"Lleg¨® la hora de dejarlo..."

As¨ª pues, finalmente, tampoco la eternidad es infinita: Haile Gebrselassie anunci¨® ayer que se retiraba.

Si no miente, si su anuncio no es fruto de la frustraci¨®n, como mantiene su m¨¢nager, Jos Hermens, con Gebrselassie se retira el mejor fondista de la historia, el atleta que ha corrido m¨¢s r¨¢pido que nadie el marat¨®n, el que ha conseguido victorias innumerables en todos los continentes, el deportista que ha marcado dos d¨¦cadas; se retira -lo anunci¨® entre l¨¢grimas, de dolor por la rodilla lesionada que le impidi¨® llegar a Manhattan en el primer marat¨®n de Nueva York que disputaba, de desconsuelo por comprobar que tambi¨¦n a ¨¦l, un hombre tranquilo e incansable que se cre¨ªa eterno, le llegaba su fin-, sin embargo, con una frustraci¨®n tremenda, la de no haber conseguido ganar el oro mundial u ol¨ªmpico en marat¨®n. "Y solo al que gana el marat¨®n se le puede considerar el rey", dijo hace unos a?os, cuando, tras los Juegos de Atenas, dej¨® la pista definitivamente para centrarse en las carreras de larga distancia.

"En mi pa¨ªs, en Etiop¨ªa, desde Bikila, solo el marat¨®n cuenta, los 10.000 metros no son tan importantes". Quiz¨¢s por eso, desde hace unos meses aseguraba a todo el mundo que no se retirar¨ªa antes de los Juegos de Londres 2012, su ¨²ltima oportunidad. "Si por m¨ª fuera, no me retirar¨ªa nunca", dijo a EL PA?S en Madrid en abril pasado. "Y nunca pienso en retirarme, pues en el momento en que empiece a pensarlo ya me sentir¨ªa retirado. Ya me resiento de las tuber¨ªas, el asma no me dejar respirar bien, y de las articulaciones, pero lo bonito de seguir es la lucha para superar el dolor y a m¨ª mismo".

El puente de Queensboro, en el kil¨®metro 25 del recorrido neoyorquino, fue el lugar en el que la rodilla derecha de Gebrselassie dijo basta. La v¨ªspera, una resonancia revel¨® una tendinitis, y pese a ello, sali¨® a correr como si nada. Se mantuvo en cabeza mientras estuvo en la carrera. La vio terminar en Central Park en la tienda que hac¨ªa de botiqu¨ªn; vio ganar a otro Gebre debutante en la gran manzana y et¨ªope como ¨¦l, Gebre Gebremariam, que se impuso con un tiempo de 2h 8m 14s. Despu¨¦s habl¨®. "Nunca hab¨ªa pensado en la retirada", dijo a los periodistas, "pero por primera vez ha llegado el d¨ªa. Me retiro. Debo pensar en otro trabajo, en dar una oportunidad a los j¨®venes".

Gebrselassie, que tiene 37 a?os (naci¨® el 18 de abril de 1973 en Arssi), es de Etiop¨ªa como Abebe Bikila, que hace 50 a?os gan¨® descalzo en Roma su primer marat¨®n ol¨ªmpico, como Mamo Wolde, como Mirus Yifter, como Kenenisa Bekele, como algunos de los mejores atletas de fondo de la historia, y como todos ellos se ha pasado la vida corriendo. Corr¨ªa de peque?o para ir a la escuela, desde los tres a?os, 10 kil¨®metros de ida, 10 de vuelta, todos los d¨ªas, le gusta relatar, con los libros en un brazo, y por eso la forma tan curiosa en que bracea cuando corre, sobre un camino de piedras que sorteaba corriendo de puntillas, y por eso sus apoyos peculiares en la pista...

En el bosque de Entoto, en el altiplano de Addis Abeba, a 3.000 metros de altitud, se ha entrenado toda la vida Gebrselassie, quien acab¨® convirtiendo el atletismo en una industria especializada en r¨¦cords mundiales -bati¨® 27 en su carrera: el m¨¢s valioso, el de marat¨®n, que a¨²n posee, con 2h 3m 59s- que le hizo millonario. En Etiop¨ªa posee un hotel, una cadena de cines, otra de concesionarios de autom¨®viles, y tambi¨¦n tiene una familia, una mujer y tres hijos, y a ellos dedicar¨¢ el resto de su vida, as¨ª como a la lucha para que sus compatriotas vivan mejor.