La hambruna vuelve a amenazar a Corea del Norte
El gasto militar frena la capacidad de Pyongyang para comprar cereales
La mayor¨ªa de los 24 millones de habitantes de Corea del Norte sufrir¨¢ carencias de alimentos el a?o que viene a no ser que el pa¨ªs reciba ayuda internacional, seg¨²n han asegurado de forma conjunta la Organizaci¨®n para la Agricultura y la Alimentaci¨®n (FAO, en sus siglas en ingl¨¦s) y el Programa Mundial de Alimentos (PMA). Las dos instituciones dependientes de Naciones Unidas afirman que cinco millones de personas se enfrentan en el pa¨ªs asi¨¢tico a una grave escasez de comida.
El informe se?ala que, a pesar de la relativa buena cosecha de este a?o -algo superior a la de 2009-, Corea del Norte tendr¨¢ una carencia de 867.000 toneladas de cereales, cifra similar a la de otros a?os, pero el pa¨ªs, empe?ado en sus programas militares, planea comprar solo 325.000 toneladas. Naciones Unidas afirma que numerosos ni?os sufren malnutrici¨®n, y que la poblaci¨®n tendr¨¢ que vivir con raciones de grano muy inferiores a las necesarias. La ONU hab¨ªa indicado anteriormente que solo tiene financiaci¨®n para el 20% del programa de ayuda.
Un quinto de la poblaci¨®n sufrir¨¢ escasez grave de comida, dice la ONU
Las inundaciones de los ¨²ltimos a?os han castigado la producci¨®n agr¨ªcola
El estudio, realizado este oto?o por expertos del organismo internacional, asegura que, en siete de las 10 provincias del pa¨ªs, los almacenes no ten¨ªan provisiones de cereales en septiembre y que solo hab¨ªa disponible para distribuir ma¨ªz de baja calidad. Los inspectores detectaron tambi¨¦n que el ma¨ªz conten¨ªa excesivos contaminantes y humedad, debido a las inadecuadas instalaciones de secado.
Las inundaciones que han castigado Corea del Norte en los ¨²ltimos a?os han mermado la producci¨®n agr¨ªcola, lo que, unido al estancamiento de la econom¨ªa, hace que Pyongyang contin¨²e dependiendo de la ayuda de Corea del Sur, China y el PMA. Adem¨¢s, las sanciones internacionales por su programa de armas nucleares han provocado la disminuci¨®n de los env¨ªos internacionales de alimentos.
Corea del Norte depende del apoyo externo para dar de comer a la poblaci¨®n desde que los desastres naturales y la mala gesti¨®n hundieron la econom¨ªa a mediados de la d¨¦cada de 1990. Se estima que la hambruna que asol¨® entonces el pa¨ªs provoc¨® entre varios cientos de miles y dos millones de muertos, seg¨²n las fuentes.
La carencia cr¨®nica de alimentos, la situaci¨®n de la econom¨ªa y la dureza del r¨¦gimen totalitario de Kim Jong-il han incrementado en los ¨²ltimos a?os el n¨²mero de norcoreanos que han huido de su tierra. El Ministerio para la Unificaci¨®n de Corea del Sur asegur¨® el lunes pasado que m¨¢s de 20.000 se han refugiado en el Sur desde el fin de la guerra de Corea (1950- 1953). De ellos, 10.000 lo han hecho desde finales de 2007, y una cifra r¨¦cord de 2.927 el a?o pasado.
La barrera de 20.000 fue cruzada el jueves pasado. El triste honor correspondi¨® a una mujer de 41 a?os, que lleg¨® con sus dos hijos y logr¨® reunirse con su madre, que ya estaba en Se¨²l. El n¨²mero de refugiados comenz¨® a dispararse en 1999, como consecuencia de la hambruna. Hasta ese a?o, hab¨ªan llegado menos de 1.000.
La frontera que separa Corea del Norte y Corea del Sur es una de las m¨¢s vigiladas y armadas del mundo. De ah¨ª que la inmensa mayor¨ªa de los norcoreanos huya a trav¨¦s de China. Pasar esta l¨ªnea divisoria no es dif¨ªcil, pero supone el inicio de un arriesgado viaje. Muchos de los huidos son detenidos por la polic¨ªa china y devueltos a su pa¨ªs, donde se enfrentan a severas penas. Los activistas que ayudan a los refugiados a escapar estiman que en China viven varias decenas de miles de norcoreanos ocultos.
Corea del Sur acoge a todos los desertores que llegan a su territorio, pero les obliga a permanecer tres meses en un centro gubernamental para comprobar sus datos y la informaci¨®n que ofrecen, y otros tres meses en un segundo centro, donde les proporcionan formaci¨®n laboral e informaci¨®n sobre su nuevo hogar. Entre otros, se les ense?a a utilizar un cajero autom¨¢tico o comprar en un supermercado. Tambi¨¦n reciben ayuda econ¨®mica para instalarse.
El proceso de integraci¨®n es complejo. Muchos norcoreanos tienen dificultad para adaptarse a su nueva vida, y denuncian que sufren discriminaci¨®n y tienen problemas para encontrar trabajo. Los dos pa¨ªses comparten el mismo idioma, aunque, a menudo, existen diferencias en el significado de las palabras. La gran brecha, sin embargo, es cultural e hist¨®rica.
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