"Parece que aqu¨ª te miran con ojos m¨¢s inteligentes"
El bailaor Israel Galv¨¢n introduce el flamenco en el teatro de La Abad¨ªa
"Me gusta bailar para personas que no han visto nada de flamenco ni de danza, me siento mucho m¨¢s libre". El bailaor Israel Galv¨¢n (Sevilla, 1973), premio Nacional de Danza 2005 en la modalidad de Creaci¨®n, es el primer bailar¨ªn/bailaor que pisa las tablas del teatro de La Abad¨ªa. Adem¨¢s, lo hace para inaugurar la temporada. Empieza esta noche, con La edad de oro, pero se queda cuatro d¨ªas. El s¨¢bado y el domingo bailar¨¢ Solo.
Los dos son espect¨¢culos de peque?o formato, pulidos y modificados despu¨¦s de algunos a?os y que muestran, de diferentes maneras, la esencia del bailaor. "El ofrecimiento ha sido del teatro", explica Galv¨¢n. "Creo que vieron que representan mis diferentes formas de bailar. La edad de oro es un espect¨¢culo m¨¢s tipo concierto y Solo es m¨¢s teatral".
"En 'Solo' tienes que intentar que a la gente no se le vaya el hilo"
David y Alfredo Lagos le acompa?an en 'La edad de oro'
Hijo de bailaores, Galv¨¢n creci¨® en la ortodoxia flamenca. Y sin embargo, describir su arte es siempre dif¨ªcil: ha creado un estilo a partir de descuartizar la tradici¨®n. Admira a los cl¨¢sicos, Vicente Escudero, Mario Maya o Farruco, y de ellos ha tomado poses, estilos, intenciones. Pero su personal tamiz los disecciona y transforma. A Galv¨¢n le gustan los perfiles, las pausas y los silencios tanto como un zapateado el¨¦ctrico o un braceo marcado por el cante o la guitarra. Los elementos que le definen son muy imitados hoy por la generaci¨®n m¨¢s joven, pero a muchos les sigue pareciendo raro.
Tampoco busca argumentos c¨®modos para sus montajes, en los que, hasta ahora, ha combinado la est¨¦tica y la metaf¨ªsica: Arena, alrededor del mundo del toro; La metamorfosis, inspirado en Kafka, o El final de este estado de cosas, Redux, nacido del Apocalipsis, son algunas de sus expresiones.
A La Abad¨ªa viene, primero, con un homenaje al flamenco, La edad de oro, acompa?ado por Alfredo y David Lagos, dos m¨²sicos j¨®venes jerezanos, hermanos, y poseedores de unas esencias tan viejas que hacen m¨¢s fuerte el contraste con el baile. La m¨²sica tiene especial relevancia en un montaje que, seg¨²n explica ¨¦l mismo, naci¨® del resentimiento por ser relegado, en un festival, a una sala dedicada a lo m¨¢s experimental. "Me dije: vamos a hacer una cosa que va a ser rara, pero a la vez, lo m¨¢s jondo".
La segunda parte del cartel es Solo. "Es como estar en mi local ensayando y que me miren por el ojo de una cerradura", explica. "Es un trabajo muy ansioso, porque tienes que intentar que a la gente no se le vaya el hilo de lo que est¨¢s haciendo, y que no sea simplemente una sucesi¨®n de pasos". No hay m¨²sica, "yo soy percusionista con el cuerpo, es una sinfon¨ªa corporal y de zapateado", aunque s¨ª hay cuerpo de baile: "Mis bailarinas son cinco sillas, que forman parte de la sonoridad".
Madrid ha tenido mucha presencia este a?o en el mapa del bailaor. Galv¨¢n es uno de los flamencos m¨¢s solicitados en festivales y teatros extranjeros (este mismo verano ha estado en Weimar, Avi?¨®n, Roma, el Veneto, y, por primera vez para un espa?ol, en el Th¨¦?tre de la Ville de Par¨ªs), pero en 2010 ha visitado la ciudad con propuestas muy diferentes. "Tengo el recuerdo de cuando era chico y ven¨ªa a acompa?ar a mi padre a Madrid", explica. "?l ven¨ªa a bailar al programa de TVE Gente joven, y para m¨ª era venir a la capital, a la gran ciudad. Parece que aqu¨ª te van a mirar con ojos m¨¢s inteligentes".
Aqu¨ª estuvo en julio como profesor, para dar unas master class, y en junio con su personal visi¨®n del Apocalipsis, dentro del festival de flamenco de la Comunidad de Madrid. Y en enero particip¨®, junto a Sol Pic¨® e ?gor Yebra, de una experiencia ¨²nica en el Teatro Circo Price: una mezcla de lucha libre y baile. Galv¨¢n se bati¨® con un boxeador-cantaor y la personal lucha libre de Bobote, El¨¦ctrico, El Dientes, El Turco y Caracaf¨¦, Los Tres Mil, sus palmeros. "Creo que mucha gente me ha conocido a partir de ah¨ª", recuerda. "Me sent¨ª muy circense, un saltimbanqui, o un payaso, y creo que todos nos sentimos as¨ª, se nos solt¨® la vena c¨®mica".
Aquella creaci¨®n le gust¨® tanto que ahora le ronda en la cabeza un proyecto en el que quiere incluir parte de aquello. "Ahora se me apetece hacer un espect¨¢culo que re¨²na todas las experiencias que he tenido durante varios a?os, como si fuera un viaje, con las personas que me he encontrado", explica. "En Madrid me encontr¨¦ con un cantaor que antes fue boxeador; en Sevilla he trabajado con un gaitero...". Algo, dice, m¨¢s terrenal. "La idea es hacer un viaje por Espa?a, un viaje real, no metaf¨ªsico, un encuentro con la persona". Despu¨¦s de haber bailado con sillas, tablas, mesas y hasta un ata¨²d, Galv¨¢n quiere ahora hacerlo con personas, algo que, dice no ser¨¢ f¨¢cil. "Yo todav¨ªa me estoy encontrando con mi personalidad bailando, creo que todav¨ªa no he conseguido algunos estados, me viene un momento m¨¢s sobrio, m¨¢s reflexivo, m¨¢s normal".
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.