"La aventura es aprender"
El explorador ha recorrido 7.000 kil¨®metros por el Magreb con 100 adolescentes
Este verano Telmo Aldaz, como un flautista de Hamelin fornido y barbudo, llev¨® tras de s¨ª un centenar de adolescentes madrile?os. Le siguieron por las dunas de Chegaga y entre las gargantas del Todra, en el barullo de la medina de Fez y en el silencio del Lago Isli, en la tur¨ªstica Marrakech y en el tenso El Aai¨²n. La expedici¨®n Madrid Rumbo al Sur, una especie de Ruta Quetzal auspiciada por la Comunidad, recorri¨® casi 7.000 kil¨®metros de Marruecos y el S¨¢hara Occidental en un convoy con una docena de veh¨ªculos, 100 estudiantes de 16 y 17 a?os, m¨¢s de 40 adultos (entre monitores, conductores, bomberos, m¨¦dicos...) y un solo hombre al frente que amanec¨ªa cada ma?ana con un entusiasta "?Venga, vamos!". "Lo primero que hago cuando vuelvo de un viaje es llamar a casa y poner una vela en una iglesia", dice Aldaz, que est¨¢ vez adem¨¢s se ha afeitado la barba. La raz¨®n: tras 25 jornadas de aventura le negaron un plato de jam¨®n en un bar si no pon¨ªa el dinero sobre la mesa. "?Imagina qu¨¦ pinta deb¨ªa de tener!".
Con 20 a?os, este viajero se fue a Am¨¦rica en una r¨¦plica de 'La Ni?a'
"En la vida hay que ir como el salm¨®n, siempre contracorriente"
"Por el camino los chavales tambi¨¦n aprenden a valerse por s¨ª mismos"
"El problema con los adolescentes es que se les trata como ni?os"
Sobrino de Miguel de la Quadra Salcedo -de quien aprendi¨® "valores como no tener miedo a las cosas buenas, solo verg¨¹enza de lo malo"- Aldaz trabaj¨® en la log¨ªstica de las primeras rutas Quetzal con apenas la misma edad de los chavales a los que cuidaba. "Parec¨ªa mayor, por la vida que hab¨ªa llevado", dice, tratando de resumir casi 40 a?os de peripecias.
De madre arque¨®loga y padre marino mercante, define su infancia como "inquieta". De yacimiento en yacimiento, escolarizado en casa, aprendiendo durante el viaje... "En la vida hay que ir como el salm¨®n", le dec¨ªa su madre, "siempre contracorriente". Con 10 a?os estaba correteando en chilaba por Chefchauen cuando a¨²n no hab¨ªan llegado los primeros turistas, con 20 se fue a Am¨¦rica en una r¨¦plica de La Ni?a con el capit¨¢n navarro (como ¨¦l) Carlos Etayo: "Era un t¨ªo de verdad, un rom¨¢ntico con las barbas de Valle Incl¨¢n; se arruin¨® muchas veces, igual te hablaba de caza, que de historia, que de barcos".
Tras aquella odisea que describe como "un sue?o cumplido" y "una machada", llegaron muchas otras. Llev¨® ayuda al antiguo Zaire, donde se qued¨® meses mandando cr¨®nicas de la guerra, fue de Hawai a Panam¨¢ en una r¨¦plica de la nao de Elcano, vol¨® a Bosnia durante el conflicto y a Hait¨ª cuando tembl¨® la tierra... Una vez cruz¨® en canoa de Jamaica a Santo Domingo con los indios Ye'Kuona para emular a Diego M¨¦ndez, que lo hizo en 1503 para buscar ayuda cuando se produjo un naufragio durante el cuarto viaje de Col¨®n. "Entonces los marineros, que desde luego cobardes no eran, dijeron que ser¨ªa imposible 'atravesar tantas leguas de mar impetuosa donde grandes nav¨ªos se han perdido andando a descubrir'. Pero Diego M¨¦ndez dio un paso adelante, por lealtad al Almirante".
?Hacerlo por placer no tiene algo de suicida? "?Suicida yo? ?Para nada!", dice Aldaz con una gran risotada. "A m¨ª me encanta vivir, pero no puedes hacerlo con miedo. El valiente muere una vez, el cobarde 250". ?Y cuando las cosas se ponen feas? "Mucho sentido com¨²n, a rezar y ?seguir remando!".
Entre expedici¨®n y expedici¨®n, ha hecho de todo: camarero, vendimiador, ayudante de producci¨®n y actor espor¨¢dico (sale en Los fantasmas de Goya y en Alatriste). Pas¨® dos a?os exportando pescado en aviones rusos desde Mauritania, aunque lo que estudi¨® fue Derecho. "Tambi¨¦n he trabajado de abogado", bromea, "?pero nunca con corbata!". ?Se aburrir¨¢ much¨ªsimo cuando se queda en Madrid? "Hay que disfrutar donde sea que est¨¦s, esta ciudad me ha acogido estupendamente y tiene una sierra preciosa. Lo importante no es ad¨®nde vayas, sino irte contigo". Erudito en historia y enamorado de la Generaci¨®n del 98, antes de emprender un viaje siempre se documenta a fondo. "La aventura no es llegar muy lejos, ni ser el primero, o el ¨²nico, sino aprender... Los r¨¦cords, para el Guinness". Afirma que para viajar solo hace falta una linterna y un libro. Prejuicios, ninguno, "para no etiquetar a la gente y acercarte siempre a otras culturas con respeto".
Desde hace cinco a?os Aldaz lidera el viaje de aventura y cooperaci¨®n Madrid Rumbo al Sur. ?Hace falta un carisma especial para que te sigan? "Mi ¨²nico m¨¦rito es rodearme de gente buena y muy capaz", dice. Durante el viaje hay clases de astronom¨ªa, historia o dibujo y se visitan proyectos de cooperaci¨®n. Pero seg¨²n Aldaz, por el camino los chavales tambi¨¦n aprenden "compa?erismo, esp¨ªritu cr¨ªtico y a valerse por s¨ª mismos". ?Y qu¨¦ aprende el aventurero rodeado de adolescentes? "Se habla mucho de la Generaci¨®n nini, pero yo he visto lo contrario; el problema es que se les trata como ni?os y dos a?os despu¨¦s como adultos, sin rito inici¨¢tico de por medio". "La sociedad quiere que sean parte de la masa", dice, "pero si les das la oportunidad, prefieren ser salmones".
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