La OTAN se transforma
Lisboa pone fecha a la salida de Afganist¨¢n y define una Alianza m¨¢s flexible y multifac¨¦tica
La cumbre de la Alianza Atl¨¢ntica en Lisboa, a la que sus participantes otorgan una dimensi¨®n hist¨®rica, est¨¢ obligada en sus efectos a marcar un antes y un despu¨¦s, a riesgo de que, de no conseguirlo, quede en el panorama internacional como una maquinaria sin duda poderosa, pero sobre todo ineficaz y obsoleta. Los esquemas de la guerra fr¨ªa no sirven ya para identificar las nuevas amenazas ni tampoco para combatirlas.
El aprobado documento que contiene el nuevo concepto estrat¨¦gico de la Alianza, en el que han trabajado durante los ¨²ltimos meses un equipo de expertos encabezados por la ex secretaria de Estado estadounidense Madeleine Albright, recupera la noci¨®n de seguridad frente a la m¨¢s restrictiva de defensa. Este cambio implica un mayor acento en las iniciativas pol¨ªticas como medio para prevenir el empleo de la fuerza, y tambi¨¦n para asegurar que, en el caso de que esta fuera necesaria, la Alianza no se vea atrapada en situaciones como las vividas en el conflicto de la ex Yugoslavia o como la que planea sobre la intervenci¨®n en Afganist¨¢n.
Afganist¨¢n se ha convertido en la prueba de fuego de la OTAN, una guerra que no es posible ganar militarmente y de la que las tropas aliadas, comenzando por las de un Barack Obama cada vez m¨¢s presionado, necesitan salir manteniendo la dignidad. En Lisboa se ha dado el visto bueno a una retirada fijada para 2014, aunque iniciada muy parcialmente a partir del a?o pr¨®ximo y que en cualquier caso estar¨¢ sometida a la evoluci¨®n de los acontecimientos sobre el terreno. La firmeza del compromiso internacional en el combate contra los talibanes pasa necesariamente por la salida de Afganist¨¢n en un plazo razonable, no por una continuidad indefinida que contribuye a confundir las cuestiones de principio con objetivos militares operativos. Mantener en el tiempo la actual situaci¨®n de no victoria y no derrota favorece los intereses de los fundamentalistas, no los de la coalici¨®n internacional.
En una Alianza constre?ida por las limitaciones presupuestarias militares de muchos de sus miembros europeos, el marco estrat¨¦gico para los pr¨®ximos 10 a?os pasa por mejorar las relaciones con una Rusia m¨¢s predispuesta. Y la OTAN establece ahora como amenazas algunas que, hasta el momento, permanec¨ªan extramuros de su competencia expresa, como los ciberataques, el crimen organizado, el tr¨¢fico de personas, drogas y armas y la protecci¨®n de las rutas energ¨¦ticas.
En Lisboa se ha puesto de manifiesto una descripci¨®n m¨¢s realista de los riesgos que enfrenta en la actualidad la seguridad colectiva, pero tambi¨¦n de una ampliaci¨®n de los riesgos que hasta ahora eran combatidos mediante otros instrumentos de los que disponen los Estados. Encontrar el punto de equilibrio con esos otros medios resultar¨¢ decisivo para no militarizar innecesariamente el an¨¢lisis de la realidad internacional y las respuestas posibles.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.