An¨ªbal Arias, una guitarra cl¨¢sica, gaucha y tanguera
Siempre recordaba que estuvo a 15 metros de Gardel. Ten¨ªa apenas 10 a?os y lo vistieron de gala para ir a ver al gran cantor en el cine de su barrio. Estaba lleno, no pudieron entrar, pero a la salida el p¨²blico le pidi¨® que les cantase algo y Gardel, en medio de la calle, hizo El carretero. An¨ªbal Arias, que falleci¨® en Buenos Aires el 3 de octubre, recorri¨® medio mundo con su guitarra, adapt¨¢ndose a todas las m¨²sicas, estilos y cantantes a quienes acompa?¨®, que fueron m¨¢s de 200.
Nacido en el barrio porte?o de Villa Devoto, el 20 de julio de 1922, en una familia de artistas -su padre era cantor y guitarrista-, con nueve a?os actuaba en el grupo criollista Los Catamarque?itos, tocando y haciendo la segunda voz, dirigido por su progenitor. Lo convocaban para dar serenatas a novias enamoradas, aunque su temperamento lo fue volcando hacia la m¨²sica cl¨¢sica. Tuvo un ¨²nico maestro, Pedro Ram¨ªrez S¨¢nchez. El resto lo aport¨® su talento. De aquellos cantores de barrio desafinados, que olvidaban la letra, a los que debi¨® acompa?ar, aprendi¨® la improvisaci¨®n. Comenz¨® tocando de o¨ªdo, pero un severo plan de estudios con su maestro le permiti¨® conocer las escuelas guitarr¨ªsticas universales -Sagreras, Sin¨®-poli, Legani, Coste, T¨¢rrega- y le confirieron una s¨®lida formaci¨®n interpretativa.
Adem¨¢s de la m¨²sica, termin¨® bachiller, se gradu¨® de t¨¦cnico en radio y electr¨®nica a los 16 y curs¨® medicina hasta cuarto a?o. Recorri¨® el pa¨ªs con su instrumento dando recitales, en conciertos cl¨¢sicos, sin dejar de estudiar. Cuando los ingresos no le alcanzaban con la m¨²sica, vend¨ªa televisores o conduc¨ªa un taxi, aunque acompa?ara a grandes cantores como Edmundo Rivero -que le ofreci¨® ayudarlo a terminar medicina-, Libertad Lamarque, H¨¦ctor Maur¨¦, Susana Rinaldi o el Polaco Goyeneche. Un d¨ªa se puso a juguetear con el tango y fue como un flechazo. Hab¨ªa tenido conjuntos fol-cl¨®ricos, quinteto de jazz y comentaba: "?Vio cuando se dice que una cuerda vibra por simpat¨ªa? Bueno, eso me pas¨® a m¨ª: yo reson¨¦ con el tango". Integr¨® infinidad de conjuntos musicales, entre otros, el cuarteto A Puro Tango con Miguel Nijenson, un tr¨ªo con Osvaldo Tarantino y Osvaldo Risso. Incluso estuvo en el ballet de Joaqu¨ªn P¨¦rez Fern¨¢ndez.
Espaldarazo popular
El espaldarazo popular lo recibi¨® en 1969 cuando entr¨® en el cuarteto de An¨ªbal Troilo, sucediendo a dos monstruos como Roberto Grela y Ubaldo de L¨ªo. Estaba Pichuco al fueye, Col¨¢ngelo en el piano, Del Bagno en contrabajo y Arias a la guitarra. Apenas ensayaban: "No hay nada escrito, es todo de orejeli", le alert¨® Col¨¢ngelo.
En 1975 falleci¨® Troilo y Arias form¨® un d¨²o exquisito con el bandoneonista Osvaldo Marinero Montes, pero sigui¨® acompa?ando a artistas por medio mundo. A Jap¨®n fue 14 veces. Con la Tana Rinaldi actu¨® en el Olimpia de Par¨ªs y el teatro de la Comedia de Madrid. Con Montes y Troilo, en EE UU. Con el primero, en Holanda y Dinamarca, con el Sexteto Mayor en Miami, Washington, Francfort. Adem¨¢s, era solista de la Orquesta del Tango de la Ciudad de Buenos Aires desde 1980 y fundador de la escuela de M¨²sica Popular de Avellaneda, donde dictaba las c¨¢tedras de Historia del tango y Guitarra tango. Era miembro de la Academia Argentina de M¨²sica, acad¨¦mico de honor de la Academia Nacional del Tango y presidente de la Fundaci¨®n Casa del Tango.
Ten¨ªa una colecci¨®n de 34 guitarras, todas de alto valor. Recibi¨® infinidad de distinciones: el Gardel de Oro, ser socio honorario de la Asociaci¨®n T¨¢rrega, diploma de honor del Honorable Senado de la Naci¨®n y de la Secretar¨ªa de Cultura de Buenos Aires, y muchas m¨¢s.
Aunque lo segu¨ªan llamando e invitando a tocar en diversos pa¨ªses, ¨¦l prefer¨ªa estar en casa estudiando y tomando mate, mientras acariciaba algunas de las guitarras que constitu¨ªan su gran orgullo. Jam¨¢s hizo concesiones de la calidad y del buen gusto interpretativo. Contribuy¨® enormemente a la superaci¨®n est¨¦tica dentro de una manifestaci¨®n musical incuestionablemente evolucionada. Dec¨ªa: "En tango y folclore acompa?¨¦ a Dios y Mar¨ªa Sant¨ªsima. No acompa?¨¦ a Gardel y Corsini porque no llegu¨¦ a tiempo".
Jos¨¦ Mar¨ªa Otero es escritor y presidente de la Academia Hispanoargentina de Tango.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.