Italia recurre al carn¨¦ del aficionado
Los hinchas que quieran sacarse abono y seguir al equipo fuera de casa tienen que registrarse
Filippo Raciti era inspector jefe de polic¨ªa. Muri¨® el 2 de febrero de 2007 en el estadio del Catania tras ser golpeado en el est¨®mago por una piedra lanzada por los ultras locales. Fue solo un episodio m¨¢s de la violencia que reina en el calcio. El martes en G¨¦nova se vivi¨® otro, con los hinchas serbios como protagonistas. Ayer, todos los pol¨ªticos italianos reivindicaron la importancia de la tessera del tifoso, el carn¨¦ del aficionado, introducido esta temporada para declarar la guerra a los violentos.
Es la novedad de este campeonato. El que quiera sacarse el abono y seguir al equipo fuera de casa con asiento asignado en el sector visitante tiene que registrarse. El interesado rellena un formulario con sus datos y lo entrega al club. Este, a su vez, pasa los datos a la polic¨ªa para que estudie caso por caso si se cumplen los requisitos para conseguir el carn¨¦. Los requisitos son dos: no tener un daspo [prohibici¨®n de acudir a eventos deportivos] y no haber sufrido, en los ¨²ltimos cinco a?os, una condena por delitos de estadio. El carn¨¦ es como una tarjeta de cr¨¦dito: lleva nombre, apellido, foto y un microchip.
Los datos quedan en manos de los clubes: es como si el aficionado se convirtiera en una especie de cliente m¨¢s que en un simple espectador. En cada estadio hay habilitados accesos separados para los hinchas con carn¨¦ para evitar las colas. La tarjeta dura entre tres y cinco a?os y los aficionados pueden recargarla -es decir, comprar las entradas- a trav¨¦s de Internet. De momento, seg¨²n los datos del Ministerio del Interior, se han entregado unas 600.000. "Es una medida necesaria para evitar que sean los ultras los que controlen los fondos y organicen los viajes. Hasta ahora eran ellos los que llevaban la venta de billetes para los partidos de fuera. Los clubes tienen ahora un instrumento para defenderse y convivir con los radicales", dicen desde Interior.
La medida ha creado un agrio debate en Italia. Los ultras, c¨®mo no, han boicoteado el carn¨¦. Algunos clubes lo consideran como "una imposici¨®n". Los pol¨ªticos, sobre todo aquellos m¨¢s cercanos a las hinchadas, dicen que es una limitaci¨®n de las libertades. "Es una gigantesca operaci¨®n comercial que nos han vendido como una cosa de orden p¨²blico. No lo es y no a?ade nada a la seguridad en los estadios", comenta Paolo Cento, de los Verdes.
Por lo pronto, este a?o ha habido un descenso del 20% en la venta de abonos. "Hemos otorgado 19.000 carn¨¦s y una franja de 1.700 seguidores, los m¨¢s radicales, no lo han querido pedir", comenta el jefe de prensa del Sampdoria. La hinchada del Roma, una de las m¨¢s problem¨¢ticas, cuenta con apenas 21.000, por los 32.400 del Fiorentina, los 64.000 del Inter o los 220.000 del Milan. En el Ol¨ªmpico, en la primera jornada, hab¨ªa estas pancartas: "Tesserato infame dichiarato" [el que lleve carn¨¦ es un infame declarado].
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.