"Quedan pocos folios y hay quien quiere esconderlos"
Los profesores afrontan con malestar las estrecheces
El profesor abre la puerta del despacho, de cuyo marco sale una gran grieta, y saluda con sorna: "Bienvenido a la universidad del futuro". V¨ªctor Manuel Fern¨¢ndez, director del departamento de Prehistoria de la Universidad Complutense de Madrid, trabaja en una habitaci¨®n alargada en la que apenas caben su mesa y otra m¨¢s. Junto a la puerta hay cajas apiladas de revistas que no puede enviar, dice, porque se han quedado sin sellos. Nadie tiene que pedirle que se apriete el cintur¨®n porque en su departamento, y en su universidad, hace meses que ya no les queda margen.
Fern¨¢ndez se queja porque no tiene ni material. No hay cartuchos de tinta y apenas quedan folios. Lo peor es que la situaci¨®n seguir¨¢ igual hasta que ingresen los presupuestos de 2011. "Quedan por ah¨ª dos cajas de folios y hay profesores que quieren esconderlos en su caj¨®n", revela. La asignaci¨®n de su departamento, con 18 profesores, ha bajado de 27.000 a 12.000 euros de un curso a otro. "Casi no podemos comprar libros", se queja.
Cada profesor dispone ahora de una media de 55 euros mensuales para "tel¨¦fono, fotocopias, libros y material de oficina...", enumera Fern¨¢ndez. Han conseguido retrasar las facturas telef¨®nicas hasta el a?o que viene, pero lo del material no hay quien lo arregle. "Acabaremos como los profesores universitarios italianos, a los que les han pedido que lleven el t¨®ner y el papel de casa", a?ade su colega, el catedr¨¢tico del departamento Gonzalo Ruiz.
La situaci¨®n no es mucho mejor en la Facultad de Geograf¨ªa e Historia, a la que pertenece el departamento de Fern¨¢ndez. "Hacemos malabarismos presupuestarios", asegura el decano, Luis Enrique Otero. Cuenta que han perdido un 40% del presupuesto en dos a?os. "La sociedad espa?ola y los pol¨ªticos no son conscientes de la contribuci¨®n del sistema educativo a la modernizaci¨®n de este pa¨ªs", se lamenta el decano, que muestra los ingentes fondos de la biblioteca en un recorrido por el edificio, de nueve plantas, a cuya estructura tambi¨¦n han afectado los recortes.
Advierte de que el centro no cumple la nueva normativa de seguridad europea. El proyecto para renovarlo, redactado y con la planificaci¨®n de obra ya prevista, se qued¨® a las puertas por falta de fondos. Otero tambi¨¦n se queja de que ya no se cubren las vacantes ni las bajas. "Cada ordenanza atiende dos plantas y no puede atender m¨¢s", comenta al pasar junto a la conserjer¨ªa.
La puerta del laboratorio de Prehistoria no tiene marco. En la habitaci¨®n, con cinco mesas alineadas, hay decenas de cajas de hallazgos apiladas en estanter¨ªas met¨¢licas. "Tenemos un gran nivel de investigaci¨®n pero nuestro laboratorio es una verg¨¹enza", lamenta el decano, que busca recursos privados para construir uno nuevo. Se plantea hasta colocar carteles de posibles patrocinadores en las excavaciones.
La Complutense, la universidad presencial m¨¢s grande de Espa?a, es tambi¨¦n una de las que tienen peor las cuentas. El rector, Carlos Berzosa, culpa a la Comunidad de Madrid de su precaria situaci¨®n. El Gobierno regional suspendi¨® en 2008 el plan de inversi¨®n firmado con las seis universidades p¨²blicas madrile?as, que le reclaman alrededor de 290 millones (118 de la Complutense) entre inversiones y gasto corriente, seg¨²n los c¨¢lculos de los rectores.
La Comunidad, que no ofrece cifras, les repite que se aprieten el cintur¨®n y acusa a la Complutense de derrochar fondos. La universidad aprob¨® en junio un plan de austeridad. Entre otras medidas, prev¨¦ eliminar horas extraordinarias y gratificaciones, no cubrir las bajas, ceder instalaciones o reducir altos cargos para ahorrar 15 millones y pagar a los proveedores, con quienes la deuda superaba los 80 millones, antes del verano.
Las otras universidades p¨²blicas madrile?as tambi¨¦n tienen planes de ahorro. Para reducir gasto, por ejemplo, Alcal¨¢ cierra por vacaciones, la Aut¨®noma busca energ¨ªa alternativa con paneles solares, la Rey Juan Carlos ha instalado interruptores con temporizador y la Polit¨¦cnica ide¨® sobres reutilizables. Respecto al personal, Alcal¨¢ y la Rey Juan Carlos admiten que han dejado al m¨ªnimo la renovaci¨®n del profesorado asociado.
La historia se repite en otros puntos de Espa?a. La Universidad de Le¨®n, por ejemplo, ha elaborado un plan de austeridad que incluye el control de los contratos de limpieza o seguridad, tarificadores en los tel¨¦fonos, reducci¨®n de gastos institucionales y recorte en las comisiones de servicio, que se har¨¢n con viajes de avi¨®n en clase turista "o asimilada" y trayectos urbanos en transporte p¨²blico y "solo excepcionalmente" en taxi.
La Universidad Miguel Hern¨¢ndez (Elche) ahorra "en todo lo que se puede", dice Jes¨²s Rodr¨ªguez Mar¨ªn, su rector. "Hemos rebajado contratos de mantenimiento y nos unimos a otras universidades para hacer compras conjuntas", a?ade.
En la Universidad de Cantabria tambi¨¦n hay restricciones. El profesor Juan Carlos Zubieta, del taller de Sociolog¨ªa, cuenta que les han pedido que reduzcan el consumo de energ¨ªa y de tel¨¦fono. "?C¨®mo es posible que antes no se hiciesen esas advertencias?", se pregunta. "?Gast¨¢bamos sin control? ?Despilfarr¨¢bamos? En muchos casos creo que s¨ª, que actu¨¢bamos de forma irresponsable. Acostumbrarse a ser austeros y optimizar recursos es positivo".
Con informaci¨®n de J. A. Auni¨®n (Madrid) e Ignacio Zafra (Valencia)
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