Precariedad, fuente de la eterna juventud
Contratos temporales y sueldos bajos hacen que con 30 a?os se viva como con 18 y se retrase la emancipaci¨®n
Sienten que est¨¢n en el lugar y en el sitio equivocados. Han ca¨ªdo nada m¨¢s empezar a andar. La crisis, que alguna vez creyeron que era cosa de los banqueros, se ha cruzado en su camino y, dos a?os despu¨¦s de hacer saltar los diques de Wall Street, ha llamado a sus puertas y quebrado sus expectativas. Toda una generaci¨®n de j¨®venes espa?oles, azotada por el paro m¨¢s alto de Europa, improvisa un 'plan B' mientras ve c¨®mo se agranda la brecha generacional, c¨®mo el para¨ªso intuido se aleja, c¨®mo empiezan a vivir peor que sus hermanos mayores, c¨®mo se limita su acceso al trabajo, la casa o el coche, c¨®mo se esfuerzan pero no avanzan. Y con ellos el futuro de Espa?a y de su econom¨ªa. En http://www.elpais.com/especial/preparados/se publicar¨¢n m¨¢s reportajes, se organizar¨¢n debates con expertos y se difundir¨¢n v¨ªdeos con testimonios. Los lectores pueden participar enviando su opini¨®n a soyunjovenencrisis@elpais.esy en Eskup, la red social de EL PA?S, hay un espacio abierto al intercambio entre lectores en el que tambi¨¦n intervendr¨¢n los diez periodistas, menores de 35 a?os, que trabajan en la serie.
Marian tiene un contrato de 20 horas semanales pero trabaja 10 al d¨ªa
"No tengo derecho a una baja laboral o de maternidad", dice esta 'mileurista'
Cuando decidi¨® dedicarse a la ciencia, Marian Villa (30 a?os) sab¨ªa que su vida laboral ser¨ªa complicada. Pero nunca pens¨® que tanto. Se dedica a la biomedicina. Estudi¨® biolog¨ªa cinco a?os y se march¨® a Holanda. All¨ª se enter¨® de que le hab¨ªan concedido una beca de investigaci¨®n de cuatro a?os en Valencia, su tierra, y volvi¨®. "Parec¨ªa un sue?o. Pero fue el principio del fin", dice con amargura.
Empez¨® su investigaci¨®n. Tras esa beca consigui¨® otra para seguir con sus experimentos sobre la arteriosclerosis. Otros cuatro a?os. "Ahora gracias a una fundaci¨®n tengo contrato. De 20 horas semanales. Pero en realidad paso en el laboratorio cerca de 10 horas al d¨ªa. Si no, ser¨ªa imposible que mi investigaci¨®n avanzara". Gana unos 1.100 euros al mes.
La precariedad es el origen de muchos de los problemas o de las decisiones que toman ahora los j¨®venes. Sucesi¨®n de contratos temporales o becas, salarios que a menudo no se acercan al mileurismo, falsos aut¨®nomos, pagos en B para esquivar la cotizaci¨®n, contratos que terminan en julio y se renuevan en septiembre... El 42% de los trabajadores entre 20 y 30 a?os tiene un contrato temporal. Y de los temporales es de los que antes prescinden las empresas en tiempos duros.
A Marian Villa se le acaba la beca en diciembre. ?Y entonces? Dice que la empresa privada de biomedicina pr¨¢cticamente no existe en Espa?a. En la investigaci¨®n p¨²blica, lo que tiene ahora es todo lo que hay. "Supongo que solo me queda irme al extranjero, a Estados Unidos, e intentar volver a Espa?a en unos a?os, a ver si entonces me dan otra beca", cuenta resignada. Se siente precaria hasta la m¨¦dula. "No solo por el hecho de cobrar poco. El problema es que vivir de becas y fundaciones impide avanzar como persona. Nadie me dar¨ªa una hipoteca. No tengo derecho a una baja laboral o de maternidad", explica con indignaci¨®n. ?Por qu¨¦ no cambiar de trabajo? "Estoy tan especializada y tan sobrecualificada que no sabr¨ªa hacer nada m¨¢s. Esa es la trampa. Me gusta investigar. Llevo tanto tiempo trabajando por pura vocaci¨®n, que si ahora abandonase sentir¨ªa que los ¨²ltimos ocho a?os han sido un fracaso". Cuando se desanima, recuerda el d¨ªa que present¨® su tesis, hace unos meses. "Inexplicable". Le tiembla la voz. "Tantos a?os de esfuerzo concentrados... ?C¨®mo no va a haber fuga de cerebros?".
