"La frivolidad nos salva, por eso las mujeres somos menos aburridas"
Yasmina Reza (Par¨ªs, 1959) llega al hotel Lutetia de Par¨ªs, pide un zumo de naranja y sonr¨ªe esperando la primera pregunta. Fue actriz en su tiempo, pero ahora es escritora, autora de obras de teatro de ¨¦xito planetario y tambi¨¦n, por primera vez, cineasta. Arte, su texto m¨¢s famoso, se ha representado -y se sigue representando- por todo el mundo. Alguien la ha calificado de diva. No lo es (o al menos no lo parece): es simp¨¢tica, habladora y se r¨ªe a menudo. Pero no permite que le hagan fotos, odia posar y rechaza las entrevistas en televisi¨®n. Se convirti¨® en la sombra de Nicolas Sarkozy durante su ¨²ltima campa?a electoral para, armada de un cuadernito, escribir sobre el secreto existencial de los pol¨ªticos. El resultado, El alba la tarde o la noche, es un l¨²cido retrato del actual presidente de la Rep¨²blica francesa.
"Espa?a representa, en cierta manera, el lugar de las ra¨ªces de mi ni?ez"
"Carmen Maura es una de las mejores actrices que he conocido nunca"
"La gente con una infancia feliz arrastra la nostalgia del para¨ªso"
"Los pol¨ªticos no viven de verdad ni perciben el tiempo, huyen de ¨¦l"
Hoy se inaugura el festival de cine europeo de Sevilla donde se podr¨¢ ver su primera pel¨ªcula, escrita y dirigida por ella, Chicas, titulada as¨ª, en espa?ol. Cuenta la historia de una madre malague?a, Pilar (Carmen Maura), que tras enviudar en los setenta emigra a Francia, y la de sus tres hijas, nacidas en Espa?a, criadas en las afueras de Par¨ªs y lastradas para siempre por una nostalgia que les impide ser felices.
Pregunta. ?Qu¨¦ tal su experiencia como cineasta?
Respuesta. Me ha encantado. Amo la m¨²sica, la pintura, la literatura... Y el cine permite hacerlo todo: jugar con el sonido, con el movimiento, con la m¨²sica...
P. ?Por qu¨¦ Espa?a?
R. Yo no soy de origen franc¨¦s. Mi madre es h¨²ngara y mi padre, ruso. Crec¨ª siendo un poco de ninguna parte. A cambio, hab¨ªa una mujer, Andrea Peralta, espa?ola, que cuidaba de nosotros, que nos llev¨® con ella a Espa?a, a un apartamento que ten¨ªa en M¨¢laga. As¨ª que Espa?a, para m¨ª, es en cierta manera el lugar de las ra¨ªces de la infancia. Si tengo que evocar un pa¨ªs a la hora de explicar el desarraigo, ese es Espa?a. Aunque mis padres siempre quisieron que yo fuera solo francesa.
P. ?Nunca les pregunt¨® por sus pa¨ªses de origen?
R. Cuando era ni?a, no.
P. ?Y despu¨¦s?
R. S¨ª, pero segu¨ªan sin querer responderme.
P. Es extra?o.
R. No tanto. Mis padres, para empezar, no guardaron ning¨²n lazo con su tierra de origen. Es el destino de muchos jud¨ªos en el siglo XX. Son gente con mucha capacidad para desarraigarse.
P. ?El desarraigo explica la soledad y la tristeza de esas tres hermanas?
R. Bueno, ellas son completamente francesas, aunque su infancia es espa?ola. Pero s¨ª, creo que la sensaci¨®n de no ser de ninguna parte, que yo he padecido, es a la vez una suerte, porque no se arrastra un pasado, pero conduce a la soledad.
P. ?La padeci¨® de ni?a?
R. Cuando yo iba al colegio, en las vacaciones, los otros ni?os dec¨ªan: 'Yo me voy a Normand¨ªa, a casa de mi t¨ªa', 'Me voy a Breta?a, a casa de mi prima'. Y yo me quedaba en Saint Cloud, en la periferia de Par¨ªs, que era un lugar completamente nuevo, sin identidad clara, soportando la sensaci¨®n de no ser de ninguna parte.
