Coronel Narciso Carreras, director del Cesid en el 23-F
Si la discreci¨®n fuese un atributo de los esp¨ªas, Narcisco Carreras ser¨ªa el esp¨ªa perfecto. Falleci¨® el 17 de octubre, en Madrid, a los 91 a?os, y su fallecimiento, como la mayor parte de su vida profesional, ha pasado casi inadvertido, salvo para sus m¨¢s allegados. Pero Carreras, oficial del Estado Mayor, coronel de Infanter¨ªa de Marina, no era un esp¨ªa, sino un militar, aunque le tocase estar al frente del servicio espa?ol de espionaje, el Centro Superior de Informaci¨®n para la Defensa (Cesid) -hoy Centro Nacional de Inteligencia (CNI)- en uno de los momentos m¨¢s delicados de su historia: el 23 de febrero de 1981.
Carreras lleg¨® a la direcci¨®n del Cesid en julio de 1980, en plena ofensiva de ETA y de los grupos ultras que intentaban desestabilizar la fr¨¢gil democracia espa?ola, como jefe interino, para cubrir la vacante dejada por la marcha del general Gerardo Mari?as. Desde su creaci¨®n, en 1977, por el teniente general Manuel Guti¨¦rrez Mellado, el Cesid aun no hab¨ªa encontrado su sitio, entre el recelo de los ej¨¦rcitos de los que proced¨ªa y la desconfianza del Gobierno al que deb¨ªa servir.
Puesto ingrato
Carreras se hizo cargo de la direcci¨®n aunque no ostentaba el empleo de general, el correspondiente al cargo, y se pas¨® los 10 meses que estuvo al frente del servicio secreto esperando que el Gobierno le nombrase un superior, lo que no era f¨¢cil, ya que nadie envidiaba un puesto tan ingrato. No sorprende, por eso, que no se hiciera con el control del centro, cuyo verdadero hombre fuerte era su secretario general, Javier Calder¨®n, ni se le debe reprochar que aquella tarde aciaga fuera el primer sorprendido por el asalto al Congreso y el secuestro del Gobierno y el Parlamento en pleno.
Pasado el susto, ante los cada vez m¨¢s insistentes rumores sobre la implicaci¨®n de algunos de sus subordinados, Carreras encarg¨® un informe interno al teniente coronel Juan Ja¨²denes. Pese a su car¨¢cter exculpatorio, el capit¨¢n Vicente G¨®mez Iglesias fue condenado a seis a?os de c¨¢rcel y luego parcialmente indultado. El 23 de mayo de 1981, el teniente coronel Emilio Alonso Manglano se hizo cargo de la direcci¨®n del Cesid e inaugur¨® un mandato de 13 a?os. Carreras fue destinado al Gabinete del ministro de Defensa, Alberto Oliart, donde trabaj¨® en la integraci¨®n de Espa?a en la OTAN.
Por aquellos 10 meses, el nombre de este militar -tan parecido a muchos otros por su sentido de la lealtad, la disciplina y la profesionalidad- deber¨ªa figurar de alguna forma en los libros de la reciente historia de Espa?a.
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