Beatriz Picazo tambi¨¦n tiene 30 a?os, pero poco m¨¢s en com¨²n con Marian, aparte de que vive en precariedad continua. Ni se imagina lo de los hijos y la hipoteca. No tiene empleo fijo. Tampoco profesi¨®n concreta. Ha trabajado en una empresa de p¨¢ginas web, de camarera en Londres, de dependienta... Este verano serv¨ªa en un chiringuito de Castell¨®n. "Ahora buscar¨¦ otra cosa", explica. Estudi¨® hasta BUP. "Luego me met¨ª en artes gr¨¢ficas. Pero no me gustaba. Decid¨ª trabajar". Por el camino, hace cursos, muchos del servicio p¨²blico de empleo.
A Beatriz no le queda m¨¢s que aceptar su situaci¨®n y ha adaptado su vida a estas circunstancias. "Las personas de entre 20 y 30 a?os asumen la precariedad laboral como algo natural. No es que sean acr¨ªticos. Es que han dado por hecho que es algo inevitable por lo que tienen que pasar". Es la conclusi¨®n con la que resume Esteban S¨¢nchez Moreno, soci¨®logo de la Universidad Complutense de Madrid, varias de las investigaciones de su equipo. No es cosa solo de j¨®venes sin estudios. Los universitarios, dice, ya saben antes de acabar que los primeros a?os de su vida laboral ser¨¢n una sucesi¨®n de contratos temporales, becas y sueldos bajos.
En las estad¨ªsticas oficiales internacionales, suele catalogarse el empleo juvenil entre 16 y 25 a?os. Pero en la secci¨®n de juventud de UGT hace un tiempo que ampliaron ese concepto hasta los 35 a?os. "Es que vimos que la media de edad de emancipaci¨®n era de 29 a?os", justifica Silvia Sazatornil, responsable del ¨¢rea.
Volviendo a Beatriz, ?cu¨¢nto es lo m¨¢ximo que ha cobrado? "Unos 1.200 euros. Me pareci¨® bien. No tengo grandes gastos. Solo el coche". Es optimista pero reconoce que ha pasado momentos duros. "Hay ¨¦pocas en las que sin trabajo casi no ten¨ªa ni para caf¨¦... Pero valoro la libertad con la que viv¨ªa". Cuando le sale curro, se muda a donde haga falta y comparte piso. Cuando est¨¢ sin nada, vive en una casa de su familia en Paiporta (Valencia). "Pero no permito que me paguen nada". Una vez tuvo un contrato indefinido, pero a los tres a?os renunci¨®. "Estaba en un departamento de compras y se me ca¨ªa el despacho encima". Pero las cosas han cambiado. Ahora, dice, es m¨¢s complicado ir de contrato en contrato.
Esteban S¨¢nchez, el soci¨®logo, no ve rara estas decisiones, que cree que nacen de la precariedad misma: "Cuando una persona encadena becas fraudulentas y trabajos temporales, ?qu¨¦ compromiso con la empresa puede sentir? Ninguno. Con nada relacionado con lo laboral. Esto explica la baja sindicaci¨®n de los j¨®venes".
Marc Carrera, director en Catalu?a del despacho de abogado Sagardoy, cree que la temporalidad bajar¨¢ con la reforma laboral, "porque se bonifican los contratos indefinidos. Es cierto que las indemnizaciones por despido bajan, pero lo que debe primar con un paro juvenil alarmante es que se hagan contratos, aunque haya que renunciar a algo". Sin embargo, los sindicatos y el Consejo de la Juventud no lo ven tan claro. "Lo que hace falta son m¨¢s inspecciones de trabajo, no despidos baratos", dice Ricardo Ibarra, presidente de este ¨²ltimo organismo.
En cifras
- El 42% de los 3.201.200 j¨®venes entre 20 y 30 a?os que trabajan tiene un contrato temporal, seg¨²n el Instituto Nacional de Estad¨ªstica. A menos edad, m¨¢s temporalidad.
- En esa franja de edad, el salario medio es de 15.370 euros al a?o. Hombres y mujeres trabajan en igual proporci¨®n.
- El 44% de los j¨®venes de 25 a 29 a?os tiene un empleo por debajo de su nivel de estudios (seg¨²n datos de la OCDE).
- De los 3.085.600 asalariados p¨²blicos de Espa?a, el 10,6% tiene entre 20 y 30 a?os.
- Dos de cada 10 j¨®venes entre 20 y 30 a?os declar¨® en la ¨²ltima Encuesta de Poblaci¨®n Activa que su contrato durar¨ªa entre cuatro y seis meses. El 15%, entre uno y tres. El 28% no lo sab¨ªa.
- 356.200 j¨®venes que tienen trabajo buscan otro empleo.
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