7.000 millones y un fantasma
Dos personajes de una pel¨ªcula de Mel Brooks est¨¢n conspirando en la Casa Blanca y el primero le dice al segundo: "Hay que conseguir que el presidente se lo haga a su esposa o, de lo contrario, ?se lo har¨¢ al pa¨ªs!". Por supuesto que esa escena es de los tiempos en los que a¨²n se pod¨ªan contar chistes sin que se te echase encima un colectivo -aunque tal vez sea mejor as¨ª y ten¨ªa raz¨®n el poeta Vicente N¨²?ez cuando escribi¨® que "todos los chistes son de derechas", en el sentido a¨²n peor de la palabra-, pero sirve para explicar el miedo que Juan Urbano y yo hemos sentido al enterarnos de que el Gobierno no va a ayudar al alcalde de Madrid a barrer bajo la alfombra los 7.000 millones de euros que forman la deuda de la ciudad, que con tantas obras est¨¢ hecha un queso de gruy¨¨re en todos los sentidos, porque un t¨²nel es un agujero no solo en el subsuelo, sino tambi¨¦n en la caja fuerte, y aqu¨ª si algo sobran son t¨²neles. Alberto Ruiz-Gallard¨®n sali¨® de su reuni¨®n con el presidente hecho un estafado de Afinsa, de aquellos que cuando dejaron de poder canjear sellos de correos por euros se echaron a la calle a gritar "Zapatero dimisi¨®n", y nosotros nos ponemos a temblar. "Imag¨ªnate lo que se nos viene encima", dice Juan, "porque si Madrid ya era hasta ayer un lugar en el que la Polic¨ªa Municipal se ha transformado en un ej¨¦rcito de recaudadores y toda la Administraci¨®n est¨¢ enfocada a multar y multar y multar para sacarnos el dinero por la espalda, no quiero ni pensar en lo que nos espera, porque como en esa escena de Mel Brooks, ahora Gallard¨®n se lo har¨¢ a la ciudad". Ya lo saben: si pasas por debajo de la M-30 a 55 kil¨®metros por hora en lugar de a 50, 80 euros de sanci¨®n; si tu hijo se bebe una litrona en una plaza, 300 por vulnerar la ley antibotell¨®n y otros 300 por el jaleo; y la tasa de recogida de basura; y el IBI por las nubes -que es una aliteraci¨®n que le hubiera gustado al poeta postista Carlos Edmundo de Ory, que se muri¨® en voz baja hace unos d¨ªas, en el casi silencio que esta feria de las vanidades reserva para lo disidente, lo no etiquetable-, y la subida del transporte p¨²blico que nos aguarda en la pr¨®xima curva...". Al llegar ah¨ª, Juan Urbano prefiere tener mucho que callar a seguir hablando y le clava esos puntos suspensivos a la frase como quien sella una caja de madera para olvidar lo que hay dentro. Qu¨¦ ingenuidad.
Se empiezan a recortar derechos a los ciudadanos para que el sistema no se hunda
Vivimos en un capitalismo inmaterial, donde el dinero es invisible y las torres m¨¢s altas est¨¢n llenas de fantasmas, espectros que descienden hasta la Bolsa, entran en los Consejos de Ministros y envenenan la moral de los dirigentes pol¨ªticos, que cuando el mar se pone bravo no navegan, solo flotan. Ahora el fantasma que m¨¢s nos asusta y el que se aparece en todos los discursos, es el de "los mercados". Los mercados amenazan, dudan, advierten, sancionan, exigen... y los Gobiernos de Europa se tambalean. El resultado, como todo el mundo sabe, es que se empiezan a recortar derechos a los ciudadanos para que el sistema no se hunda. Esa especie de castillo de Kafka, el sistema, permite que las vacas flacas lo sean por todas partes excepto por el solomillo, que es lo que comen los ricos. Ustedes ya me entienden.
Los Ayuntamientos son gobiernos en miniatura, maquetas que imitan a los edificios, y en consecuencia nos podemos ir preparando, porque esos 7.000 millones que debe Madrid van a salir de nuestras carteras. Esperen y ver¨¢n.
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