Frente a los malos tratos, denuncia
En 1999, la Asamblea General de la Naciones Unidas declar¨® el 25 de noviembre como el D¨ªa Internacional de la Eliminaci¨®n de la Violencia contra la Mujer. Llevamos, pues, 11 a?os conmemorando, desde las instituciones p¨²blicas, con las organizaciones de mujeres y con toda la sociedad, la lucha contra cualquier forma de violencia que sufren las mujeres.
Pero es mucho m¨¢s el tiempo que llevamos trabajando contra esta lacra social, mediante un esfuerzo constante, en¨¦rgico y tenaz, para construir un mundo libre de violencia. Y hemos conseguido avances significativos. Lo que antes era considerado un problema a resolver en el ¨¢mbito privado, hoy se considera una cuesti¨®n de inter¨¦s con respuesta p¨²blica. Se ha pasado de tolerar el mal llamado "crimen pasional" a combatir la violencia de g¨¦nero, del vac¨ªo legal a tener una ley que sit¨²a a nuestro pa¨ªs a la cabeza de Europa en la lucha contra los malos tratos.
La violencia de g¨¦nero no entiende de edad ni de condici¨®n social, nivel cultural, raza o etnia
Estoy convencida de que esta trayectoria nos sit¨²a en el camino adecuado. Una ruta que habr¨ªa sido diferente de no haber contado con las organizaciones feministas y de mujeres, pieza clave en este proceso. Y a la que tambi¨¦n han contribuido, sin duda alguna, los medios de comunicaci¨®n, los Ayuntamientos, los sindicatos, el empresariado y todos los profesionales y las profesionales que se implican cada d¨ªa en la lucha contra la violencia machista. Y entre todos y todas hemos ido configurando una red que cada vez cerca m¨¢s la violencia. Y toda esta experiencia ha dado como resultado que el Gobierno de la Junta de Andaluc¨ªa cuente con dos leyes fundamentales: La Ley para la Promoci¨®n de la Igualdad de G¨¦nero en Andaluc¨ªa y la Ley de Medidas de Prevenci¨®n y Protecci¨®n Integral contra la Violencia de G¨¦nero.
En este proceso, hay que dedicar un espacio destacado a la parte m¨¢s sangrante que rodea la violencia de g¨¦nero, un recuerdo muy especial a las m¨¢s de 600 mujeres que en los ¨²ltimos 11 a?os han perdido la vida v¨ªctimas de la violencia de g¨¦nero en nuestro pa¨ªs, de las que m¨¢s de un centenar viv¨ªan en Andaluc¨ªa. Y eso es mucho m¨¢s que transmitir una realidad, es ponerle nombre y apellidos, rostro, a cada una de las v¨ªctimas, sin olvidar que sus asesinos eran sus parejas o ex parejas, personas con las que hab¨ªan decidido tener una vida en com¨²n, con las que conviv¨ªan bajo el mismo techo o con las que compart¨ªan una relaci¨®n basada en el afecto y en el amor.
Algunas de ellas eran, adem¨¢s, j¨®venes que apenas hab¨ªan alcanzado la treintena, otras inmigrantes que llegaron a nuestra tierra en busca de un futuro mejor. Tambi¨¦n las hab¨ªa mayores, de niveles socioecon¨®micos diferentes, de distintas ciudades y entornos... Son datos que tienen la fuerza de la tr¨¢gica realidad y que revelan que la violencia de g¨¦nero no entiende de edad ni de condici¨®n social, nivel cultural, raza o etnia.
Pero quiero destacar un dato que me preocupa: de las 16 mujeres asesinadas en lo que llevamos de a?o en Andaluc¨ªa, solo tres hab¨ªan presentado denuncia previa. Y es que hasta que no se interpone una denuncia contra el agresor, no podemos empezar a actuar. Es a partir de este momento, con la informaci¨®n y el asesoramiento adecuado, cuando se ponen a funcionar los servicios p¨²blicos.
Y no podemos olvidar que nos encontramos ante un delito de primera magnitud. Poner en duda de forma permanente la veracidad de las denuncias hace un flaco favor a las 73 mujeres que de promedio salen cada d¨ªa a la calle cerrando la puerta de su casa para ir a denunciar su situaci¨®n al juzgado o a la comisar¨ªa m¨¢s cercana. Debemos tener claro que la denuncia es una puerta abierta a la esperanza, a una vida sin violencia.
Por tanto, nuestra prioridad es que ninguna mujer se encuentre sola y se sienta informada y acompa?ada desde los centros de informaci¨®n a la mujer, los juzgados, los centros sanitarios y las fuerzas de seguridad. Deseo as¨ª que la respuesta inmediata y de acompa?amiento permanente que pretende garantizar nuestro sistema haya significado un paso m¨¢s hacia la conquista de su libertad y la de sus hijos e hijas.
Micaela Navarro Garz¨®n es consejera para la Igualdad y Bienestar Social
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