El t¨®pico de la eficacia

Guiarse por criterios simplistas y lugares comunes no es la mejor v¨ªa para tomar decisiones correctas. Uno de esos t¨®picos es que el sector privado es m¨¢s eficiente que el p¨²blico porque puede proveer servicios de la misma (o m¨¢s) calidad a menor coste. En realidad, cuando se privatiza la producci¨®n de una prestaci¨®n p¨²blica hay que pagar, adem¨¢s del coste del servicio, el beneficio del productor. Esto encarecer¨¢ la prestaci¨®n, a no ser que la empresa privada tome medidas reductoras del coste como pagar menos a quienes prestan el servicio, proveerlo con personal menos cualificado, limitarse a aceptar usuarios que no sean caros o producir solo prestaciones baratas. Estos comportamientos se han dado en, por ejemplo, la producci¨®n privada de sanidad o educaci¨®n. Muchas veces la elecci¨®n entre producci¨®n p¨²blica y privada es una elecci¨®n entre provisi¨®n m¨¢s barata y de menor calidad o m¨¢s cara y de m¨¢s calidad.

Habr¨¢ quien argumente que la competencia impedir¨¢ prestaciones m¨¢s bajas y forzar¨¢ reducciones de costes. Esto es tan poco probable que quien lo afirme deber¨¢ aportar alguna evidencia m¨¢s all¨¢ de su fe en ello. En todo caso, en los servicios sociales muchas veces las empresas se limitar¨¢n a competir por concesiones p¨²blicas que pueden acabar siendo otorgadas con criterios diferentes del de la eficiencia. Por otro lado, la competencia por usuarios puede ser reducida (por el exceso de demanda y los costes de entrada para nuevas empresas proveedoras) y limitarse al precio. M¨¢xime cuando, por su estado f¨ªsico o la indiferencia familiar, muchos usuarios no podr¨¢n quejarse de la calidad. Adem¨¢s, seg¨²n c¨®mo se realice, la privatizaci¨®n puede acabar creando niveles de atenci¨®n diferentes para pobres (financiado con dinero p¨²blico) y ricos (subvencionado con dinero p¨²blico y completado con dinero privado).

Lo ¨®ptimo ser¨ªa, entonces, no privatizar los servicios sociales. Pero, como el sector p¨²blico carece de los medios para garantizar una aplicaci¨®n efectiva de la Ley de Dependencia en los plazos establecidos, es inevitable que el privado tenga un papel complementario. Esta colaboraci¨®n debe someterse a controles de calidad, limitaciones de precios, y evitar los esquemas de colaboraci¨®n p¨²blica/privada porque solo sirven para ocultar el endeudamiento al precio de encarecer los costes de financiaci¨®n y debilitar el control sobre las prestaciones.

En suma, la privatizaci¨®n es una v¨ªa r¨¢pida, sencilla y barata de provisi¨®n. Pero quien busque la calidad en las prestaciones debe ir m¨¢s all¨¢, incluso si esto es m¨¢s caro. El sector privado puede tener un papel complementario, pero nunca ser la v¨ªa esencial de prestaci¨®n.

Ignacio Zubiri es catedr¨¢tico de Hacienda. Universidad del Pa¨ªs Vasco.