P. Seg¨²n la pel¨ªcula, uno solo es feliz de ni?o.
R. La pel¨ªcula no es autobiogr¨¢fica. En mi caso es todo lo contrario. Yo no fui muy feliz en la infancia. Comenc¨¦ a vivir a la edad adulta. Y estoy convencida, tras examinar mi vida y la de mis amigos, que una infancia muy feliz no es un buen negocio para la vida.
P. ?Ah, no?
R. No. La gente que no ha sido muy feliz en la infancia tiene m¨¢s armas. Los que han vivido una infancia feliz arrastran para siempre una nostalgia del para¨ªso.
P. ?Por qu¨¦ eligi¨® a Carmen Maura?
R. Buscaba una actriz espa?ola, con acento espa?ol, que fuera guapa, que hablara franc¨¦s, y me encontr¨¦ con Carmen. Es una de las mejores actrices que he conocido nunca: inteligente, intuitiva, a la que no hace falta decirle las cosas mil veces.
P. ?Por qu¨¦ no quiere que la entrevisten en televisi¨®n?
R. Bueno, no me gustan las entrevistas en general. Me encantar¨ªa no tener que explicar mis obras, pero hoy por hoy eso es imposible. Dicho esto, creo que la televisi¨®n carece de misterio. No hay silencios, ni dudas... Prefiero la radio.
P. Usted ha dicho que le gusta la frivolidad.
R. Me encanta.
P. Leyendo sus libros o viendo su pel¨ªcula no lo parece. Son m¨¢s bien tristes. O al menos muy serios.
R. ?Son serios en el fondo, pero tambi¨¦n graciosos durante mucho tiempo! En fin, si el mundo fuera alegre, yo no escribir¨ªa. Y la palabra frivolidad es un poco peligrosa. No me gusta nada la futilidad, lo que no es profundo, lo que no mira al interior de las cosas. Pero la frivolidad es otra cosa: que a uno le guste ir bien vestido, re¨ªrse con tonter¨ªas... La frivolidad nos salva. Y por eso, muchas veces, las mujeres son menos aburridas que los hombres. Las mujeres pueden hablar de la muerte y dos segundos despu¨¦s del color de un vestido y las dos cosas forman parte de la vida. Eso es una forma de inteligencia.
P. Despu¨¦s de escribir sobre Sarkozy, ?cambi¨® su idea de los pol¨ªticos?
R. Aprend¨ª que son muy fr¨¢giles.
P. No lo parecen.
R. No son hombres fuertes, como los hombres de negocios, los m¨¦dicos o los generales, por ejemplo. Buscan serlo, pero no lo son. Se parecen m¨¢s a los actores, son personas heridas. Por eso eligen esa vida, como los actores que buscan la gloria. La gente que persigue cosas as¨ª, la gloria o gobernar, es porque arrastran alguna herida. Eso lo he visto con mis propios ojos. Adem¨¢s, necesitan estar todo el tiempo en movimiento. No viven una vida de verdad, no perciben el tiempo, huyen de ¨¦l.
P. ?A Sarkozy le gust¨® el libro?
R. No mucho.
P. ?Y a usted Sarkozy?
R. Tras pasar tanto tiempo con ¨¦l, me suscit¨® sentimientos diversos: en primer lugar afecto y admiraci¨®n por su coraje y su capacidad de trabajo. Es gracioso, atrayente, a ratos exasperante e inaguantable, y a veces tonto. Y muy tranquilo. La gente lo percibe como un ser nervioso y agitado, pero solo est¨¢ agitado en p¨²blico. Es extra?o, ?eh?
P. Cuando gana y se convierte en presidente de la Rep¨²blica, le confiesa que por fin ha llegado pero que no es feliz.
R. Ah¨ª demuestra que es tr¨¢gico tener un sue?o y cumplirlo.
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