Un trotamundos de Carabanchel
Tras recorrer decenas de escenarios internacionales, Depedro edita nuevo disco junto a los americanos Calexico
El guitarrista, cantante y compositor Jairo Zavala, de 37 a?os, habla de sus viajes con una tranquilidad pasmosa. Cuenta lo mucho que le impresion¨® actuar en el Radio City Music Hall, de Nueva York, y pocos d¨ªas despu¨¦s, frente a unos mexicanos de cuidado que le llamaban "hijo de la chingada" mientras se pasaban el dedo por el cuello, a modo de navaja, con mirada amenazante. Tambi¨¦n dice que ha hecho surf en Australia en una playa llena de tiburones ("me enter¨¦ despu¨¦s", asegura). Y explica c¨®mo ha recorrido la Am¨¦rica profunda en furgoneta rodeado de mormones y rednecks. "Nos hicimos de Vancouver a San Diego en 18 horas. Todo un r¨¦cord". Adem¨¢s: Tokio, Burgos y Nueva Zelanda. Lisboa, Toledo y Tucson. "En todos estos lugares me he hecho la misma pregunta", explica Jairo, versi¨®n musical madrile?a del National Geographic. "?Qu¨¦ hace un tipo de Carabanchel como yo en un sitio como este?".
Hubo un tiempo en el que Jairo Zavala tocaba en cinco o seis grupos a la vez
Ahora tiene la suerte de su lado y Neil Young es uno de sus seguidores
Quiz¨¢ haya que viajar siete a?os atr¨¢s para encontrar algo parecido a una respuesta. Hubo un tiempo en el que Jairo tocaba en cinco o seis grupos a la vez. "Ya he perdido la cuenta", dice. Con cinco o seis repertorios distintos. A saber: era guitarrista en la banda del programa El Club de la Comedia y en el de Manuel Fuentes; toc¨® con Vacazul (con los que public¨® cinco discos), 3.000 Hombres (m¨²sica negra), Zolo Zeppelin (de versiones de Led Zeppelin) y en sus ratos libres hac¨ªa de m¨²sico de estudio para grupos como Amparanoia. "Era una locura, pero hab¨ªa que hacerlo as¨ª", explica Jairo, ahora convertido en Depedro, el principal de sus proyectos con el que acaba de publicar un sorprendente segundo disco, Nubes de papel. "La gente alucina con que haya tocado en tantas bandas al mismo tiempo. Spain is different. Pero para un m¨²sico que quiere ganarse la vida es lo normal. Lo anormal es tocar solo en una".
Jairo vivi¨® en el barrio de Carabanchel hasta los 17 a?os. "Todav¨ªa voy por all¨ª a ver a mi madre. Tengo un recuerdo especial y entra?able, era como un pueblo y sol¨ªamos quedarnos en el parque bebiendo litros o ¨ªbamos a sitios como el Comic, que era m¨ªtico. Ir al centro de Madrid era una aventura". Algo que ahora puede sonar rid¨ªculo con la cantidad de kil¨®metros que ha recorrido con su guitarra. "Imposible contarlos", bromea.
Su vida empez¨® a cambiar cuando hace tres a?os precisamente Amparanoia, ahora Amparo S¨¢nchez, le present¨® al grupo de folk independiente estadounidense Calexico. Hicieron buenas migas. Sus caminos se cruzaron y Jairo pas¨® de patearse todos los garitos de Madrid a recorrer el mundo. "Todav¨ªa no les he ense?ado a hablar en castellano, pero estoy en ello", dice Jairo, que toca de vez en cuando en directo con el grupo. "Calexico son unos genios y saben extraer la emoci¨®n de las canciones. Van al grano. Es la depuraci¨®n de la sencillez".
Con ellos como banda ha grabado Nubes de papel, su segundo disco como Depedro, que se public¨® ayer en Espa?a y que se editar¨¢ en todo el mundo a final de mes. ?Por qu¨¦ Depedro? "Muchos americanos, con sorna, llaman Pedro a los espa?oles, pero me puse as¨ª sobre todo porque es un nombre sencillo y natural. Suena a nombre mediterr¨¢neo; con un toque guiri pero sin perder la esencia espa?ola". As¨ª suena Nubes de papel. Una mezcla musical entre el desierto de Arizona y las calles de Madrid.
Si de su primer trabajo hom¨®nimo, publicado hace dos a?os, dijeron que era la banda sonora perfecta de una peli de Tarantino, por r¨¢pido, fronterizo y polvoriento, Nubes de papel suena algo m¨¢s pausado y reflexivo. "He intentado poner en las letras lo que me ha pasado estos dos a?os. Aunque est¨¢ escrito y grabado en la carretera", asegura Depedro. Trece canciones en castellano -solo dos cantadas en ingl¨¦s- que ser¨ªa pecado perderse. Trompetas, coros, cuerdas, pianos... pop evocador, l¨²cido, perfecto para escuchar en las llanuras de EE UU o en los campos de Castilla. "Mi m¨²sica tiene un punto que parece que ya la has escuchado antes. Conecta con referencias de toda la vida".
Con su grupo Vacazul, que no ha abandonado, estuvo a punto de tocar el ¨¦xito comercial gracias a su gran disco Vienen tiempos, donde casi ejerc¨ªan de adivinos ante los tiempos duros que vivimos. "No s¨¦ por qu¨¦, pero no lo conseguimos", explica. "Era como si no conect¨¢semos con el p¨²blico o quiz¨¢ una simple cuesti¨®n de suerte". Con Depedro tiene la suerte de su lado. Incluso tiene a Neil Young como seguidor. "Alguien le hizo llegar algunos discos entre los que estaba el m¨ªo. Cuando Neil Young vino al festival Primavera Sound dijo que le hab¨ªa gustado mucho el disco de Depedro. Me temblaron las piernecillas. Aunque para m¨ª el ¨¦xito es mantener mi estilo de vida con esta profesi¨®n. Tal y como estoy ahora mismo".
Jairo se pasa ahora la mitad de la semana tocando (este s¨¢bado 8 de octubre estar¨¢ en la sala B¨²ho Real; el 23 de octubre, en el Caf¨¦ La Palma y el 9 de diciembre, en Galileo) y la otra mitad buscando en Internet billetes econ¨®micos para viajar a Tokio. "Es un infierno, hay que tener mucho cuidado con las webs que subcontratan viajes y luego te dejan tirado". Aunque ¨¦l tiene su lugar favorito para escaparse. "Sin duda, Carabanchel y sobre todo, cabo de Gata, Almer¨ªa. All¨ª est¨¢n mis amigos y la gente que quiero. Eso es lo importante".
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