Los herederos de Dios se rebelan
Los colonos se convierten en el principal obst¨¢culo para la paz con los palestinos
Los colonos israel¨ªes en Cisjordania se han convertido en el principal obst¨¢culo para la paz. Hay muchos m¨¢s obst¨¢culos, evidentemente. Pero hoy expira la prohibici¨®n de construir en los territorios ocupados, impuesta hace 10 meses por Benjam¨ªn Netanyahu, y decida lo que decida el Gobierno, tanto si prosigue el di¨¢logo con los palestinos como si se hunde de nuevo el proceso negociador, los colonos constituir¨¢n el gran foco de conflicto en los pr¨®ximos meses. Son m¨¢s de 300.000 en Cisjordania (y otros 200.000 en Jerusal¨¦n oriental), y en su gran mayor¨ªa est¨¢n seguros de vencer: "Nunca existir¨¢ un Estado palestino", afirma Ron Nachman, fundador y alcalde de Ariel, el asentamiento m¨¢s grande y pol¨¦mico.
Entre los habitantes de los asentamientos hay moderados y fan¨¢ticos violentos
"Nunca habr¨¢ un Estado palestino", dice el alcalde de la colonia de Ariel
Entre los colonos hay de todo. Los hay fan¨¢ticos y violentos, como los que se instalaron en Hebr¨®n en 1968 y han resistido a sangre y fuego, amparados por su fe en que Dios les leg¨® este territorio, por las metralletas que llevan colgadas del hombro y por los soldados que les protegen. Y los hay moderados y pac¨ªficos, como los que residen en la hermosa urbanizaci¨®n de Alfei Menashe (contigua a la ciudad palestina de Kalkilia, con alcalde de Ham¨¢s), gente de clase media y alta que vota a partidos que apuestan por la coexistencia de dos Estados; gente que, llegado el momento, estar¨ªa dispuesta a renunciar a su alt¨ªsimo nivel de vida y, a cambio de una indemnizaci¨®n, emigrar hacia el otro lado de la l¨ªnea verde.
En mayor o menor medida, creen que la empresa sionista no tendr¨ªa sentido si se renunciara a los territorios ocupados, que seg¨²n la Biblia constitu¨ªan el Reino de Jud¨¢, entregado por Dios a la dinast¨ªa de David. Creen que Dios les dej¨® esa herencia. Y la fe de algunos es estremecedora. Taami Zihazay naci¨® en Nueva Jersey (Estados Unidos) y emigr¨® a Gaza para fundar una familia. Cuando Ariel Sharon impuso la evacuaci¨®n de Gaza, en 2005, Zihazay y el resto de los colonos del asentamiento de Netzarim fueron los ¨²ltimos en ceder. Sharon pact¨® con Estados Unidos que las comunidades jud¨ªas en Gaza ser¨ªan disgregadas, pero Zihazay y el resto de su grupo no se separaron y se asentaron en otra colonia, en la cisjordana Ariel, donde viven en barracones y disponen ya del terreno para, quiz¨¢ ma?ana mismo, si no se renueva la moratoria, empezar a construir sus casas.
Taami Zihazay, a¨²n joven, ocho hijos, cree que todo est¨¢ escrito y es inexorable. "?No se dan cuenta de que formamos parte del plan de Dios? Es solo una cuesti¨®n de tiempo, llegar¨¢ el momento en que el mundo comprender¨¢ que el renacimiento del Gran Israel, desde el ?ufrates hasta el Mediterr¨¢neo, desde los suburbios de Damasco hasta Suez, es necesario para la salvaci¨®n de la humanidad, y entonces nos regalar¨¢n los territorios y nos rogar¨¢n que nos instalemos en ellos". Otros prefieren no invocar la Biblia. Ron Nachman, que en 1978 se instal¨® en lo alto de una colina con un par de caravanas para fundar Ariel ("Le¨®n de Dios") y hoy sigue siendo su alcalde, recurre a la historia y a lo que ¨¦l llama pragmatismo para afirmar que "la ocupaci¨®n no existe". "?Ocupaci¨®n de qu¨¦? ?Exist¨ªa aqu¨ª alg¨²n Estado palestino? Mire", explica Nachman, "la ¨²nica soluci¨®n posible consiste en volver a repartirnos Judea y Samaria [la denominaci¨®n b¨ªblica de Cisjordania] con Jordania, igual que entre 1948 y 1967, solo que con la frontera desplazada hacia el este". Y sigue: "?Sabe lo que ocurrir¨ªa si se creara un Estado palestino? Que habr¨ªa cinco. Primero, el de Cisjordania. Segundo, la propia Jordania, cuya poblaci¨®n es mayoritariamente palestina. Tercero, los palestinos emigrados a L¨ªbano. Cuarto, Gaza. Y quinto, los palestinos con pasaporte israel¨ª, que operar¨ªan como quintacolumnistas desde dentro. Ser¨ªa el fin de Israel".
El alcalde est¨¢ convencido de que la soluci¨®n de los dos Estados, la que se busca con las negociaciones, no saldr¨¢ adelante: "Nunca existir¨¢ un Estado palestino".
Nachman ha creado una aut¨¦ntica ciudad con 20.000 habitantes, un colegio que en dos a?os deber¨ªa alcanzar rango universitario, un par de polideportivos y un centro cultural con un modern¨ªsimo teatro cuyas obras concluir¨¢n en semanas. Varios actores de compa?¨ªas de teatro subvencionadas por el Gobierno se negaron a acudir a Ariel para la temporada inaugural, por rechazo ideol¨®gico a los asentamientos. A Nachman le da lo mismo: "?Nos boicotean cuatro izquierdistas? Ning¨²n problema. M¨¢s de 14.000 artistas se han ofrecido como voluntarios".
El alcalde de Ariel, militante del Likud de Netanyahu, sabe que su ciudad, en el coraz¨®n de Cisjordania y a poca distancia de Nablus, impide la viabilidad territorial de un Estado palestino. "Jerusal¨¦n y Ariel son los dos grandes problemas, es cierto", admite. "Pero aqu¨ª estamos y aqu¨ª seguiremos".
A Nachman no le hace falta evocar lo que fue la evacuaci¨®n de Gaza. Arrancar de all¨ª por la fuerza a 7.000 colonos supuso un trauma nacional. ?C¨®mo reaccionar¨ªa la sociedad israel¨ª ante las im¨¢genes de sus propios soldados enfrent¨¢ndose a sus propios conciudadanos? ?C¨®mo ser¨ªa la evacuaci¨®n forzosa de una colonia tan grande como Ariel?
Lo de Gaza fue traum¨¢tico, pero acto seguido Kadima, el partido de Ariel Sharon (que acababa de entrar en coma), obtuvo una rotunda victoria en las elecciones. El electorado aprob¨® la evacuaci¨®n. A eso se agarran los optimistas. Los pesimistas se?alan que eso ocurri¨® antes de que Gaza se convirtiera en feudo de Ham¨¢s y empezaran a llover cohetes sobre el sur de Israel, y que muchos entendieron el gui?o de Sharon: se trataba de deshacerse de Gaza (antiguo reino filisteo) para abrazar definitivamente Cisjordania. Evacuar un territorio que muchos consideran el aut¨¦ntico Israel b¨ªblico y provocar un ¨¦xodo de m¨¢s de 300.000 personas, armadas en su mayor¨ªa, ser¨ªa otra cosa. El riesgo de guerra civil aflora en cualquier conversaci¨®n sobre el tema.
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