Los ladrones no son gente honrada
Los ladrones no son gente honrada, a pesar de que Enrique Jardiel Poncela dijese lo contrario en una de sus obras, pero al menos pueden dejar atr¨¢s la parte en met¨¢lico de su delito, devolviendo lo que han robado. No suele ocurrir, aunque parezca mentira, y uno siente un tanto por ciento de l¨¢stima cuando uno se pone a pensar en las personas que prefieren hundirse en la ci¨¦naga de la c¨¢rcel a soltar sus fortunas, gente del pasado, como el antiguo director de la Guardia Civil, Luis Rold¨¢n, o de ahora mismo, el del cabecilla de la trama G¨¹rtel, Francisco Correa, que sigue en prisi¨®n mientras esconde en el extranjero los millones de euros que logr¨® amontonar recibiendo comisiones y sobornando a cargos p¨²blicos del Partido Popular en nuestra Comunidad, sobre todo en Madrid, Alcal¨¢ de Henares y Boadilla del Monte, y tambi¨¦n en Valencia y Castilla y Le¨®n. "Es curioso que les importe tanto enriquecerse y se valoren en tan poco a s¨ª mismos", dice Juan Urbano, y tiene raz¨®n, porque hay algo trist¨ªsimo en la imagen de esa gente para la que todo tiene un precio y nada tiene valor, ni siquiera sus propias vidas. Se puede ser al mismo tiempo un hombre rico y un pobre hombre, dice el refr¨¢n, y no parece que est¨¦ equivocado.
Alfonso Garc¨ªa Pozuelo, implicado en el 'G¨¹rtel', ha vendido su empresa para devolver el dinero
Todo esto lo hablamos Juan Urbano y yo a la hora del desayuno, como siempre, pero esta vez en un bar de Cartagena de Indias, Colombia, donde nos han tra¨ªdo a dar una conferencia, y despu¨¦s de leer las noticias sobre ese empresario implicado en el caso G¨¹rtel que acaba de darle a Hacienda el dinero que deb¨ªa. Se llama Alfonso Garc¨ªa Pozuelo, era due?o de la empresa Constructora Hisp¨¢nica y ha tenido que vender a la firma Assignia la empresa que ten¨ªa desde hace 20 a?os, para saldar su deuda. Un hombre inteligente, por suerte para ¨¦l, y muy original, por desgracia para todos sus antiguos compa?eros, que siguen sin aportar las fianzas que les pide el juez y sin traer de vuelta a este lado de la ley los millones que se llevaron. Es imposible no pensar en esos tipos mientras uno ve en este pa¨ªs y en este lugar c¨®mo tanta gente hace lo mismo que en el resto del mundo: trabajar mucho a cambio de muy poco, unos 800.000 pesos al mes, que es menos de 400 euros.
Ese hombre, Garc¨ªa Pozuelo, a quien el juez Pedreira imputa delitos de cohecho, tr¨¢fico de influencias y contra la Agencia Tributaria, ha vendido su empresa, pero Constructora Hisp¨¢nica nunca lleg¨® a pedir un ERE ni a despedir a ninguno de sus 2.000 trabajadores, a diferencia de otras implicadas en G¨¹rtel, como la Teconsa o Begar, que han despedido a todos sus trabajadores por quiebra. Adem¨¢s, desde el principio, mostr¨® su decisi¨®n de abonar las deudas que le reclamase el fisco y acortar en lo posible el juicio por delito fiscal que se celebr¨® contra ¨¦l en el Juzgado de lo Penal n¨²mero 20 de Madrid. Su abogado habl¨® con el fiscal y ofreci¨® pagar todo lo que Hacienda le reclamase: 19,7 millones de euros tal vez no puedan lavar una conciencia, pero s¨ª pueden saldar un error y ser un ejemplo.
No creo que el simple hecho de rectificar te convierta en sabio, ni devolver lo que no es tuyo te convierta en una persona honrada, pero s¨ª te quita una mancha de encima y hace pensar que el viejo dicho franc¨¦s de que se puede evitar que alguien robe pero no que sea un ladr¨®n, no es del todo justo: parece que hay ladrones vocacionales y ocasionales, y a Juan Urbano y a m¨ª nos apetece pensar que Garc¨ªa Pozuelo pertenece a la segunda categor¨ªa y hasta desearle suerte. Ojal¨¢ algunos de sus antiguos compinches lo quisieran imitar, aunque, por lo que se ve, no hay muchas posibilidades de que as¨ª sea.
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