"Ya se puede hablar de un G-21 con Espa?a"
Los sherpas son los gu¨ªas de los escaladores en el Himalaya. Comparten el riesgo y portan los fardos m¨¢s pesados, pero casi nunca aparecen en las fotos que consagran la gloria. Bernardino Le¨®n (M¨¢laga, 1964) ha sido sherpa de Jos¨¦ Luis Rodr¨ªguez Zapatero en la marcha que le ha llevado a lograr un asiento permanente en la cima de la gobernanza econ¨®mica mundial, el mal llamado G-20.
Pregunta. ?Se puede hablar ya de un G-21 con Espa?a?
Respuesta. La imagen de marca del G-20 est¨¢ muy asentada, pero s¨ª, ya se puede hablar de un G-21. Se¨²l confirma la existencia de un grupo estable de 21 pa¨ªses -en realidad, 20 m¨¢s la Uni¨®n Europea- que se refleja no solo en los invitados a la cumbre, sino tambi¨¦n en los pa¨ªses que son examinados o en los que participan en los grupos de trabajo y reuniones de ministros de finanzas.
"No estamos solo por estar. Zapatero llevar¨¢ a Se¨²l 10 grandes propuestas"
"No creo que exista una guerra de divisas. Los l¨ªderes hablar¨¢n de ello"
"En La Moncloa se ha creado una unidad similar a la que tienen otros pa¨ªses"
"Aznar no quiso entrar en el G-20. Pele¨® por estar en el G-8 y no lo logr¨®"
P. ?Espa?a es miembro de pleno de derecho del club?
R. El G-20 no es una organizaci¨®n internacional, sino un foro de coordinaci¨®n. Pero es cierto que Espa?a ha consolidado plenamente su papel. Corea ha invitado adem¨¢s a cuatro pa¨ªses, dos africanos y dos asi¨¢ticos, pero advirtiendo de que lo hace con car¨¢cter rotatorio y que no tienen por qu¨¦ ser siempre los mismos.
P. ?Por qu¨¦ Espa?a s¨ª y Holanda no?
R. Las razones por las que Holanda, que ha estado presente en otras cumbres, no ha sido invitada ahora no me corresponde explicarlas. Se buscaba dar voz a otras continentes que est¨¢n menos representados que Europa, y eso quiz¨¢ ha cerrado la puerta a Holanda, aunque tambi¨¦n ha dificultado la presencia de Espa?a. Yo creo que el presidente Zapatero acert¨® en su estrategia. Muchos le criticaron por asumir ese reto p¨²blicamente, pero eso hizo que todo el pa¨ªs se pusiera de su lado. Tambi¨¦n fue fundamental estar en la primera cumbre y, en contra de lo que se dijo entonces, no se trat¨® de que Sarkozy nos cediera una silla, sino que la presencia de Espa?a en Washington fue fruto de un acuerdo a tres, entre Espa?a, Francia y EE UU.
P. Entonces a¨²n estaba Bush...
R. Es cierto. Zapatero se lo agradeci¨®, y eso honra a Bush. Creo que tambi¨¦n fue un acierto que Espa?a se implicara a todos los niveles, que nuestra aspiraci¨®n no fuese estar solo en la foto de los l¨ªderes, sino tambi¨¦n en los grupos de trabajo. El presidente dice que este es el logro m¨¢s importante de la pol¨ªtica exterior espa?ola de los ¨²ltimos a?os, y es as¨ª porque Espa?a hab¨ªa culminado su integraci¨®n en organizaciones como la UE o la OTAN, pero ten¨ªa pendiente su presencia en el escenario global.
P. ?El G-20 acabar¨¢ por sustituir al G-7 y el G-8?
R. Estamos en una fase de transici¨®n. La declaraci¨®n de Pittsburgh consagra al G-20 como principal foro de cooperaci¨®n econ¨®mica internacional. En asuntos econ¨®micos y financieros, el G-20 ya ha sustituido al G-7. Ahora est¨¢ ampliando sus horizontes. En Se¨²l veremos, por ejemplo, un intercambio de opiniones sobre el cambio clim¨¢tico.
