El m¨²sico que aporrea una m¨¢quina de escribir
Dolor, amor y fatalidad se cruzan en la primera novela de Micah P. Hinson
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Esta vez el instrumento es una Royal de los a?os treinta que Micah P. Hinson (Memphis, Tennesse, 1981) compr¨® en un anticuario cuando a¨²n no hab¨ªa cumplido ni dos d¨¦cadas de desastrosa existencia. "En mis peores momentos con las drogas lo empe?¨¦ todo menos la m¨¢quina de escribir. Me qued¨¦ sin guitarra, pero jam¨¢s sin mi Royal, ella ha sido m¨¢s fiel que ning¨²n dios o mujer. Era mi mejor amiga y lo sigue siendo", recuerda este m¨²sico indie, superviviente de la qu¨ªmica, la c¨¢rcel, una mujer fatal que marc¨® su primer grito musical y un brutal accidente de coche que le dej¨® la espina dorsal herida de por vida.
Fue con esta vieja m¨¢quina con la que escribi¨® hace ocho a?os No voy a salir de aqu¨ª, la novela que hoy sale a la venta en Espa?a en la colecci¨®n H¨¦roes Modernos de Alpha Decay. Hinson la escribi¨® cuando ten¨ªa 21, trabajaba en una pizzer¨ªa y se pasaba la mayor parte del tiempo borracho. Se la dedic¨® a "los perdidos" y la guard¨® -como todo lo que escribe desde entonces- en una caja. Jaime Hern¨¢ndez, director de la discogr¨¢fica de Hinson en Espa?a (Houston Party), fue quien les habl¨® a los editores de la existencia del manuscrito. "Solo exist¨ªa mecanografiado, se lo pedimos a Micah y su mujer lo transcribi¨® y nos lo mand¨® por e-mail", recuerda la editora Ana S. Pareja. "El texto todav¨ªa no hab¨ªa pasado por ninguna correcci¨®n ni edici¨®n en ingl¨¦s. Los primeros editores que la le¨ªmos fuimos nosotros. As¨ª que contratamos a la escritora Mara Faye Lethem, que trabaj¨® durante el verano con Micah para pulir el manuscrito. Una vez finalizado el proceso, Miquel Izquierdo, que ha traducido tambi¨¦n a Bob Dylan y Nick Cave, se puso a trabajar".
El viaje a ninguna parte de una pareja enamorada y equivocada tiene esa intensidad melanc¨®lica de las canciones m¨¢s conocidas de este cantautor que actuar¨¢ en Barcelona y Durango esta semana. "Pero el impulso que hay detr¨¢s de una canci¨®n es m¨¢s veloz que el que est¨¢ detr¨¢s de un relato. No escribo canciones como escribo historias", explica ¨¦l, que solo ve como otro de esos extra?os episodios de su vida que sea una editorial espa?ola quien rescate su novela. "Jam¨¢s fui a una discogr¨¢fica, ellos vinieron a m¨ª. Y me gusta pensar que con la literatura ha sido igual. Nunca he parado de escribir, tengo cinco novelas, 1.000 p¨¢ginas de poes¨ªa y m¨¢s de un centenar de cuentos. Pero no han salido de las cajas, y ni tienen por qu¨¦ hacerlo".
Hinson escribe de manera compulsiva. "Me gusta aporrear la m¨¢quina, me gusta su ritmo, el ruido de las teclas, es un combate de boxeo". "Desde que tuve el accidente hace seis a?os no he podido escribir igual", reconoce al preguntarle por las secuelas creativas de su accidente. "No aguanto tantas horas tecleando, pero a la vez los medicamentos para el dolor me dejan en un estado mental muy bueno para escribir, as¨ª que una cosa por otra". Hinson se define como un nost¨¢lgico que huye de la "cat¨¢strofe moderna" en el campo rodeado de sus discos y que no pretende entrar en ninguna lista, y menos en la del rock literario. Ahora es adicto a los parches de Fentanyl, "una hero¨ªna legal" que le inmuniza de los latigazos y le permite actuar en directo. "Entre el dolor y las adicciones, me quedo con las adicciones. S¨¦ que puedo enfrentarme a una desintoxicaci¨®n, el dolor de mi espalda me da m¨¢s miedo".
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