Otegi, en transici¨®n
La izquierda 'abertzale' no puede escudarse en treguas que le ahorran condenar el terror
Arnaldo Otegi sigue embarcado en el proyecto de llevar a la ilegalizada izquierda abertzale hacia las v¨ªas exclusivamente pol¨ªticas sin necesidad de romper con ETA ni de condenar sus atentados. La cuadratura de este c¨ªrculo se conseguir¨ªa, en opini¨®n de Otegi, haciendo que los terroristas renunciasen a cometer nuevos atentados y extorsiones, de modo que la izquierda abertzale no fuera sometida a la prueba de tener que pronunciarse. En ¨²ltimo extremo, el discurso de Otegi pretende contribuir a detener la acci¨®n criminal de los de las pistolas; pero no se trata de un movimiento que exija una respuesta por parte del Estado o las fuerzas pol¨ªticas democr¨¢ticas. Si Otegi desea ahorrar a la izquierda abertzale la condena de los atentados por la v¨ªa de reclamar a ETA que no los cometa, es ETA la interpelada y, por tanto, la que tiene que decidir.
El aparatoso andamiaje de treguas verificadas internacionalmente es una salida que Otegi ofrece a ETA, salom¨®nica en la medida en que permitir¨ªa distinguir entre el cese de su acci¨®n criminal y su derrota. Pero es una salida en la que es in¨²til que pretendan involucrar al Estado, que no puede en ning¨²n caso delegar funciones que afectan a la seguridad de los ciudadanos amenazados en personalidades u organismos internacionales, por respetables que sean. Puesto que Otegi asegura que la adopci¨®n de pasos unilaterales no es coyuntural, sino fruto de la nueva estrategia adoptada por la izquierda abertzale, ese ser¨¢ el terreno en el que tendr¨¢ que seguir avanzando hasta conseguir que ETA termine definitivamente. Tras el atentado de la T-4, cometido cuando las conversaciones con el Gobierno segu¨ªan formalmente abiertas, cualquier f¨®rmula intermedia de cese de la violencia carece de credibilidad.
El punto de llegada para la transici¨®n emprendida por Otegi no puede ser ning¨²n g¨¦nero de negociaci¨®n entre el Estado y la banda terrorista. En el mejor de los supuestos, este camino solo llevar¨ªa a la legalizaci¨®n de la izquierda abertzale si, como espera Otegi, los de las pistolas renuncian definitivamente a cometer atentados. Pero, si los cometen, la pelota que la izquierda abertzale ha intentado colocar en el tejado de ETA volver¨ªa a situarse en el suyo. En el supuesto de que condenasen, una de las principales condiciones para la legalizaci¨®n se habr¨ªa cumplido, a cambio de romper con ETA; pero si no lo hiciesen, el camino recorrido por Otegi le habr¨ªa devuelto a la casilla de salida.
La fuerza de Otegi frente a los de las pistolas reside en que su posici¨®n es la respaldada por las bases de la izquierda abertzale en las asambleas celebradas tras la ruptura de la anterior tregua; tambi¨¦n en la creciente contestaci¨®n de los presos a las directrices de la banda. Es un pulso que, por el momento, contin¨²a desarroll¨¢ndose en el interior del mundo etarra y sus hasta ahora aleda?os. Pero la existencia misma de ese pulso es uno de los mayores ¨¦xitos de la lucha antiterrorista.
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