Hungr¨ªa, alerta roja
El vertido t¨®xico recuerda la necesidad de promover pr¨¢cticas industriales m¨¢s seguras
El lunes de la semana pasada se produjo un catastr¨®fico derrame t¨®xico de una balsa con residuos de la miner¨ªa del aluminio en Hungr¨ªa, a unos 165 kil¨®metros al oeste de Budapest. El vertido, de un mill¨®n de metros c¨²bicos de lodo rojo, fue la consecuencia de la rotura del muro de contenci¨®n de la balsa en la que se encuentra todav¨ªa depositado un volumen de residuos siete veces superior al derramado y ha causado hasta este momento siete muertes, 150 heridos y varios centenares de evacuados, en particular numerosos habitantes de Kolontar, el pueblo de 700 vecinos m¨¢s afectado por el vertido.
Los lodos contienen metales pesados, que pueden ser t¨®xicos, pero su mayor peligro es la alta alcalinidad, que los hace especialmente corrosivos. Es evidente que la actividad industrial, necesaria en las sociedades de nuestro tiempo, genera no solo prosperidad sino tambi¨¦n peligros medioambientales y para la salud de las personas que se manifiestan a veces con especial agudeza, como en este caso o en otro similar, ocurrido en nuestro propio pa¨ªs, en Aznalc¨®llar, en 1998. Por esta raz¨®n, es imprescindible que las empresas propietarias de estas instalaciones, que se lucran con su actividad, pongan todos los medios para prevenir las cat¨¢strofes y que los Gobiernos extremen la vigilancia primero y la imposici¨®n de sanciones y compensaciones cuando se producen este tipo de accidentes.
As¨ª est¨¢ ocurriendo, por ejemplo, en el caso del vertido de crudo por la explosi¨®n de una plataforma de extracci¨®n de BP en la costa norteamericana, y as¨ª deber¨ªa ocurrir en el caso de Hungr¨ªa. A este respecto, la posici¨®n de la empresa responsable, MAL, resulta grotesca al proponer una contribuci¨®n de 200.000 euros para responder por los da?os producidos, cuando los expertos cifran los trabajos de remediaci¨®n en varios millones, y solicitar el reinicio inmediato de los trabajos cuando el peligro de nuevas roturas en la balsa podr¨ªa ser inminente. Ahora los esfuerzos se est¨¢n dirigiendo a contener otros vertidos, que las autoridades consideran inevitables debido al defectuoso estado de la contenci¨®n de la balsa. Si el derrame llega al Danubio, la contaminaci¨®n se extender¨ªa m¨¢s all¨¢ de l¨ªmites controlables.
El ejemplo de Aznalc¨®llar muestra que es posible la regeneraci¨®n de las zonas contaminadas por este tipo de derrames masivos de sustancias t¨®xicas, pero solo si se moviliza un volumen importante de recursos y se cuenta con un asesoramiento cient¨ªfico constante y riguroso. Tambi¨¦n hemos aprendido, de este y de otros accidentes similares, que la prevenci¨®n es siempre menos onerosa, en t¨¦rminos econ¨®micos y de da?os a las personas y al medio ambiente, que la remediaci¨®n. Pero para que este principio se materialice en pr¨¢cticas industriales, es preciso que las autoridades p¨²blicas se involucren, primero en labores de inspecci¨®n y en normas de seguridad de obligado cumplimiento, y despu¨¦s en sanciones que sean disuasorias de la negligencia en la prevenci¨®n de riesgos.
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