El Pent¨¢gono se escuda en la seguridad nacional
Defensa asegura que Wikileaks ayuda a los enemigos de Estados Unidos
El Pent¨¢gono condena, pero no cuestiona la autenticidad de los archivos difundidos por Wikileaks. Habl¨® el Departamento de Defensa de Estados Unidos antes de que se publicaran los documentos y desde entonces ha guardado silencio. Pero para el Pent¨¢gono, la violaci¨®n de su seguridad con la publicaci¨®n de cerca de 400.000 documentos hasta ahora secretos puede llevar a que las tropas estadounidenses y aquellos que luchan a su lado sean asesinados. "Deploramos la actuaci¨®n de Wikileaks que anima a que se rompa la ley, se filtren documentos clasificados y luego caballerosamente comparten la informaci¨®n con el mundo, incluidos nuestros enemigos". As¨ª de rotunda fue la reacci¨®n del Pent¨¢gono.
La del Departamento de Estado fue muy similar. La jefa de la diplomacia estadounidense, Hillary Clinton, conden¨® en los t¨¦rminos m¨¢s claros posibles cualquier filtraci¨®n de documentos que ponga en peligro vidas estadounidenses o de sus aliados.
La difusi¨®n efectuada a trav¨¦s de la p¨¢gina fundada por Julian Assange llega en un momento especialmente delicado para las relaciones entre EE UU e Irak, ya que el objetivo de Washington tras la retirada de sus tropas de combate es el de dar una imagen de consolidaci¨®n de las instituciones iraqu¨ªes y de que el pa¨ªs puede sobrevivir por s¨ª solo. Pero los documentos no solo sacan a la luz los abusos cometidos e ignorados por los norteamericanos, sino que certifica que muchas de las violaciones de derechos humanos fueron cometidas por el Ej¨¦rcito iraqu¨ª y la polic¨ªa, lo que hace un flaco favor al Gobierno de Bagdad. Las revelaciones de Wikileaks de que el primer ministro, Nuri al Maliki, orden¨® detenciones por razones pol¨ªticas o sectarias y que los agentes torturaron a muchos de los detenidos sent¨® a cuerno quemado en la capital iraqu¨ª.
"Los arrestos no se llevan a cabo sobre bases sectarias, pertenencias pol¨ªticas o de otro tipo como algunos sectores insin¨²an, sino por las pruebas que condenan a la persona, sin discriminaci¨®n", asegur¨® Al Maliki en un comunicado.
Mientras que ayer toda la prensa norteamericana dedicaba enormes espacios a los documentos clasificados, el Pent¨¢gono manten¨ªa un perfil bajo m¨¢s all¨¢ del gran titular de la condena. Sus portavoces remit¨ªan a los periodistas a las declaraciones del pasado viernes. "Wikileaks contin¨²a poniendo en peligro la vida de las tropas, de nuestros compa?eros de coalici¨®n y de aquellos iraqu¨ªes y afganos que trabajan con nosotros", inform¨® el secretario de prensa del Departamento de Defensa, Geoff Morrell.
El Pent¨¢gono asegur¨® que no har¨¢ m¨¢s comentarios, m¨¢s all¨¢ de que lo expuesto a la luz p¨²blica eran instant¨¢neas de sucesos tr¨¢gicos que no cuentan toda la historia. En opini¨®n del estamento militar de Estados Unidos, el periodo expuesto por Wikileaks ya ha sido cubierto con noticias, libros y pel¨ªculas y la publicaci¨®n de estos informes de campo no aportan nada nuevo para entender mejor el pasado de Irak. Solo se expone informaci¨®n secreta que har¨¢ m¨¢s vulnerables a nuestras tropas en futuros ataques.
"Tengo la firme convicci¨®n de que debemos condenar en los t¨¦rminos m¨¢s claros posibles la difusi¨®n de cualquier informaci¨®n, por parte de individuos u organizaciones, que ponga en peligro la vida de los soldados o civiles de Estados Unidos y de sus aliados", declar¨® Hillary Clinton.
La jefa de la diplomacia estadounidense insisti¨® en que rechaza cualquier filtraci¨®n que amenace tanto la seguridad de Estados Unidos como la seguridad nacional de aquellos con los que trabaja Washington.
No es esta la primera vez que Wikileaks pone entre la espada y la pared al Pent¨¢gono. El pasado mes de julio, la p¨¢gina web public¨® 75.000 archivos secretos sobre la guerra de Afganist¨¢n proporcionados por un soldado del Ej¨¦rcito de EE UU, Bradley Manning, de 22 a?os, que en la actualidad est¨¢ arrestado en la base de los marines en Quantico (Virginia). Puede afrontar cargos de alta traici¨®n.
Esperando la tormenta que se avecinaba, el Pent¨¢gono puso a trabajar hace d¨ªas a 120 expertos en los campos que imaginaba podr¨ªan ser expuestos por Wikileaks. A¨²n m¨¢s, el Departamento de Defensa declar¨® que no esperaba grandes sorpresas de entre la ingente cantidad de documentos sobre la guerra de Irak que ahora han salido a la luz.
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