Los jueves (o el domingo), milagro
Con permiso de Berlanga y del CIS, los socialistas catalanes esperan el domingo milagro. Las encuestas indican un malhumor y una desorientaci¨®n profunda de su electorado, que dif¨ªcilmente conseguir¨¢n revertir las ocurrencias de esta campa?a tal como va. Los v¨ªdeos m¨¢s o menos graciosos ser¨¢n la delicia de los polit¨®logos, pero la senyora Maria est¨¢ que trina. Entre los votantes socialistas, el 55,5% (67% en el com¨²n de votantes) considera que la situaci¨®n econ¨®mica es mala o muy mala y el 35% cree que es regular y que no tiene grandes expectativas de mejorar. Este es el dato fundamental en unas elecciones y si no que se lo digan a Obama, que ha pagado caro haberse distra¨ªdo entre las prioridades de su programa y la ¨²nica prioridad de los norteamericanos, que no es otra que acabar con la insoportable cifra de paro: el 9,6%. En Catalu?a, los principales problemas, seg¨²n el diagn¨®stico de los ciudadanos, son el paro, la situaci¨®n econ¨®mica y la inmigraci¨®n.
El electorado se mueve por el miedo y el entusiasmo, y sus opuestos. En Catalu?a se elegir¨¢ presidente por aburrimiento
?La gesti¨®n de la crisis lleva inevitablemente a cualquier partido en el Gobierno a la derrota electoral? No necesariamente. El desgaste se puede contrarrestar con liderazgo, una buena gesti¨®n de la crisis y una buena comunicaci¨®n, que trate a los ciudadanos como seres inteligentes aunque est¨¦n en apuros.
La gesti¨®n del tripartito sale mal parada entre sus propios electores. El 51% de los votantes del PSC, el 54% de ERC y el 55% de ICV la consideran solo regular. ?Se salva el presidente de la quema? La gesti¨®n de Montilla es regular para el 43% de los votantes y el 38% la consideran mala o muy mala. Entre los votantes del PSC el 45% la califican solo de regular.
Deber¨¢ preguntarse el PSC si el silencio que pretend¨ªa acabar con el barullo del primer tripartito se ha acabado interpretando como un vac¨ªo. Si nadie ha llenado de mensaje pol¨ªtico el silencio y se ha convertido en falta de autoridad. El caso es que los ciudadanos consideran que CiU tiene mejores l¨ªderes y est¨¢ mejor capacitada para gobernar.
Montilla, que ha hablado a menudo de liderazgos colectivos, no ha sabido aplicarlos y no le hace ning¨²n favor a su campa?a que Antoni Castells, a quien corresponder¨ªa explicar las respuestas de la socialdemocracia a la situaci¨®n econ¨®mica -si es que las hay-, se haya retirado a los cuarteles de invierno.
Pero continuemos con las pistas que da el CIS. A la pregunta de qui¨¦n defiende mejor los intereses de Catalu?a, la respuesta se?ala a CiU ( 30,4%) y detr¨¢s al PSC (13,4).
Los socialistas no han sabido aglutinar una mayor¨ªa social tras de s¨ª, ni han conseguido representar la defensa de los intereses de Catalu?a.
La desorientaci¨®n y el des¨¢nimo se expresan en la movilizaci¨®n de los votantes. CiU, que, en palabras de Jordi Pujol, "ha salvado el ej¨¦rcito", tiene al 76% de sus votantes dispuestos a ir a las urnas, mientras que solo lo est¨¢n el 41% del PSC, el 41% de ERC y el 51% de ICV. En cambio est¨¢n movilizados el 67% de los votantes del PP y el 62% de los de Ciutadans.
El 28% de los electores del PSC dudan entre votar otra vez al que fuera su partido de elecci¨®n o pasarse a CiU, el 15% duda si emigrar a ICV y el 4% est¨¢n tentados por el voto en blanco.
Con este panorama, ?cu¨¢l es el mensaje de campa?a del PSC? Ni independentistas, ni de derechas. Es decir, a la contra pero sin saber muy bien cu¨¢l es la oferta.
Ni m¨¢s ni menos concreto que la CiU de Mas, que pasa la maroma como un equilibrista que sostiene a Felip Puig en una mano y a Duran Lleida en la otra, pero que lo compensa con una campa?a milimetrada centrada en los mensajes en positivo, la humanizaci¨®n del candidato y la prioridad de la econom¨ªa, olvidando los divertimentos soberanistas de los cuatro a?os de legislatura y las rabietas revanchistas del estilo confidencial.cat.
Dicen los expertos que las decisiones pol¨ªticas se activan por los sentimientos de entusiasmo y miedo y sus contrarios. En Catalu?a pinta que se elegir¨¢ presidente por aburrimiento.
Esther Vera es periodista.
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