Tres internos del CIE de Aluche se escapan limando los barrotes

El pasado mi¨¦rcoles de madrugada tres hombres se fugaron del centro de internamiento de extranjeros de Aluche. Limaron los barrotes, vencieron el soporte azul que da al exterior, sortearon la vigilancia del patio de la antigua y demolida c¨¢rcel de Carabanchel y se perdieron en la noche. Uno de ellos es de nacionalidad georgiana y los otros dos, argelinos. El Ministerio del Interior confirm¨® los hechos, aunque no quiso dar m¨¢s detalles del suceso alegando que est¨¢ en marcha una investigaci¨®n y que es la Jefatura Provincial de Polic¨ªa de Madrid quien se encarga del asunto.

Nunca hasta la fecha hab¨ªa trascendido que se hubiese escapado alguno de los internos del centro, aunque circula la leyenda de que poco despu¨¦s del atentado en Madrid del 11 de marzo de 2004 desapareci¨® otro hombre. Una fuente policial afirma: "S¨ª que se han ido de otros centros de internamiento en otras ocasiones, aunque del de Madrid no hay constancia".

En cualquier caso, la Administraci¨®n nunca ha hecho oficial esas fugas. "Es posible que nunca se hubiera escapado nadie de all¨ª", concede un portavoz, aunque matiza: "De otros centros de Espa?a s¨ª que se han escapado bastantes veces".

En la asociaci¨®n Ferrocarril Clandestino, que presta asesoramiento a las personas que ingresan en el centro de internamiento de extranjeros creen que habr¨¢n "salido del pa¨ªs y estar¨¢n lejos".

Otras fuentes policiales tambi¨¦n confirmaron la fuga. Adem¨¢s, expresaron su convicci¨®n de que los fugados "no deb¨ªan de estar all¨ª solo por un hecho meramente administrativo". Carecer de la documentaci¨®n en Espa?a es una falta, no un delito, aunque no es infrecuente que las personas confinadas en el centro hasta su expulsi¨®n o no del pa¨ªs tengan alg¨²n antecedente penal. "Los que se meten all¨ª no son pobrecitos a los que se ha sorprendido sin papeles", argumentan. El l¨ªmite de estancia en el centro es de 40 d¨ªas, que se ampliar¨¢n a 60 tras la ¨²ltima reforma. Las protestas por las condiciones son frecuentes. "No es un hotel, pero tampoco una prisi¨®n turca", desliza un agente.

Desde la asociaci¨®n Ferrocarril Clandestino lamentan que los recortes en el gasto han afectado a algunas partidas, como el servicio m¨¦dico, que ya no act¨²a los fines de semana o, a?aden, a la comida, que se ha reducido en cantidad y calidad.