Invento espa?ol, patente en ingl¨¦s
Espa?a lucha por que su idioma sirva para registrar inventos - Solo un 1,26% de la innovaci¨®n que cataloga la UE es nacional
"Espa?a es un pa¨ªs que se gasta m¨¢s en loter¨ªa que en I+D+i". Para Javier Moz¨®n, presidente de Indra, una de las grandes corporaciones tecnol¨®gicas espa?olas, el desastre parece inevitable. Podr¨ªa decir tambi¨¦n que Espa?a tiene una alta tasa de fracaso escolar, que siempre anda rondando la plusmarca en cuanto a fuga de cerebros o que las universidades espa?olas nunca aparecen en los rankings de prestigio. Los espa?oles, apunta Monz¨®n, tienen "poco afecto" a los conocimientos cient¨ªficos y t¨¦cnicos. Si el esfuerzo, la pasi¨®n y el dinero que le dedican al f¨²tbol se destinase a la investigaci¨®n y a la ciencia, Espa?a no estar¨ªa ahora librando, a la desesperada y a la defensiva, una batalla en la Uni¨®n Europea por preservar el de Ram¨®n y Cajal como un idioma en el que se pueda patentar a escala comunitaria. Que un pa¨ªs que en un siglo solo ha contado dos premios Nobel cient¨ªficos, Ram¨®n y Cajal (1906) y Severo Ochoa (1959), da idea de lo arduo del empe?o.
Ingl¨¦s, franc¨¦s y alem¨¢n tienen las de ganar en la oficina europea
El sistema actual, que obliga a registrar en los pa¨ªses, es un atraso
El coste de la protecci¨®n en la UE es de 20.000 euros; en EE UU, de 1.800
Fracas¨® la propuesta de usar siempre el ingl¨¦s y otra lengua
El 40% de las patentes de la UE son alemanas; solo un 6% brit¨¢nicas
El dinero que se ahorra en burocracia servir¨¢ para investigar
La de la patente comunitaria es una guerra casi tan vieja como la propia Uni¨®n, que tras medio siglo de trifulcas (incluidos largu¨ªsimos periodos de cese de hostilidades) vive ahora una fase que alguno ha llamado la madre de todas las batallas (ling¨¹¨ªsticas), con traiciones, desprecios y sentimientos ofendidos. Con el apoyo de la Comisi¨®n Europea, ingl¨¦s, franc¨¦s y alem¨¢n llevan las de ganar en un conflicto que tiene tan hastiados a muchos Gobiernos que muy bien pudiera ser el de la patente comunitaria uno de los primeros casos en que se aplique el principio del Tratado de Lisboa que permite la cooperaci¨®n reforzada entre Estados, es decir, que la alianza establecida entre, como m¨ªnimo, nueve pa¨ªses, permita seguir con un proyecto com¨²n si no hay modo de llegar a un acuerdo entre los Veintisiete.
La raz¨®n para cambiar el actual sistema de patentado, que obliga a traducir un registro a la lengua del pa¨ªs en que se quiera aplicar o defender, por otro menos complejo y m¨¢s barato, es que con ¨¦l la Uni¨®n de los 500 millones de habitantes y 23 lenguas oficiales no puede competir con Estados Unidos, donde 310 millones hablan y patentan en ingl¨¦s. Como promedio, una patente cuesta 10 veces m¨¢s en la UE que en Estados Unidos, lo que resta competitividad a las empresas europeas en un mundo globalizado. Los costes de validaci¨®n de patentes en la babel europea obligan a algunos inventores a patentar solo en algunos pa¨ªses, mientras que un registro v¨¢lido autom¨¢ticamente en toda Europa podr¨ªa crear un mercado tecnol¨®gico capaz de rivalizar con EE UU.
Hoy d¨ªa, a un inventor espa?ol que quiera proteger su creaci¨®n en el mercado nacional le basta con patentarla en la Oficina Espa?ola de Patentes y Marcas. Pero si tiene ambiciones extrafronterizas deber¨¢ presentar su proyecto ante la Oficina Europea de Patentes (OEP), fundada en 1977 y radicada en M¨²nich, un ente en el que participan unos 40 pa¨ªses, incluidos todos los de la Uni¨®n.
Una patente completa consta de la parte descriptiva, donde en unas 20 p¨¢ginas de promedio se presenta la invenci¨®n (en qu¨¦ consiste, qu¨¦ novedad aporta, c¨®mo funciona, nombre comercial, dise?o...), y de las reivindicaciones, un texto corto de unas dos p¨¢ginas con el n¨²cleo de la invenci¨®n y el alcance de la protecci¨®n buscada. Esa es la documentaci¨®n que analiza M¨²nich, donde la tramitaci¨®n se har¨¢ en una de las tres lenguas de procedimiento de la OEP, franc¨¦s, ingl¨¦s y alem¨¢n, a elegir por el inventor. Una vez concedida la patente, el inventor debe depositar tambi¨¦n la traducci¨®n de las especificaciones en las otras dos lenguas. Ya tiene la patente europea. Pero nada m¨¢s. Ahora deber¨¢ validarla en todos los pa¨ªses en que quiera protegerla, lo que genera una espiral de costes de traducci¨®n, de gesti¨®n, de mantenimiento anual del derecho de propiedad intelectual, que suponen unos 20.000 euros solo para validar la patente en 13 pa¨ªses de la Uni¨®n, seg¨²n datos de la Comisi¨®n. Una patente en Estados Unidos cuesta unos 1.850 euros.
