Choque de trenes entre Blanco y Feij¨®o
El recurso de inconstitucionalidad contra la Lei de Caixas abri¨® la confrontaci¨®n del presidente de la Xunta con el ministro de Fomento
Uno es el n¨²mero dos del PSOE, ministro de Fomento, la cartera m¨¢s inversora del Gobierno, que prev¨¦ licitar el a?o pr¨®ximo 6.000 milones de euros -m¨¢s de la mitad del presupuesto de la Xunta- para blindar el AVE a Galicia. El otro es la figura emergente del PP, mano derecha de Mariano Rajoy y presidente de la Xunta al primer intento. Y ambos pisan el mismo territorio. As¨ª que el choque entre Jos¨¦ Blanco y Alberto N¨²?ez Feij¨®o era cuesti¨®n de tiempo.
La luna de miel que iniciaron en el llamado Pacto do Obradoiro, con fotos sonrientes, apret¨®n de manos y mucho aparato medi¨¢tico, para blindar las infraestructuras y escenificar un nuevo tiempo de acuerdo entre la Xunta y Fomento, encall¨® con el debate sobre la fusi¨®n de las cajas. Antes, Blanco y Feij¨®o ocultaban como pod¨ªan su desconfianza mutua. Coincidieron hace 30 a?os en la Facultad de Derecho de Santiago, y Feij¨®o ha divulgado alguna vez que le dej¨® unos apuntes de clase al ahora ministro, quien nunca se los devolvi¨®. Blanco, que pisaba muy poco las aulas -pronto dej¨® los estudios por la pol¨ªtica- dice que ni se acuerda del estudiante Feij¨®o. El trato despectivo que tanto el l¨ªder del PP gallego como Rajoy deparaban al ministro, que en los m¨ªtines del PP se convert¨ªa en "Pepi?o", no ayud¨® a fortalecer la empat¨ªa con el dirigente de Palas. Pese a todo, siguieron soport¨¢ndose. Y Blanco incluso tuvo que afanarse para vencer los recelos de la direcci¨®n del PSdeG, que al principio ve¨ªa en el Pacto do Obradoiro una baza pol¨ªtica regalada a Feij¨®o. El ministro les hizo ver lo contrario: el acuerdo impedir¨ªa a la Xunta agitar la bandera del victimismo frente a Madrid.
Cualquier decisi¨®n del Gobierno que perjudique a Galicia es culpa de Blanco
Ya nada volver¨¢ a ser lo que fue entre ambos dirigentes
Hasta que la baraja salt¨® por los aires con el recurso de inconstitucionalidad del Gobierno de Zapatero contra la ley de cajas aprobada por PP y BNG. Feij¨®o y su entorno responsabilizan de aquella maniobra a Blanco, el interlocutor de Madrid para todo el entramado pol¨ªtico-medi¨¢tico-financiero que se vio sacudido con el proceso de fusi¨®n. Incluso el presidente de la Xunta recurri¨® al ministro. Y cont¨® a su entorno que ten¨ªa la palabra de Blanco de que lo avisar¨ªa sobre cualquier movimiento del Gobierno. Tras consumarse el recurso al Constitucional, el n¨²cleo duro de Feij¨®o empez¨® a hablar de traici¨®n. Y se dio por aludido semanas despu¨¦s, cuando el ministro critic¨® el "patriorismo de hojalata" de los que promov¨ªan la fusi¨®n. En aquellos momentos, Blanco lleg¨® a estar inclinado a buscar un acuerdo que permitiese retirar el recurso de inconstitucionalidad, pero la oportunidad pas¨® ante el riesgo de un serio conflicto con la direcci¨®n del PSdeG, que se sent¨ªa desautorizada tras su dur¨ªsima beligerancia contra la ley. Al final, Feij¨®o se sali¨® con la suya -habr¨¢ fusi¨®n- aunque tuvo que tragarse unos cuantos sapos cocinados en Madrid.
Desde entonces, cualquier decisi¨®n del Ejecutivo de Zapatero que afecte a Galicia es culpa de Blanco. Ya sea la negativa a transferir el tr¨¢fico o la falta de apoyo al Xacobeo. Desde la sede del PP empezaron a arreciar las cr¨ªticas contra el titular de Fomento, que el propio Feij¨®o adereza con nuevos deberes para el ministro. Que si faltan 3.000 millones por licitar antes de que acabe el a?o, que si la ampliaci¨®n de la AP-9 se hace a costa del peaje, que si la inversi¨®n territorializada del 11,4% para Galicia no es suficiente porque luego Fomento no ejecuta el presupuesto...
Mientras, a Blanco se le iba haciendo cada vez m¨¢s molesto lo que interpretaba como una doble cara de la Xunta: diplom¨¢tica en el contacto directo, en el que reconoc¨ªa el esfuerzo de Fomento en Galicia, y dinamitera en los peri¨®dicos. El de Palas pas¨® a la ofensiva aprovechando una salida torera de Feij¨®o, a quien escribi¨® una carta reproch¨¢ndole que, sin consultar al Gobierno espa?ol, dirigiese a la Uni¨®n Europea una queja contra Portugal por retirar fondos del AVE a Oporto. Hubo m¨¢s intercambio de misivas, y Blanco estall¨® cuando el conselleiro de Infraestructuras, Agust¨ªn Hern¨¢ndez, aprovech¨® un acto al que le hab¨ªa invitado el propio ministerio para lanzarle reproches en p¨²blico.
Este ¨²ltimo incidente demuestra que ya nada volver¨¢ ser lo que fue entre Feij¨®o y Blanco. Una larga ¨¦poca electoral se viene encima y la Xunta ha optado por rebotar todos los golpes de la crisis a Zapatero y su superministro gallego. Los diplom¨¢ticos inicios fueron apenas un tanteo ante un pulso que ambos est¨¢n condenados a dirimir: el poder de Feij¨®o en Galicia siempre estar¨¢ limitado mientras Blanco siga moviendo hilos desde Madrid.
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