La m¨¢quina del tiempo
El prop¨®sito de la paleontolog¨ªa es construir una m¨¢quina del tiempo. Se cuenta para ello con dos poderosos instrumentos. Uno es ver lo que pasa hoy. A esta herramienta se le da el nombre de actualismo. La otra palanca es, obviamente, el registro f¨®sil. La Tierra guarda memoria.
El primer paso es imaginar el aspecto que ten¨ªan las especies extinguidas. Tambi¨¦n sus posturas y movimientos, su biomec¨¢nica. Luego, hay que situarlas en su ambiente, en su ecosistema, en su grupo social. Se trata de representar escenas, de devolver aquellos seres a la vida que tuvieron.
Las representaciones art¨ªsticas tienen detr¨¢s mucha teor¨ªa, mucha investigaci¨®n, y por eso han ido cambiando con el progreso cient¨ªfico. Un paleoantrop¨®logo antiguo dedujo de un c¨¦lebre esqueleto neandertal que sus rodillas estaban flexionadas, su cuello inclinado hacia adelante, su aspecto general, bestial... y de paso que eran bastante est¨²pidos y "moralmente inferiores". El esqueleto en cuesti¨®n era patol¨®gico y hoy nos imaginamos a los neandertales erguidos, nobles e inteligentes.
Los prejuicios sociales de cada momento tambi¨¦n pesan lo suyo. Las estampas paleol¨ªticas recreaban luchas heroicas de orgullosos cazadores luchando con animales feroces. Ocurri¨® sin duda as¨ª muchas veces, pero tambi¨¦n existieron ocasiones en las que los cazadores volv¨ªan con las manos vac¨ªas y se precipitaban sobre los frutos o los animales peque?os que hab¨ªan conseguido las mujeres del grupo.
Juan Luis Arsuaga es catedr¨¢tico de la Universidad complutense de Madrid y director del Centro de Evoluci¨®n y Comportamiento Humanos del Instituto de Salud Carlos III.
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