"Me arrepiento de haber dejado los estudios"

Manuel Mena (28 a?os) dedic¨® una ma?ana de 2001 a buscar trabajo. Visit¨® varias obras de Sevilla para entregar su tarjeta profesional y ofrecerse como gruista. Empez¨® a las ocho y acab¨® a las dos. Seis horas que le sirvieron para que no le faltara empleo durante nueve a?os. "Estando trabajando me sal¨ªan contratos nuevos con mejores sueldos. No exist¨ªan gruistas suficientes para todo el trabajo que hab¨ªa", recuerda ahora al otro lado del tel¨¦fono, sentado en una terraza de Yverdom-les-Bains, el municipio de Suiza al que emigr¨® cuando en 2008 la burbuja inmobiliaria le estall¨® en la cara. "De ganar 2.000 euros al mes y pagar 500 de hipoteca pas¨¦ a cobrar 400 y tener que pagar 920", cuenta.

"La recolocaci¨®n de estos j¨®venes pasa por la formaci¨®n", advierte un experto

Manuel pas¨® de ganar 2.000 y pagar 500 de casa, a cobrar 400 y pagar 920

El perfil de Manuel es el de los m¨¢s azotados por la crisis: j¨®venes que abandonaron las aulas antes de tiempo, encontraron empleo y dinero en la construcci¨®n y ahora se han quedado sin trabajo y con pocos (o ning¨²n) certificado acad¨¦mico que le ayude a encontrar otro empleo. Seg¨²n datos de la Encuesta de Poblaci¨®n Activa (EPA), entre 2007 y 2009 el paro se ha cebado con la poblaci¨®n con menor cualificaci¨®n: entre las personas que se quedaron en el t¨ªtulo de graduado escolar o en la primera etapa de educaci¨®n secundaria, se perdieron 526.000 puestos de trabajo; de ellos, 398.000 (el 76%) eran j¨®venes menores de 29 a?os. En el caso de los chicos, la p¨¦rdida de empleos se localiza fundamentalmente en la construcci¨®n (casi el 40%).

?Qu¨¦ hacen ahora estos j¨®venes? ?Esperan a que pase el temporal, retoman los estudios, se cambian de sector? Manuel Paz, de 23 a?os, se saca algo de dinero en el campo mientras espera las pr¨®ximas pruebas de acceso al Ej¨¦rcito. Despu¨¦s de nueve a?os trabajando en la construcci¨®n y uno y medio en paro, quiere algo m¨¢s estable. Su idea es, una vez dentro del Ej¨¦rcito, estudiar Bachillerato. "Si solo tienes el graduado llegas a un rango muy limitado", afirma.

El subdirector general de Estrategias de Empleo del Ministerio de Trabajo e Inmigraci¨®n, Alfonso Prieto, cree que "lo l¨®gico" ser¨ªa que los que hace menos tiempo que se han ido del sistema educativo volvieran para completar sus estudios, como m¨ªnimo hasta la Secundaria superior. Y los mayores deber¨ªan reciclarse en ocupaciones que no exijan una cualificaci¨®n elevada. "El problema es que eso cuesta mucho dinero. Y el dinero, que siempre es escaso, ahora es m¨¢s escaso que nunca", asume Prieto.

Seg¨²n Francisco Aranda, presidente de la Asociaci¨®n de Grandes Empresas de Trabajo Temporal (AGETT), la recolocaci¨®n de estos trabajadores pasa "ineludiblemente" por la formaci¨®n. La vuelta a las aulas para retomar la ESO, el Bachillerato o FP es una opci¨®n, aunque la mayor¨ªa busca una ense?anza de ciclo muy corto y f¨¢cil salida. "Son j¨®venes muy motivados para trabajar. En la construcci¨®n ganaban mucho, pero trabajaban de sol a sol".

Rafael Pacheco, Antonio Jos¨¦ Parra y Juan Luis M¨¢rquez madrugaron durante a?os para trabajar en la obra y ahora est¨¢n en proceso de reciclaje. Tienen entre 21 y 24 a?os y asisten a un m¨®dulo de imagen y sonido en una escuela taller de Benalup-Casas Viejas (C¨¢diz, 7.000 habitantes) subvencionada por el Fondo Social Europeo a trav¨¦s de la Junta de Andaluc¨ªa. La semana pasada firmaron un contrato de pr¨¢cticas que les garantiza trabajo durante a?o y medio en actos vinculados al Ayuntamiento a cambio de unos 400 euros al mes (el 75% del Iprem, el antiguo salario m¨ªnimo interprofesional).

"Nunca hab¨ªa pensado dedicarme a esto, pero me gusta", cuenta Juan Luis, que lleg¨® a la construcci¨®n en 2006 "porque era donde hab¨ªa m¨¢s trabajo. Y se ganaba bien", admite. Ahora, aspira a que la formaci¨®n de la escuela taller le sirva para cambiar de sector. "Me arrepiento de haber dejado los estudios. A mi hermana, que empieza 1? de Bachillerato, se lo digo claro: que no sea tonta y aproveche la oportunidad. A m¨ª me gustar¨ªa estar en su lugar".

David L¨®pez dirige la escuela taller a la que acuden Juan Luis y sus compa?eros y recuerda c¨®mo, hace apenas tres a?os, no era raro saber de padres del pueblo que le dec¨ªan a sus hijos: "?Para qu¨¦ vas a seguir estudiando si no se te da bien y trabajando en la obra puedes ganar 2.000 o 3.000 euros al mes?". "Esa fue una de las mentalidades que tuvimos que cambiar. Les intentamos hacer ver que ya no van a poder trabajar tan f¨¢cilmente y que deben formarse en otras cosas", apunta.

Los programas de formaci¨®n para el empleo que ofrecen las comunidades aut¨®nomas est¨¢n muy orientados a ocupaciones para las que, se supone, ahora hay m¨¢s salidas. Por eso, en los programas de 2010 de la Junta de Andaluc¨ªa se han eliminado todos los cursos que tengan algo que ver con la construcci¨®n. Su testigo lo han tomado sectores como el de la dependencia, las energ¨ªas renovables y el turismo. "Seguimos de cerca la evoluci¨®n del mercado para irnos adaptando", explica Andr¨¦s S¨¢nchez, director general de Formaci¨®n del Gobierno andaluz. Pero Alfonso Prieto, el subdirector estatal de Estrategias de Empleo, teme que estas ocupaciones muy espec¨ªficas que ahora emergen tambi¨¦n se saturar¨¢n m¨¢s pronto que tarde. Hay que pensar a largo plazo, advierte. "La gran incertidumbre ahora es cu¨¢l es el itinerario que hay que seguir hasta el cambio del modelo productivo. Hay que crear condiciones en las que empiecen a aparecer ocupaciones que requieran nueva mano de obra. Identificar eso es el reto m¨¢s importante que tiene Espa?a. Es donde el pa¨ªs se juega su futuro".