Un fantasma en la huelga
Paseando por Madrid estabas en otro sitio, en una ciudad a la que la huelga general hab¨ªa dejado, en gran parte y seg¨²n a qu¨¦ hora, sin aeropuerto, sin mercado, sin autobuses, sin camiones de la basura, sin televisi¨®n, sin teatros y con la Gran V¨ªa cortada, pero con los bancos abiertos, lo cual es como meter en la c¨¢rcel a los abogados y dejar libre al asesino. Es lo m¨¢ximo que se puede esperar de un sistema en el que el presidente de la patronal es quien es y hace lo que hace. No cometas el crimen si no quieres cumplir la condena, dice Dylan en una de sus canciones, pero fuera las cosas funcionan de otro modo y se puede poner al ladr¨®n a cuidar joyas.
Pero la noche del martes, lo que m¨¢s le impresion¨® a Juan Urbano en su paseo por la ciudad no fueron los piquetes informativos, ni la polic¨ªa, ni las discusiones entre los due?os de los bares y los sindicalistas: lo que se le qued¨® grabado, al pasar por la plaza de Santa Ana, fue ver a Garc¨ªa Lorca con dos banderas rojas en las manos, una de CC OO y otra de la UGT, susurrando versos de Poeta en Nueva York, que es el libro suyo que los dos preferimos, seguramente uno de los mayores alegatos contra el capitalismo que jam¨¢s se hayan escrito o se vayan a escribir. Si te acercabas a ¨¦l, pod¨ªas o¨ªrle decir: "Debajo de las multiplicaciones / hay una gota de sangre de pato. / Debajo de las divisiones / hay una gota de sangre de marinero. / Debajo de las sumas, un r¨ªo de sangre tierna; / un r¨ªo que viene cantando / por los dormitorios de los arrabales...". La literatura consiste en decir las cosas como no son para que te entiendan, o sea, que no se puede ser m¨¢s claro.
Algo tan grande como una huelga general reduce la ciudad a una sola conversaci¨®n. ?De qu¨¦ ¨ªbamos a hablar, si no? Los protagonistas de esas conversaciones tambi¨¦n se repet¨ªan, y la sensaci¨®n de impotencia tambi¨¦n era la misma en la mayor parte de las miradas, porque sabemos que nos enfrentamos a poderes ocultos, f¨¢ciles de resumir con la palabra dinero y dif¨ªciles de derribar para quienes no tengan la combinaci¨®n de la caja fuerte. La econocracia es un Gobierno desde la sombra, y por tanto, invisible. Eso es lo que m¨¢s nos impresiona a Juan Urbano y a m¨ª, todo lo que no se ve. Por eso, la noche en que empez¨® la huelga general m¨¢s deprimente de la democracia salimos a la calle para poder verlo, all¨ª mismo, al otro lado de la realidad, con las luces de todas sus sucursales encendidas. "Ja, ja, ja, somos fant¨¢sticos", se oy¨® decir dentro del Banco de Espa?a, ante cuya puerta fuimos a manifestarnos algunos compa?eros del mundo de la cultura. "Nosotros hacemos el atraco y los persiguen a ellos". Claro, vosotros sois el veneno del que hablaba la otra noche, en la plaza de Santa Ana, el fantasma de Garc¨ªa Lorca. Hay cosas que no cambian, solo empeoran.
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