Especie urbana en peligro de extinci¨®n
Madrid ha perdido el 30% de las cabinas telef¨®nicas en los ¨²ltimos cuatro a?osEl n¨²mero de llamadas por cabinas disminuye a un ritmo del 20% cada a?o - El locutorio y el vandalismo agravan el declive
Si no fuera porque el Estado obliga por ley a Telef¨®nica a colocarlas y mantenerlas, no habr¨ªa posiblemente m¨¢s que unas decenas. Y es que la cabina es una ruina. La prueba de esta decadencia es que en los ¨²ltimos cuatro a?os han desaparecido de las ciudades de la Comunidad de Madrid el 30% de los tel¨¦fonos p¨²blicos, pasando de 6.016 a finales de 2005 a 4.154 a finales de 2009. El fen¨®meno es general. Si a finales de los noventa hab¨ªa 100.000 cabinas en todo el territorio nacional, hoy apenas sobreviven 40.000.
Seg¨²n los estudios de Telef¨®nica, el usuario tipo es una persona en tr¨¢nsito: turistas, estudiantes e inmigrantes, con edades comprendidas entre los 18 y 30 a?os, espa?oles en su mayor¨ªa, seguidos por los sudamericanos. M¨¢s de un tercio de sus usuarios afirman preferirlas a los m¨®viles por el precio de las llamadas, porque no necesitan bater¨ªa y siempre tienen cobertura.Pese a ese p¨²blico fiel, su uso est¨¢ en franca decadencia. El n¨²mero de llamadas disminuye a un ritmo de un 20% cada a?o. Actualmente, se cursan menos del 70% de las llamadas y minutos que se realizaban en 2002. Ni el aumento espectacular del n¨²mero de inmigrantes en los ¨²ltimos a?os ni las nuevas funcionalidades de las cabinas, como enviar SMS o la recarga de tel¨¦fonos m¨®viles -el 25% de los tel¨¦fonos de Madrid son de nueva generaci¨®n- han detenido el declive.
Las empresas dicen que el servicio es una ruina y no quieren explotarlo
Telef¨®nica asegura que gasta un mill¨®n de euros al a?o solo en reparaciones
Su gran enemigo es el m¨®vil. M¨¢s de 5,1 millones de abonados empadronados en la Comunidad tienen contratada una l¨ªnea m¨®vil, lo que supone un 80% de la poblaci¨®n. Si se le suma los abonados de prepago, la penetraci¨®n es superior al 100%, es decir, que hay m¨¢s de un m¨®vil por habitante. Por el contrario, el n¨²mero de tel¨¦fonos p¨²blicos, incluyendo tambi¨¦n los que est¨¢n en dominio privado (hoteles, estaciones, bares, hospitales, centros educativos, etc¨¦tera), ascend¨ªa a finales de 2009 a 6.039, es decir, 0,9 tel¨¦fonos por cada 1.000 habitantes, lo que lo sit¨²a por debajo de la media nacional (1,3 tel¨¦fonos / 1.000 habitantes), seg¨²n datos de la Comisi¨®n del Mercado de las Telecomunicaciones (CMT).
El otro competidor natural es el locutorio. Su n¨²mero no ha hecho m¨¢s que crecer, y la instalaci¨®n en algunos de ellos de puestos de Internet preparados para hablar por Skype y otros programas de conversaci¨®n por la Red hacen inviable la competencia de la cabina.
Consecuentemente con la ca¨ªda de la popularidad de las cabinas, su rentabilidad ha ido en picado. M¨¢s de un tercio son deficitarias, es decir, sus ingresos no cubren los gastos de mantenimiento. El vandalismo y los robos agravan la situaci¨®n. Telef¨®nica estima que los hurtos y la reparaci¨®n de las cabinas le cuesta al a?o alrededor del 10% de la recaudaci¨®n que obtiene. Solo por el destrozo de las cabinas se gasta un mill¨®n de euros, aunque la operadora no facilita datos de facturaci¨®n por comunidades aut¨®nomas.
Las cabinas son una ruina y ninguna empresa est¨¢ interesada en explotarlas. La antigua Retevisi¨®n instal¨® algunas en sitios como el Parque Warner, pero retir¨® la mayor¨ªa. Tan solo se han recibido peticiones de empresas distintas de Telef¨®nica en las arterias tur¨ªsticas de la ciudad como el eje paseo del Prado-Recoletos-Castellana o la Gran V¨ªa.
Telef¨®nica tampoco tiene ning¨²n inter¨¦s en este negocio, pero el Ministerio de Industria le obliga a prestarlo en virtud del llamado servicio universal de telecomunicaciones, que garantiza por ley a los ciudadanos unos servicios m¨ªnimos de telecomunicaciones.
La operadora ha pedido que, al menos, se le exima de la obligaci¨®n de que las cabinas funcionen con monedas en lugar de con tarjetas de prepago o con tarjetas de cr¨¦dito como en la mayor¨ªa de los pa¨ªses del entorno como Francia o B¨¦lgica, para disuadir de destrozos y de robos, y por el alto coste de la recogida de monedas. Adem¨¢s, desde hace unos a?os, las cabinas tienen que estar preparadas para dar cambio para evitar que la cabina se trague las monedas independientemente del coste de la llamada. Por cada cabina inspeccionada que incumpla la norma, la empresa puede ser sometida a multas de 3.000 euros.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.