Inflaci¨®n de goles

El autob¨²s del Madrid era un merendero improvisado en el aparcamiento del Rico P¨¦rez despu¨¦s del partido del s¨¢bado. Eran las 22.30. El cocinero, Chechu, repart¨ªa bandejas de pasta a toda velocidad y los jugadores, sentados en sus asientos, devoraban los hidratos con el apetito de los n¨¢ufragos, jaleados por una muchedumbre de admiradoras y admiradores adolescentes que les observaban a trav¨¦s de las ventanillas intentando descubrir algo fant¨¢stico en todo ello. Lo m¨¢s extraordinario debi¨® de ser lo que comi¨® Cristiano Ronaldo para reponer energ¨ªas camino del aeropuerto. El portugu¨¦s fue uno de los ¨²ltimos en salir del vestuario. Brillante como un molde de l¨¢tex, feliz, se fue a ingerir su raci¨®n de rancho reconstituyente de spaghetti bolognesa con la sensaci¨®n del deber cumplido. Su dicha ser¨ªa plena al menos durante una hora m¨¢s. Acababa de hacerle dos goles al H¨¦rcules. Pero en el Camp Nou su archienemigo, Leo Messi, no le dio tregua. Mientras Cristiano se montaba en el avi¨®n que lo devolvi¨® a Madrid, Messi le meti¨® su segundo tanto al Sevilla, alimentando una carrera de goleadores sin precedentes por la magnitud de los futbolistas implicados y su eficacia en el ¨¢rea rival. Un acontecimiento que, de continuar su desarrollo actual, ser¨¢ recordado como uno de los duelos m¨¢s asombrosos de la historia del f¨²tbol.

Messi suma 61 goles en los ¨²ltimos 61 partidos. Cristiano le persigue con 46 en 48

La mecha se encendi¨® con la llegada de Cristiano al Madrid, hace un a?o y medio, y la subsiguiente pugna por el Bal¨®n de Oro. Desde entonces, Messi suma 61 goles en los ¨²ltimos 61 partidos que ha disputado. Cristiano lleva 46 goles en 48 partidos. El portugu¨¦s parti¨® con retraso debido a una lesi¨®n de tobillo que le mantuvo dos meses de baja. Messi acab¨® el ¨²ltimo campeonato como pichichi con 34 goles. Cristiano hizo 26.

Esta temporada van camino de superarse. Messi, que estuvo a punto de que le partieran una pierna de una patada y se perdi¨® algunas jornadas recuper¨¢ndose del golpe, no ha desaprovechado sus apariciones: siete goles en siete partidos de Liga. Cristiano ha metido 12 goles en sus nueve encuentros. Ambos marcan un ritmo cada vez m¨¢s alto. Messi ha metido al menos dos goles en los ¨²ltimos tres partidos que jug¨® con el Bar?a. Su adversario madridista ha hecho lo mismo en los ¨²ltimos cuatro partidos de Liga.

El duelo que fomentan Messi y Cristiano con sus goles multiplica sus efectos gracias a las diferencias presupuestarias, cada vez m¨¢s grandes en el f¨²tbol espa?ol. Desde 2007, el reparto del dinero de las televisiones se ha desequilibrado m¨¢s, empobreciendo a todos los clubes en relaci¨®n con el Madrid y el Bar?a, que exhiben su poder¨ªo y aumentan sus estad¨ªsticas cada fin de semana a costa de rivales debilitados. Los virtuosos como Messi y Cristiano lo aprovechan como nunca. El a?o pasado, a estas alturas del campeonato liguero, Messi llevaba seis goles y Cristiano cinco. La nueva versi¨®n es m¨¢s prol¨ªfica y m¨¢s eficaz.

Messi y Cristiano sintetizan un modelo de Liga. Cada uno es vital en su equipo. El Bar?a gira alrededor de Messi lo mismo que el Madrid se acomoda a las caracter¨ªsticas de Cristiano. En momentos de dificultad, cuando los mecanismos colectivos dejan de funcionar, aparecen los hombres m¨¢s desequilibrantes para meter sus goles. A Messi le patrocina Guardiola, entregado a proporcionarle las condiciones para que explote sus recursos. En el Madrid, el protegido es Cristiano, un jugador al que Mourinho no deja de se?alar como "un ejemplo" ante sus propios compa?eros.

A este paso, el duelo de Messi y Cristiano producir¨¢ unas cifras que dejar¨¢n en an¨¦cdota los enfrentamientos hist¨®ricos entre artilleros de la Liga: L¨¢ngara y Bata, Zarra y C¨¦sar, Di St¨¦fano y Murillo, Puskas y Mart¨ªnez, Baltazar y Hugo, Romario y Suker, Ronaldo y Alfonso, Vieri y Rivaldo, Ra¨²l y Rivaldo... Los n¨²meros del pasado ser¨¢n ceniza despu¨¦s del bombardeo contempor¨¢neo.

Cristiano y Messi no dan tregua