Se¨²l refuerza su despliegue militar frente a las costas de Corea del Norte
El ministro de Defensa surcoreano dimite por las cr¨ªticas a su d¨¦bil respuesta
Corea del Sur ha decidido endurecer su postura con el r¨¦gimen norcoreano, tradicionalmente marcada por la contenci¨®n. El presidente, Lee Myung-bak, anunci¨® ayer que reforzar¨¢ el despliegue militar frente a las costas de Corea del Norte, que el martes atac¨® la isla de Yeonpyeong y provoc¨® cuatro muertos -entre ellos dos civiles- y 18 heridos. Se¨²l modificar¨¢ adem¨¢s sus reglas de combate. Mientras tanto, Pyongyang amenaz¨® con nuevas oleadas de bombardeos si el Sur lleva a cabo "provocaciones militares insensatas".
Acosado por las cr¨ªticas sobre la lentitud y la debilidad de la respuesta, el Gobierno surcoreano asegur¨® que el Ej¨¦rcito va a "revisar totalmente" su modo de acci¨®n, hasta ahora "m¨¢s bien pasivo". Hong Sang-pyo, portavoz presidencial, afirm¨® que Se¨²l "incrementar¨¢ dr¨¢sticamente las fuerzas militares, incluidas las tropas terrestres" en Yeonpyeong y otras cuatro islas situadas en el mar Amarillo, y asignar¨¢ una parte mayor del presupuesto a "tratar las amenazas asim¨¦tricas de Corea del Norte". Adem¨¢s, fijar¨¢ diferentes niveles de respuesta, "dependiendo de si los ataques se producen sobre objetivos civiles o militares". La crisis abierta se cobr¨® su primera v¨ªctima pol¨ªtica: dimiti¨® el ministro de Defensa surcoreano, Kim Tae-young.
China expresa su inquietud ante las pr¨®ximas maniobras navales aliadas
El refuerzo militar supone una marcha atr¨¢s sobre la decisi¨®n adoptada en 2006 de disminuir el contingente en estas islas, que se encuentran en aguas mar¨ªtimas en disputa entre los dos pa¨ªses. Hong afirm¨® que actualmente hay destacados 4.000 soldados.
La escalada de tensi¨®n ha vuelto la mirada hacia China, cuyos l¨ªderes salieron al paso de la creciente presi¨®n internacional para que contenga a su aliado norcoreano. Por primera vez desde el incidente, el primer ministro, Wen Jiabao, pidi¨® a todas las partes la "m¨¢xima contenci¨®n" y reiter¨® el llamamiento de su Gobierno sobre la necesidad de relanzar las conversaciones para el desmantelamiento del programa de armas nucleares del Norte. Wen dijo que esas negociaciones -en las que participan Corea del Norte, Corea del Sur, Estados Unidos, China, Rusia y Jap¨®n- son la mejor forma de asegurar la estabilidad de la pen¨ªnsula. "China est¨¢ comprometida firmemente a mantener la paz y la estabilidad en la pen¨ªnsula coreana y se opone a cualquier acto militar de provocaci¨®n", dijo en Mosc¨² durante una visita de Estado.
No est¨¢ claro, sin embargo, si sus palabras se refer¨ªan al ataque de Pyongyang o a las maniobras militares que tienen previsto efectuar Washington y Se¨²l a partir del domingo en el mar Amarillo. Estos ejercicios, en los que participar¨¢ el portaaviones estadounidense de propulsi¨®n nuclear USS George Washington, estaban previstos antes de la refriega del martes. En una muestra de la complejidad de la situaci¨®n, el ministro de Exteriores chino, Yang Jiechi, pospuso la visita que ten¨ªa prevista a partir de hoy a Corea del Sur.
El ataque de Pyongyang se produjo despu¨¦s de que el Norte instara al Ej¨¦rcito surcoreano a que detuviera los ejercicios militares que efectuaba en la isla con fuego real, aunque en direcci¨®n opuesta al Norte. La isla, aunque ocupada por el Sur, se encuentra a solo 11 kil¨®metros de la costa norcoreana, en aguas que Pyongyang considera suyas. El r¨¦gimen de Kim Jong-il no se ha arredrado ante la condena internacional e insisti¨® en que llevar¨¢ a cabo "una segunda y una tercera ronda de poderosos ataques si los belicistas en Corea del Sur efect¨²an de nuevo provocaciones militares insensatas".
La prensa de Se¨²l public¨® que Kim Jong-il y su hijo y sucesor designado, Kim Jong-un, visitaron la base militar desde la que se efectuaron los disparos de obuses sobre la isla horas antes del ataque, el peor que ha vivido el Sur en tierra desde el fin de la guerra de Corea (1950-1953). Seg¨²n estas fuentes, el bombardeo fue ordenado directamente por Kim Jong-il. Los analistas aseguran que con el enfrentamiento pretende forzar el relanzamiento de las conversaciones multilaterales y elevar las credenciales militares de Kim Jong-un.
Pek¨ªn expres¨® su inquietud ante las maniobras militares de Estados Unidos y Corea del Sur la pr¨®xima semana en el mar Amarillo, entre la pen¨ªnsula coreana y China. "Hemos visto las informaciones y manifestamos nuestra preocupaci¨®n", dijo el portavoz de Exteriores, Hong Lei. Pek¨ªn ha utilizado en el pasado un lenguaje m¨¢s duro para mostrar su descontento. El verano pasado, el Ej¨¦rcito Popular de Liberaci¨®n dijo que los planes -anulados despu¨¦s- de enviar el USS George Washington al mar Amarillo para unos ejercicios navales amenazaban con da?ar durante mucho tiempo las relaciones entre China y EE UU. Ante las protestas, las maniobras fueron trasladadas al mar de Jap¨®n, al otro lado de la pen¨ªnsula coreana, en lugar de frente a China.
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