P. Aznar no quiso entrar en el G-20.
R. No s¨¦ cu¨¢les fueron sus razones. El G-20, a nivel de ministros de finanzas y gobernadores de bancos centrales, se crea en 1998, cuando gobierna el PP, y ya nace como un grupo que aspira a gobernar la globalizaci¨®n, porque el G-8 no representa la pluralidad del mundo actual. Lo cierto es que Aznar no pele¨® por estar en el G-20, s¨ª para entrar en el G-8, lo que no logr¨®.
P. El G-20 no tiene una estructura permanente, pero el Gobierno s¨ª la ha creado en La Moncloa...
R. El G-20 funciona a trav¨¦s de los sherpas, que preparan las reuniones de los l¨ªderes. En Presidencia del Gobierno se ha creado una unidad similar a la que tienen pa¨ªses de nuestro entorno. Es un equipo reducido, de cinco personas, que coordina a los distintos ministerios. Despu¨¦s de Pittsburgh, el presidente me nombr¨® sherpa a m¨ª y cosherpa a Javier Vall¨¦s, director de la oficina econ¨®mica.
P. Espa?a ya est¨¢ en el G-20. ?Para qu¨¦? ?Solo de oyente?
R. Precisamente porque insistimos tanto en que Espa?a estuviera, queremos que se entienda que no era un estar por estar. Espa?a ha sido un miembro activo desde la primera cumbre de Washington, que empieza con una cena en la que intervienen muy pocos l¨ªderes pol¨ªticos, y uno de ellos es Zapatero. A Se¨²l el presidente llevar¨¢ 10 grandes propuestas en materias como creaci¨®n de empleo, comercio internacional, redes regionales de seguridad financiera, fiscalidad en pa¨ªses en desarrollo, seguridad alimentaria o protecci¨®n del consumidor.
P. ?Qu¨¦ espera de Se¨²l?
R. Se¨²l va a cumplir mandatos que vienen de cumbres anteriores. Algunos tienen que ver con el framework, el marco para un crecimiento econ¨®mico vigoroso, equilibrado y sostenible, que incluye orientaciones concretas para cada uno de los 21 pa¨ªses. Cuando algunos l¨ªderes pol¨ªticos dicen que Espa?a es un protectorado demuestran una gran ignorancia de c¨®mo funciona un mundo en el que todos los pa¨ªses son interdependientes. Adem¨¢s, se endosar¨¢ el acuerdo Basilea III, con las nuevas normas de regulaci¨®n financiera. Tambi¨¦n se hablar¨¢ de la reforma de instituciones como el Fondo Monetario Internacional (FMI).
P. En Toronto, los pa¨ªses del G-20 no fueron capaces de coordinar sus pol¨ªticas. EE UU abog¨® por mantener los est¨ªmulos fiscales, y Europa, por la reducci¨®n del d¨¦ficit.
R. Toronto no refleja una descoordinaci¨®n. Lo que refleja es que la situaci¨®n inicial, en la que la crisis golpea a todos los pa¨ªses por igual, ha cambiado. Las econom¨ªas emergentes se recuperan mucho m¨¢s r¨¢pido que las desarrolladas. Y dentro de ambos grupos hay pa¨ªses con super¨¢vit corriente y otros con d¨¦ficit. Si aplic¨¢ramos las mismas pol¨ªticas a situaciones diferentes, esos desequilibrios se mantendr¨ªan e incluso aumentar¨ªan.
P. El problema actual es la guerra de divisas...
R. Yo creo que tal guerra no existe...
P. Existe una sobrevaloraci¨®n del euro que perjudica las exportaciones europeas...
R. S¨ª, pero hay que insistir en la coordinaci¨®n. En la reuni¨®n de ministros de Finanzas del pasado d¨ªa 23 en Corea se fijaron dos principios: los tipos de cambio los debe establecer el mercado y no se pueden hacer devaluaciones competitivas. Los l¨ªderes hablar¨¢n con toda franqueza de estos temas en Se¨²l, pero los principios ya est¨¢n acordados. A partir de ah¨ª entraremos en la presidencia francesa del G-20, que ha dicho que el tipo de cambio ser¨¢ su gran prioridad.
P. ?Qu¨¦ efecto pueden tener los resultados electorales en EE UU?
R. Es indudable que hay un nuevo escenario pol¨ªtico en EE UU, pero la econom¨ªa estadounidense no es ajena a decisiones econ¨®micas que se toman en otros pa¨ªses. Y eso solo puede llevar a una conclusi¨®n: hay que cooperar. Espero que as¨ª lo entiendan los republicanos.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.