Manzanilla y tanguillos
Las tabernas con m¨¢s solera de C¨¢diz y un museo de los vinos de Jerez
A la ciudad de C¨¢diz se la conoce por su chispa y sus playas. Ni tiene plaza de toros (porque se derrib¨® en 1976 debido a su estado de ruina) ni campos con vi?as. Aun as¨ª, es la capital de una provincia llena de bodegas desde el siglo XIX y de fincas con toros bravos y plazas tan relevantes como la de El Puerto de Santa Mar¨ªa. El museo Vinos y Toros, un peque?o espacio reci¨¦n inaugurado en el casco hist¨®rico (cerrado en noviembre), pretende difundir los vinos de Jerez con denominaci¨®n de origen. Aqu¨ª se ense?a a distinguir los diferentes caldos, a saborearlos y a conocer un poco la historia bodeguera de la provincia. ?Y de los toros? Aunque el material es menos abundante, se exhiben carteles de corridas antiguas, fotos del recuerdo y objetos que hacen gracia.
Una reproducci¨®n de Los borrachos de Vel¨¢zquez hace sonre¨ªr nadam¨¢s entrar. La visita dura una hora y cuesta cinco euros con degustaci¨®n y tres euros sin probar nada. Desde el principio se va al grano: Mar¨ªa Jos¨¦ Dur¨¢n, la gu¨ªa, explica que entre 1750 y 1800 se crearon todas las bodegas que dan fama a Jerez, como Osborne, Terry, Duff-Gordon y Garvey. ?Nombres poco gaditanos? Muchas las fundaron empresarios brit¨¢nicos, que consiguieron darlemucha fama. Existen tres tipos de uva: lamoscatel, de la que sale el vinomoscatel; la Pedro Xim¨¦nez, que da el caldo de igual nombre, y la uva palomino, de donde se extraen el fino, la man manzanilla, el amontillado, el oloroso y el palo cortado.
Dos cosas suelen sorprender: el Consejo Regulador del Jerez fue el primero que se cre¨® en Espa?a, en 1933, y en esta denominaci¨®n de origen no existen a?adas. "Los barriles est¨¢n unos sobre otros y se empieza a sacar el vino del que est¨¢m¨¢s abajo. Nunca se saca m¨¢s de un tercio", comenta la gu¨ªa. "Y la cantidad que se ha extra¨ªdo se rellena con el producto del barril que est¨¢ justo encima. Es un vino en constante movimiento". Otro cap¨ªtulo: usos y costumbres. El moscatel y el Pedro Xim¨¦nez son ideales para postre con base de chocolate, helados y quesos azules. La manzanilla y el fino se sirven (y sorben) muy fr¨ªos con pesca¨ªto frito o con una buena tapa. Para el amontillado, maridaje con pescado azul, carnes blancas, aperitivos y quesos curados. Para el oloroso, carnes rojas y de caza. Para el palo cortado, quesos fuertes, consom¨¦s y guisos. Los turistas beben dos copas y ponen cara de satisfacci¨®n.
Una gran vitrina muestra las m¨¢s de mil botellas de vino de Jerez procedentes de bodegas antiguas y coleccionistas. Hay muchas rarezas: el fino que se sirvi¨® en la boda de don Juan Carlos y do?a Sof¨ªa, una botella firmada por Carlos Cano, la colecci¨®n de S¨¢nchez Romete por su bicentenario en 1981 con botellas t¨ªpicas de toreros y flamencas, una deDomecq fabricada por Lladr¨®, otra de Osborne dise?ada por Dal¨ª, el brandy m¨¢s caro del mundo (un Garvey a 650 euros) con barniz de plata... Y hay m¨¢s: cartas de embarque para exportar los vinos de finales del siglo XIX, damajuanas (garrafas donde se transportaba el producto), venencias de bamb¨², metal o pelo de ballena...
Despu¨¦s de una hora, el vino ya est¨¢ en los pies. ?Otra copa de jerez en una taberna?
? Museo Vinos y Toros (956 28 97 16; www.vinosytoros.com ). Feduchy, 17. De lunes a viernes, de 10.00 a 14.00 y de 16.00 a 20.00.
Flamenco en Casa Manteca
Se puede conocer a la perfecci¨®n la idiosincrasia de C¨¢diz si uno se da una vuelta por sus tabernas. Comencemos por una de las m¨ªticas, Casa Manteca (Corral¨®n de los Carros, 66; 956 21 36 03), en el barrio de La Vi?a, el m¨¢s carnavalero, el m¨¢s marinero. Siempre suena flamenco. Las paredes est¨¢n llenas de carteles de toros y fotos de famosos. Hay que pedir un vino y chacinas (queso, jam¨®n, ca?a de lomo y chicharrones), que las sirven en papel de estraza, y apuntan la cuenta con tiza en el mostrador. Caminando hacia la tienda Magerit (Ferm¨ªn Salvochea, 2; 956 22 79 94) se nota el fresco de la alameda de Apodaca. Una de las due?as de este establecimiento es sumiller y prueba los caldos a ciegas para elegir los mejores seg¨²n el baremo calidad/precio. Recomiendan un vino distinto cada mes y ofrecen clases de cata con bastante ¨¦xito. Una buena idea para las noches es conjugar una copa de vino con alegr¨ªas y tanguillos, la contribuci¨®n gaditana al flamenco. Las pe?as La Perla de C¨¢diz (Carlos Ollero, s/n; 956 25 91 01), al lado del jaranero barrio de Santa Mar¨ªa, y Enrique El Mellizo (plaza de Filipinas, s/n; 956 22 19 85), cerca de las murallas que dan a la bah¨ªa, levantan el esp¨ªritu. El comp¨¢s de los palos fiesteros tambi¨¦n se siente en El Marqu¨¦s de C¨¢diz (Marqu¨¦s de C¨¢diz, 3; 956 25 42 88), en un edificio del siglo XVIII construido con la tradicional piedra ostionera de la ciudad. Para acompa?ar el trago, chacinas, salazones y conservas de pescado t¨ªpicamente gaditanas. A un paso se encuentra el cl¨¢sico despacho de vinos La Manzanilla (Feduchy, 19; 956 28 54 01), abierto en 1900. Hay que pedir el caldo de Sanl¨²car de Barrameda con unas aceitunas. Se puede ver una colecci¨®n de botellas antiqu¨ªsimas y barriles de roble con solera. Si hay alg¨²n gaditano, puede que rememore la letra del tango La Manzanilla de los Carnavales de 1955: "Quiero decirte, / Manzanilla de mi alma, / que eres el vino m¨¢s bueno / que se produce en Espa?a, / novia del cante flamenco, / de los tanguillos madrina, / contigo brindamos todos / entre confetis y serpentinas".
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