Suerte que no votamos ma?ana
No saben bien Zapatero, su Gobierno y su partido lo irritados y hartos que tienen a muchos electores que se consideran m¨¢s o menos de izquierdas o que en todo caso jam¨¢s votar¨ªan por una derecha como la espa?ola: furibunda, beata, corrupta (es corrupto quien no destituye y s¨ª defiende a los presuntos pero muy probables corruptos), difamadora por sistema y en exceso reminiscente de la franquista. El hartazgo y la irritaci¨®n de los izquierdistas hacia el PSOE no son s¨®lo debidos a la reciente reforma laboral del Gobierno y al incumplimiento de sus promesas. Tambi¨¦n tiene que ver con su nulo entendimiento de lo que son las libertades individuales y aun la democracia, con su af¨¢n regulador y prohibicionista, con su puritanismo o mojigater¨ªa dignos de monjas, con la simpleza -cuando no abierta idiotez- de muchos de sus representantes, sobre todo ministros; con su soez usurpaci¨®n del antiguo socialismo, con sus torpezas y rectificaciones, con su injustificado optimismo, rayano en el iluminismo, ante los problemas m¨¢s acuciantes y graves. Si, como se prev¨¦, numerosos votantes de izquierda se quedan en casa o depositan un papel en blanco en las pr¨®ximas elecciones generales de 2012, y tambi¨¦n en las municipales y auton¨®micas del ya cercano mayo (o de este mes en Catalu?a), no ser¨¢ s¨®lo por la situaci¨®n econ¨®mica, sino por lo que acabo de enumerar. La opci¨®n de Izquierda Unida y similares se antoja disparatada, por su entendimiento a¨²n menor de las libertades y de la propia democracia.
"El hartazgo y la irritaci¨®n de los izquierdistas hacia el PSOE no son s¨®lo debidos a la reforma laboral"
El gran problema aparece cuando esos votantes reacios se paran a pensar en el d¨ªa siguiente a las elecciones. Tal como est¨¢ conformada la pol¨ªtica espa?ola, el ¨²nico otro partido que puede gobernar, y adem¨¢s con mayor¨ªa absoluta, es el PP. Antes de que lo hiciera por primera vez, en 1996, hab¨ªa comprensibles dudas y temores respecto a lo que era capaz de hacer en el poder. Despu¨¦s de ocho a?os de haberlo ejercido (1996-2004), ya sabemos c¨®mo se las gasta. Uno siempre espera que la gente pueda cambiar, o que sea sustituida por otra m¨¢s civilizada, pero este no es el caso del PP, a cuyo frente est¨¢ un individuo que form¨® parte de los Gobiernos de Aznar, en cargos bien prominentes. Es chistoso que esta derecha haya calificado el nuevo nombramiento de Rubalcaba como "vuelta al pasado", cuando Rajoy no es ni siquiera eso, sino la permanencia en ¨¦l pura.
Desde que empez¨® la crisis econ¨®mica, el PP ha evitado decir c¨®mo la combatir¨ªa, y se ha cuidado de revelar cu¨¢les ser¨ªan sus medidas y recortes, seguramente porque, al lado de la que ellos har¨ªan, la reforma laboral de Zapatero parecer¨ªa un favor a los trabajadores. Hace unas semanas Rajoy abri¨® por fin la boca -muy poco-, y lo ¨²nico que fue capaz de anunciar es -oh sorpresa- que privatizar¨ªa; es decir, que vender¨ªa a particulares lo que se ha construido a lo largo de d¨¦cadas con el dinero de todos los espa?oles. En concreto, explic¨®, los servicios postales, los trenes, los puertos y los aeropuertos. No he le¨ªdo apenas comentarios a estas inquietantes declaraciones. Tomemos el caso de los trenes. ?Podr¨ªa explicar Rajoy los motivos para entregar la Renfe a una empresa privada? ?Para que funcionara mejor? Es imposible. Los trenes, y sobre todo los AVEs, son una de las escas¨ªsimas cosas que van a la perfecci¨®n en Espa?a. Salen y llegan puntuales, el servicio es excelente, son c¨®modos y r¨¢pidos, algo caros pero no demasiado, y van a tope casi siempre. Su ¨¦xito es indiscutible. ?Entonces? ?Se tratar¨ªa acaso de privatizarlos para sacar m¨¢s dinero y enriquecer a alg¨²n amigo? Recordemos el caso de Telef¨®nica durante el Gobierno de Aznar. Algo costeado por todos pas¨® de pronto a manos privadas, encarnadas por las de un sujeto llamado Juan Villalonga del que s¨®lo se sab¨ªa que hab¨ªa sido compa?ero de pupitre del entonces Presidente. Hoy ese se?or ya no est¨¢ al frente de Telef¨®nica -medio que ha perdido hasta el nombre-, y lo ¨²nico que ahora sabemos de ¨¦l es que vive fuera de Espa?a la mayor parte del tiempo, se casa con ex-modelos y es multimillonario.
Margaret Thatcher llev¨® a cabo la privatizaci¨®n de la red ferroviaria brit¨¢nica, que pas¨® de ser una de las mejores del mundo a ser un completo desastre: no s¨®lo en lo referente al funcionamiento, sino que -no s¨¦ si se acuerdan- proliferaron los accidentes mortales de manera alarmante. En los Estados Unidos, donde el ferrocarril uni¨® al pa¨ªs, la privatizaci¨®n supuso que ese medio de locomoci¨®n dejara de existir pr¨¢cticamente. Algo parecido ha sucedido en algunos pa¨ªses sudamericanos, en los que no hay modo de desplazarse utilizando la v¨ªa f¨¦rrea. Si Rajoy quiere vender los trenes, que como servicio p¨²blico son casi inmejorables, pueden imaginarse qu¨¦ m¨¢s vender¨ªa. ?La Seguridad Social? ?El Museo del Prado? Nada estar¨ªa a salvo. La Sanidad madrile?a, seg¨²n aseguran todos los m¨¦dicos que conozco (y no son precisamente de izquierdas), ha sido destruida por la pol¨ªtica "liberalizadora" de Esperanza Aguirre. La privatizaci¨®n de lo com¨²n, no se enga?en, suele significar, para los ciudadanos que con su contribuci¨®n han erigido instituciones valiosas y que deben ser deficitarias si no hay m¨¢s remedio -pues a todos benefician-, pagar mucho m¨¢s por ellas y obtener peor servicio, o su supresi¨®n a veces. Si esto es lo que el PP se atreve a anunciar, fig¨²rense c¨®mo ser¨¢ el resto de lo que no osa decir y se calla. En verdad estamos entre la espada y la pared, y esta vez es en serio. ?Pared? ?Espada? Menos mal que las elecciones no son ma?ana.?
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