado de cosas.
El pa¨ªs cuenta para ello con actores en la vida p¨²blica (Gesto, Asociaciones de V¨ªctimas, Bakeaz,...), que, sin esperar ni ce?irse a las instituciones, pueden iniciar un debate que busque explicar las actuales corrientes contrarias a los viejos "absolutos", naci¨®n, revoluci¨®n, religi¨®n (Nostalgia del absoluto, George Steiner) y partidarias de f¨®rmulas pragmatistas.
En segundo lugar, se hace cada vez m¨¢s urgente formar una Fundaci¨®n que recoja sistem¨¢ticamente los testimonios y la memoria de las v¨ªctimas de ETA. Existen modelos en los que inspirarse: la Fundaci¨®n Topograf¨ªa del Terror de Berl¨ªn, el Centro de Documentaci¨®n de N¨¹remberg, los Museos de la V¨ªa Tasso y el de la Intoleranza ¨¦ del Esterminio en Roma, o el Institut d'Histoire du Temps Pr¨¦sent en Par¨ªs. Para ello resulta crucial la colaboraci¨®n con la UPV/EHU iniciada por la Casa de la Paz.
Finalmente, como forma de divulgaci¨®n de este nuevo conjunto de ideas, es tiempo de llevar tambi¨¦n al terreno est¨¦tico la confrontaci¨®n cr¨ªtica con el terror (franquista y de ETA). Alemania (Ministerio del Aire o Olympiagel?nde en Berl¨ªn, Centro de Documentaci¨®n en N¨¹remberg, etc.) ha experimentado mucho en esa direcci¨®n. Tambi¨¦n en el pa¨ªs hay modelos de los que aprender (Laocoonte devorado, en Artium, Vitoria-Gasteiz). La Casa de la Paz y los Derechos Humanos de San Sebasti¨¢n puede, si no incardinar, s¨ª coadyuvar al esfuerzo.
Javier Ugarte es profesor de Historia Contempor¨¢nea de la UPV-EHU.
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