Elecci¨®n del entrenador
En los debates que hubo durante las apasionantes semanas del Mundial de Sud¨¢frica sobre el buen hacer de la selecci¨®n espa?ola, nadie sugiri¨® que el entrenador fuese elegido entre los propios jugadores. Si alguien hubiera hecho semejante propuesta habr¨ªa sido descalificado de inmediato. Sin embargo, no extra?a que, en el caso de las universidades p¨²blicas espa?olas, el rector sea elegido por sus propios compa?eros, por los estudiantes y por el personal no docente de la propia instituci¨®n. La raz¨®n principal por la que parece absurdo que el entrenador de la selecci¨®n sea decidido por los propios jugadores se halla en la independencia imprescindible. Lo que cuenta es que logre el mejor resultado posible, incluso la victoria final en un Mundial.
Esta situaci¨®n contrasta vivamente con el modelo de gobierno de la universidad p¨²blica espa?ola y los procedimientos que utiliza para tomar decisiones. Seg¨²n un documento reciente del Ministerio de Educaci¨®n sobre la financiaci¨®n de la Universidad, a la hora de decidir pesa mucho m¨¢s la satisfacci¨®n de intereses internos (mantenimiento del peso de los grupos de presi¨®n, departamentos, colectivos, etc¨¦tera) que la atenci¨®n a las necesidades de la sociedad.
La autonom¨ªa universitaria es indispensable, pero no suficiente. La toma ¨¢gil de decisiones y el gobierno eficiente son esenciales para cualquier buena organizaci¨®n social. Tambi¨¦n deber¨ªa ocurrir as¨ª con las buenas universidades, que en tama?o y complejidad son comparables con las grandes empresas. Sin embargo, el gobierno de los campus es alambicado y poco resolutivo, determinado por normas legales que lo coartan, y que parecen redactadas con desconfianza respecto al trabajo y capacidad de los universitarios. Adem¨¢s, los ¨®rganos de gesti¨®n est¨¢n integrados mayoritariamente por excelentes docentes o investigadores, pero con escasa experiencia directiva y de gesti¨®n.
La autonom¨ªa universitaria debe incluir tambi¨¦n la capacidad de organizarse de la forma m¨¢s adecuada. Lo que importa es la evaluaci¨®n a posteriori de los resultados. Una posibilidad, aunque no la ¨²nica, es un modelo similar al anglosaj¨®n, inspirado en la separaci¨®n de las responsabilidades acad¨¦micas y las de organizaci¨®n institucional. El tiempo actual es propicio para que se plantee un posible cambio en la direcci¨®n de las universidades, basado en una mayor profesionalizaci¨®n de la gesti¨®n, que permita, volviendo al s¨ªmil futbol¨ªstico, a los responsables de las universidades alinear siempre a los mejores.
Jos¨¦ Luis L¨®pez de Silanes es presidente de CLH y del consejo social de la Universidad de La Rioja. Francisco Michavila es director de la C¨¢tedra UNESCO de Pol¨ªtica Universitaria.
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