El 'progreso' de lo 'retro'
Es seguro: Moody's no dar¨ªa dos duros por la capacidad de este art¨ªculo para influir en ustedes. Moody's es el dios retro que, con sagradas calificaciones, decide oficialmente lo que debe importarnos. Su funcionamiento es similar al que signific¨® la alta costura (tambi¨¦n la masculina), que determinaba c¨®mo deb¨ªa ser nuestro vestido: pocos osaban contradecir los dictados de la moda en la d¨¦cada de 1950. Por eso, si Moody's (ente dependiente de poderes econ¨®mico-medi¨¢ticos duros, igual que Christian Dior viv¨ªa del dinero del industrial textil Boussac) se atreviera a apostar por Barack Obama, todo podr¨ªa ser diferente.
Moody's (&co) no est¨¢ por tal labor ni por reconocer que su bricolaje con los prestigios y los s¨ªmbolos de nuestro mundo han sido una monumental pifia, aunque a¨²n se le r¨ªan las gracias. El m¨¦todo Moody's no es nada nuevo (Salvador P¨¢niker deber¨ªa protestar por el mal uso de su teor¨ªa de lo retroprogresivo), sino que se mueve en la corriente agresiva que fuerza el progreso de lo retro global.
La vuelta atr¨¢s ha llevado a un resurgir de fajas, cors¨¦s, cinturas de avispa, tacones de v¨¦rtigo y toda serie de torturas
Lo retro no es otra cosa que el recuperar (plagiar, copiar, reinventar) algo ya visto. Lo retro exhibe nostalgia del tiempo en que la cuadr¨ªcula social era di¨¢fana y el dinero se confund¨ªa con la beneficencia y la democracia. Lo retro oculta la carencia de ideas y el miedo al descubrimiento, mediante la suplantaci¨®n de lo nuevo. Un ejemplo: "Un trust es una instituci¨®n filantr¨®pica creada gracias a la benevolente absorci¨®n de los competidores para salvarles de la ruina, combinada con la conservaci¨®n de los seres humanos y la ingeniosa utilizaci¨®n de los recursos naturales para beneficio de la gente". ?Es esta la ¨²ltima recomendaci¨®n de Moody's? La frase la dijo John D. Rockefeller (1839 y 1937, v¨¦anse Los Rockefeller de Collier y Horowictz; Tusquets, 1987). Moody's revive hoy ese esp¨ªritu: Rockefeller, aunque solo se hable de innovaci¨®n y creatividad, est¨¢ muy vivo, los diarios incluso le llaman Murdoch, un retro de ¨²ltima generaci¨®n.
La moda de lo retro comenz¨® en 1970, tras la revoluci¨®n pop -tapada por el mayo del 68- y no ha desaparecido. Hoy asistimos a su auge, gracias al bricolaje retro medi¨¢tico: hasta el prestigioso Le Monde depende del dinero del marido de Yves Saint Laurent, uno de los inventores del retro. En Londres causa furor un librito, Living dolls, de Natasha Walter. La joven escritora, descrita por la BBC como feminista, observa que el sexismo salvaje vuelve de forma perniciosa a convertir a las mujeres -a trav¨¦s de Internet y de la moda- en mu?ecas vivientes, objetos para el disfrute masculino. ?Vade/Retro? No: retro cl¨¢sico.
Walter ha visto, como muchos, un resurgir (observen revistas de moda y a nuestras j¨®venes presentadoras de televisi¨®n vestidas para matar) de fajas, cors¨¦s, cinturas de avispa, tacones de v¨¦rtigo y una serie de torturas que habr¨ªan encantado a Dior. Woody Allen, en su ¨²ltima pel¨ªcula, recrea el prototipo de living doll en la pareja de un regocijante Anthony Hopkins/viejo verde experimental. Nuestra princesa del pueblo, Bel¨¦n Esteban (derivado subproducto aut¨®ctono de Brigitte Bardot/Claudia Schiffer/etc¨¦tera) encarna perfectamente el culto a la Barbie/parlante que sue?a con ser fil¨®sofa y diputada. Eso es puro retro.
La vuelta atr¨¢s de las mujeres es el sue?o inconfesable de los Moody's boys del planeta. El Frankfurter Allgemeine, un diario alem¨¢n anta?o prestigioso, ha apuntado esta semana a Las mu?equitas de Zapatero, socialistas fashionistas, comparando los consejos de ministros/as con un desfile de modelos. Vicepresidentas y ministras han puesto el grito en el cielo sobre el machismo de tales opiniones. Hay que reconocer que la vicepresidenta De la Vega no ahorra en ropa tan cuidada como llamativa; la conoc¨ª en 1986 y ya vest¨ªa en esa l¨ªnea. S¨®lo faltar¨ªa que no fuera libre para vestir como le diera la gana, pero, desde luego no es una living doll, sino un peso pesado del poder. ?Molesta esto a los que promueven el progreso de lo retro? Mientras tanto, aqu¨ª mismo progresa la tuneladora que se dirige, imparable, a la Sagrada Familia: la conjunci¨®n retro progresiva de este encuentro es parad¨®jica. Y con el Papa en camino. Vade.
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