Ciudadano Zuckerberg
"Intento hacer de este mundo un lugar m¨¢s abierto". Esta declaraci¨®n de intenciones encabeza el perfil de Facebook de Mark Zuckerberg, donde tambi¨¦n vemos una foto en la que demuestra que al fin ha aprendido a sonre¨ªr y comparte en abierto algunas tomas amateur de sus viajes por el mundo. Todos los esfuerzos del fundador de Facebook est¨¢n dirigidos a borrar el androide que dibuja su prematura leyenda. Sin embargo, La red social, que se estrena hoy en Espa?a, perpet¨²a esa imagen de genio incomprendido, desconectado del mundo y cuyas ambiciones le han llevado a traicionar por el camino a la mayor¨ªa de sus colaboradores y amigos.
La cinta llega justo cuando se empiezan a poner cortafuegos al avance de su empresa, con el debate sobre la privacidad en la mesa del Congreso estadounidense. Jesse Eisenberg, que encarna a Zuckerberg, defiende al personaje. "Facebook es tan nuevo que estamos todos adapt¨¢ndonos a su impacto social. Cuando inventaron el tel¨¦fono, nadie previ¨® que muchos a?os despu¨¦s alguien te llamar¨ªa a la hora de cenar para venderte un colch¨®n. La tecnolog¨ªa siempre ha ido un paso por delante del Gobierno. Y Facebook est¨¢ en la vanguardia de la tecnolog¨ªa actual. El debate sobre la privacidad a¨²n nos acompa?ar¨¢ mucho tiempo". Seg¨²n una reciente encuesta encargada por Forbes, el 63% de los estadounidenses desconf¨ªa de lo que hace Facebook con su informaci¨®n personal.
"La tecnolog¨ªa permite que hoy las cosas sean superexitosas m¨¢s r¨¢pido que nunca"
Consciente de su necesidad de romper el silencio, Zuckerberg compareci¨® a finales de septiembre en el programa de Oprah Winfrey tras donar 100 millones de d¨®lares a escuelas de Nueva Jersey. Un golpe de efecto destinado a cimentar una cara positiva que no le priv¨® de la pregunta sobre su opini¨®n del proyecto f¨ªlmico, en el que se ha negado a colaborar en redondo. "Es solo una pel¨ªcula, pura diversi¨®n. Te aseguro que mi vida real no ha sido tan dram¨¢tica. Los ¨²ltimos seis a?os se resumen en trabajo duro, pero puede ser divertido recordarlo como una fiesta", respondi¨®.
Si preguntan a su director, David Fincher, les dir¨¢ que esto, m¨¢s que una versi¨®n 2.0 de La revancha de los novatos, es "el Ciudadano Kane del cine a lo John Hughes". Aaron Sorkin, su guionista, lo ve m¨¢s como una historia ¨¦pica narrada al estilo de Rashomon, "porque est¨¢ contada desde tres puntos de vista diferentes: el del propio Zuckerberg, el del socio original que le demand¨®, Eduardo Saverin [interpretado por Andrew Garfield], y el de los gemelos Winklevoss [que tambi¨¦n le demandaron por "robarles" la idea y cerraron un acuerdo privado por 65 millones de d¨®lares]".
Es decir, que quien espere el derroche de emotividad que anunciaba el enga?oso tr¨¢iler o un debate moral sobre si es l¨ªcito que Facebook haya generado 35.000 millones de d¨®lares desde su creaci¨®n en 2004 a base de vender los datos de los usuarios a los anunciantes, que cambie de sala. La cuesti¨®n es, ?no hemos mitificado demasiado y demasiado pronto la historia de Facebook? "Vivimos en una era en la que la tecnolog¨ªa permite que las cosas sean superexitosas y globales m¨¢s r¨¢pido que nunca. Pero Facebook no deja de ser una excusa, un tel¨®n de fondo para contar una historia conocida: esfuerzo de superaci¨®n, traiciones y las consecuencias de un ascenso mete¨®rico al ¨¦xito. Al final del filme vemos a una persona que lo ha conseguido todo de la nada y, sin embargo, est¨¢ m¨¢s solo que nunca", justifica Eisenberg.
La red social ha roto todos los critic¨®metros, rozando el 100% de respuestas positivas en webs tan populares como Metacritic o Rotten Tomatoes. La principal cr¨ªtica negativa a esta, la primera pel¨ªcula basada en un fen¨®meno intern¨¢utico, es que falla precisamente en ese retrato de la comunidad tecnol¨®gica. ?Entiende realmente Hollywood a la generaci¨®n 2.0? Los propios Fincher y Sorkin han confesado no tener perfil en Facebook ni mucho inter¨¦s en tenerlo. Sorkin ha ido un paso m¨¢s all¨¢, subrayando que odia Internet. Eisenberg tampoco tiene perfil, prob¨® con uno bajo nombre falso "para saber bien c¨®mo funcionaba; pero si entras, ver¨¢s que hay 21 personas utilizando mi nombre". Curiosamente, ¨¦l tambi¨¦n invent¨® una web de juegos de palabras, OneUpMe.com, que hoy gestiona Facebook: "La diferencia est¨¢ en que Zuckerberg ha conseguido m¨¢s de 500 millones de usuarios y a m¨ª solo me segu¨ªa mi madre", resume.

Tan real como la vida 2.0
EL GENIO NO QUIERE VERSE. Mark Zuckerberg no ha parado de decir que se negaba a ver la pel¨ªcula. Sin embargo, el viernes de su estreno en EE UU, acud¨ªa a verla junto al primo de Eisenberg, uno de sus 1.700 empleados. "Mi primo me dijo que piensa que hice un buen trabajo". ?Nada m¨¢s? "Puede que el resto lo haya hablado con su abogado. Yo estoy interesad¨ªsimo en conocerle y preguntarle".
EL SILENCIO DE LA RED. No llaman "el b¨²nker" a la sede de Facebook en Palo Alto por nada. Al estar basada en el libro The accidental billionaires, con la visi¨®n de su ex socio Eduardo Saverin, la compa?¨ªa se neg¨® a participar. No sin que antes uno de sus ejecutivos le soltara al productor, Scott Rudin: "Toda creaci¨®n de un mito necesita un demonio". La frase se incopor¨® de inmediato al gui¨®n.
LA PLUMA ACELERADA. Fincher y Aaron Sorkin (foto), guionista de El ala oeste de la Casa Blanca, discutieron hasta si Zuckerberg estaba borracho de vodka o de cerveza la noche que gest¨® su idea. Cada detalle cuenta, incluido que el metraje no supere las dos horas. Para cronometrar el timing de su enciclop¨¦dico gui¨®n, Fincher le oblig¨® a leerlo en voz alta. El objetivo, claro: no aburrir a los miembros de la Academia.
AND THE OSCAR GOES TO... La avanzada edad de muchos miembros de la Academia podr¨ªa ser el ¨²nico escollo en su carrera a los Oscar. La bloguera Nikki Finke despej¨® la inc¨®gnita encuestando de forma an¨®nima a algunos septuagenarios. Estaban entusiasmados. Eisenberg se escurre: "He estado en pelis que no han tenido ni de lejos esta respuesta y, l¨®gicamente, me gusta estar en esta".
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