Los n¨²meros de Feij¨®o
Todos los a?os tanto la presentaci¨®n de los Presupuestos del Estado como los de la Xunta generan una dura controversia entre los diversos actores pol¨ªticos y sociales. Por supuesto, nada que objetar a ese debate. Al contrario, si se realizara en t¨¦rminos serios y rigurosos ser¨ªa una se?al de madurez democr¨¢tica de primer orden. Desgraciadamente, tal cosa no suele suceder y, un a?o tras otro, el presupuesto se transforma en una simple arma arrojadiza contra el adversario pol¨ªtico.
Un ejemplo de lo que afirmo lo constituye la confrontaci¨®n desatada en torno a la inversi¨®n del Estado en Galicia. Mientras el PSdeG la respalda sin matices y la considera un hecho hist¨®rico, el PP y la Xunta la descalifican y consideran que representa una inaceptable discriminaci¨®n para Galicia. El Partido Socialista destaca, con raz¨®n, que la inversi¨®n prevista para Galicia representa el 9,3% de la total de Espa?a, una cifra muy superior al peso econ¨®mico y demogr¨¢fico que tiene nuestra comunidad en el conjunto del Estado. Pero se olvida que esa cifra relativa representa en t¨¦rminos absolutos 500 millones menos de inversi¨®n que en el pasado ejercicio, como consecuencia del dr¨¢stico ajuste fiscal que est¨¢ realizando el Gobierno y que recae fundamentalmente del lado del gasto. Y se olvida tambi¨¦n de que en numerosas ocasiones el presupuesto inicial queda desvirtuado por la lenta ejecuci¨®n del mismo.
El PP pide al mismo tiempo que Zapatero reduzca el d¨¦ficit y que la Xunta pueda aumentar su deuda
Por su parte, el PP denuncia como discriminatoria la reducci¨®n que en t¨¦rminos absolutos experimenta la inversi¨®n del Estado en Galicia. Pero evita a toda costa establecer comparaciones con el presupuesto del ¨²ltimo mandato de Aznar, en el que la inversi¨®n en nuestra tierra era en t¨¦rminos absolutos y relativos netamente inferior a la realizada por el Gobierno de Zapatero. Por otra parte, un partido como el PP que comparte con el Gobierno la necesidad de un fuerte recorte del gasto p¨²blico, y proclama adem¨¢s la necesidad de rebajar los impuestos, carece de toda credibilidad para reivindicar una mayor inversi¨®n p¨²blica, salvo que nos diga de d¨®nde piensa sacar los recursos. Son muchos los agentes pol¨ªticos y sociales y numerosos los expertos que consideran que el plan de ajuste del Gobierno es muy negativo para la actividad econ¨®mica y el empleo, en un pa¨ªs en el que la tasa de paro ronda el 20%. Pero entre ellos no se encuentra precisamente el PP.
Por otra parte, la conselleira de Facenda, Marta Fern¨¢ndez Curr¨¢s, advirti¨® la pasada semana del peligro que corren los servicios b¨¢sicos de Galicia debido al recorte presupuestario al que est¨¢ abocada la Xunta por la disminuci¨®n de fondos que el Estado transfiere a Galicia, reducci¨®n que la conselleira cifra en 1.200 millones de euros. Al dar estos datos, Fern¨¢ndez Curr¨¢s contabiliza, como si de la misma cosa se tratase, las menores contribuciones del Gobierno central y la menor capacidad de endeudamiento de la Xunta. La reducci¨®n de los recursos allegados por el Estado asciende a 458 millones, cifra que resulta de sumar la menor cuant¨ªa del Fondo de Compensaci¨®n Interterritorial (179 millones), la entrega a cuenta de la liquidaci¨®n final que mengua en 169 millones y el pago del primer plazo de las liquidaciones negativas que asciende a 115 millones. El montante m¨¢s importante del recorte de ingresos de la Xunta, 789 millones, nada tienen que ver con la reducci¨®n de las transferencias del Estado, sino con una menor capacidad de endeudamiento de la Xunta, y del resto de las comunidades aut¨®nomas, acordada en el Consejo de Pol¨ªtica Fiscal y Financiera, del que forma parte la conselleira Curr¨¢s, en el marco del plan de consolidaci¨®n fiscal que el Gobierno present¨® a la Uni¨®n Europea.
?Cu¨¢l es, pues el motivo por el que la conselleira de Facenda, a la que se le supone competencia t¨¦cnica, intenta sembrar la confusi¨®n?. Quiz¨¢s sea porque contagiada de las malas artes de su jefe persiga un claro objetivo pol¨ªtico: culpar al Gobierno central de los fracasos propios, justificar el recorte en el gasto social y disponer de una coartada para privatizar infraestructuras y servicios p¨²blicos.
Por eso la conselleira deber¨ªa reconocer que no se puede exigir, como hacen todos los d¨ªas Rajoy, Montoro o Feij¨®o, una fuerte reducci¨®n del gasto y una bajada de impuestos y reclamar al mismo tiempo que la Xunta pueda aumentar la deuda e incrementar el d¨¦ficit. Las dos cosas al mismo tiempo, no. Por esa raz¨®n esperamos que Feij¨®o y su conselleira nos aclaren de una vez sus ideas y sus n¨²meros. En especial, ser¨ªa conveniente que el presidente explicara a qu¨¦ se ha reducido su proyecto pol¨ªtico tras los recortes sociales y de inversi¨®n que ¨¦l mismo ha anunciado.
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