Monetizar la deuda
El principal problema de esta larga y profunda crisis es la reducci¨®n del consumo en muchos pa¨ªses del mundo. Ello es debido, sobre todo, a la combinaci¨®n de tres factores: el crecimiento del desempleo, el empobrecimiento de la poblaci¨®n a trav¨¦s de una reducci¨®n de su renta disponible, y la sequ¨ªa del cr¨¦dito. Ya se sabe que la evoluci¨®n del PIB depende, en distinto grado, de la del consumo. En ello Espa?a no es diferente de otros pa¨ªses.
Ni EE UU. No paliar significativamente estas deficiencias le ha costado a Obama la paliza en las elecciones de medio mandato. M¨¢s all¨¢ de otras consideraciones de segunda y tercera derivada, en ello coinciden todos los analistas. A tratar de superarlas se ha dedicado inmediatamente la Reserva Federal (Fed). Como se esperaba, nada m¨¢s terminar la votaci¨®n del pasado martes, Ben Bernanke, su gobernador, anunci¨® a trav¨¦s de un comunicado una nueva fase de expansi¨®n monetaria cuantitativa (denominada QE2) por valor de 600.000 millones de d¨®lares para comprar deuda, en plazos mensuales de 75.000 millones, hasta mediados del a?o que viene. Ello significa una fuerte inyecci¨®n de liquidez en la econom¨ªa americana.
La gran pregunta es qu¨¦ ocurrir¨¢ si tambi¨¦n falla esta nueva inyecci¨®n de dinero en EE UU o sus efectos son a largo plazo
En definitiva, se trata de una especie de monetizaci¨®n de la deuda, una vez que a la Fed se le van acabando las medidas de actuaci¨®n m¨¢s tradicionales: tipos de inter¨¦s muy bajos (el precio del dinero est¨¢ cercano a cero) y una primera fase de expansi¨®n monetaria, por valor de 1,7 billones de d¨®lares. La gran pregunta es qu¨¦ ocurrir¨¢ si esta medida tambi¨¦n falla -o solo da resultado a medio y largo plazo- y se acaban los est¨ªmulos monetarios sin haber logrado volver a una recuperaci¨®n sostenible. Seg¨²n el comunicado de la Fed, la coyuntura manifiesta una recuperaci¨®n "lenta y decepcionante".
Bernanke, fiel disc¨ªpulo de Milton Friedman, cuyo monetarismo ha sido una de las doctrinas econ¨®micas m¨¢s influyentes del siglo XX, est¨¢ siendo atacado a diestro y siniestro. Ir¨®nicamente se le denomina "Ben helic¨®ptero" al haber recuperado la par¨¢bola que desarroll¨® Friedman en los a?os sesenta en dos de sus libros seminales sobre la cantidad ¨®ptima de dinero en circulaci¨®n y una historia monetaria de EE UU, escrita conjuntamente con Anna Schwartz: un helic¨®ptero que arrojaba sacos de d¨®lares sobre una localidad, cuyos habitantes pod¨ªan disponer de los mismos para gastar (para consumir), o guardarlos debajo del colch¨®n, en cuyo caso la medida habr¨ªa fracasado.
Los cr¨ªticos subrayan otros riesgos adheridos a la inyecci¨®n de liquidez por valor de esos 600.000 millones de d¨®lares (bastantes m¨¢s de los que preve¨ªa previamente el mercado): evitar la deflaci¨®n pero generando una inflaci¨®n descontrolada, provocar una guerra de divisas (ya que ello significa de hecho la devaluaci¨®n administrativa del d¨®lar y, por tanto, unas exportaciones americanas m¨¢s atractivas) o facilitar nuevas burbujas en los pa¨ªses emergentes.
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