Contra esa multiplicaci¨®n de costes se alza el plan de la Comisi¨®n, que propone limitar las gestiones al marco de la OEP y que la patente as¨ª aprobada, en cualquiera de las tres lenguas de procedimiento, sea la buena y ¨²nica a escala comunitaria. La publicaci¨®n en el registro oficial de la OEP incluir¨ªa las traducciones a las otras dos lenguas oficiales. De este modo desaparecen los gastos de validaci¨®n y mantenimiento en los distintos pa¨ªses y lenguas. Se acabaron los tr¨¢mites engorrosos por todo el continente. Y para mantenerla viva durante sus 20 a?os de vigencia bastar¨ªa pagar los derechos en la propia OEP. El Ejecutivo comunitario estima que los 14.000 euros que se van ahora en traducciones para 13 lenguas quedar¨ªan reducidos a 680.
Intentos de diverso tipo y en distintas circunstancias por parte espa?ola para sumar la lengua de Ram¨®n y Cajal a las otras tres en la primera divisi¨®n ling¨¹¨ªstica del acervo comunitario, se han estrellado contra la burocracia de Bruselas no sin acres intercambios verbales. Durante la presidencia espa?ola, en el primer semestre de 2010, Michel Barnier, el comisario de Mercado Interior, viaj¨® varias veces a Madrid, dicen sus allegados que con intenci¨®n de encontrar una soluci¨®n que no molestara a Espa?a. Dicen tambi¨¦n que de sus entrevistas con Jos¨¦ Luis Rodr¨ªguez Zapatero sac¨® la impresi¨®n de que el conflicto estaba en v¨ªas de soluci¨®n.
Fuentes de Exteriores desmienten que Espa?a hubiera cedido, y reprochan al comisario que, tras haber hecho creer que el espa?ol y el italiano formar¨ªan junto con las otras tres lenguas de la OEP el canon de lenguas procedimentales, "de forma sorpresiva gir¨® a tres lenguas" el pasado 1 de julio, justo al d¨ªa siguiente de que Espa?a cediera la presidencia de la Uni¨®n a B¨¦lgica. La Comisi¨®n estima que a?adir dos lenguas a las tres b¨¢sicas y traducir a ellas solo las reivindicaciones supondr¨ªa a los usuarios en torno a los 1.360 euros adicionales. Lo que no parece mucho por lograr la paz de una vez.
Pero no. La actual presidencia present¨® hace unos d¨ªas una variante del r¨¦gimen triling¨¹e con una indefinida interinidad para la lengua espa?ola que tambi¨¦n ha repudiado Madrid.
"Es una propuesta discriminatoria imposible de aceptar" dice Diego L¨®pez Garrido, secretario de Estado de Asuntos Europeos. "La no discriminaci¨®n es un principio nuclear de la UE". Espa?a lleg¨® a ofrecer la alternativa de que todas las patentes se tradujeran al ingl¨¦s y a una segunda lengua a elecci¨®n del interesado, pero tal salida fue rechazada por Alemania y Francia. Tambi¨¦n fue rechazada la propuesta llamada English Only (Solo ingl¨¦s). El comisario se enfurece ante quienes le preguntan si su celo a favor del sistema de M¨²nich est¨¢ relacionado con su nacionalidad francesa. "No tolero esa insinuaci¨®n", replica. "Yo he jurado defender los intereses de la Uni¨®n por encima de los de ning¨²n pa¨ªs, y creo que el sistema de M¨²nich es el mejor".
"Todos tenemos que ceder para llegar a un acuerdo", mantiene L¨®pez Garrido, que esgrime el apoyo de Italia, Polonia y Chipre y el expresado por las organizaciones patronales de esos tres pa¨ªses y de Portugal. Tales empresarios reclaman "un consenso para que todas las patentes sean accesibles en ingl¨¦s con efecto jur¨ªdicamente vinculante y que el ingl¨¦s sea la lengua de litigaci¨®n en caso de conflicto". Para L¨®pez Garrido la exclusividad de las tres lenguas es una l¨ªnea roja que Espa?a no va a cruzar. Pero ni Alemania ni Francia van a cejar en la defensa de sus lenguas respectivas.
"Veintis¨¦is de los Veintisiete quer¨ªan negociar y ten¨ªan mandato para ello, pero una delegaci¨®n ni ten¨ªa mandato ni quer¨ªa negociar", manifest¨® hace unos d¨ªas el ministro belga de Empresas y presidente de turno de la UE, Vincent Van Quickenborne, al concluir sin acuerdo un Consejo de Ministros extraordinario sobre el asunto. No identific¨® al disidente, pero solo pod¨ªa estar pensando en uno. "Es un insulto decir que Espa?a no ten¨ªa mandato", responde una fuente espa?ola.
Madrid alega que en caso de conflicto las empresas espa?olas tendr¨¢n que defenderse en una lengua que no es la propia y mantiene que con la desaparici¨®n del espa?ol como lengua a la que se traduzca la patente comunitaria la lengua espa?ola se pierde como una fuente de conocimiento tecnol¨®gico, porque las patentes y su difusi¨®n dan pie a nuevos desarrollos e inventos. Bruselas replica que habr¨¢ traducciones autom¨¢ticas a todas las lenguas y que el r¨¦gimen ling¨¹¨ªstico ante los tribunales est¨¢ pendiente.
El hecho es que el ingl¨¦s es hoy en d¨ªa la lengua de la ciencia y la tecnolog¨ªa. Hay pa¨ªses como Holanda y Suecia que han asumido la inglesa como lengua tecnol¨®gica, algo que Espa?a no ha hecho. La holandesa Philips presenta m¨¢s patentes en la OEP que toda Espa?a, y lo hace en ingl¨¦s. En M¨²nich el ingl¨¦s arrasa porque es como presentan sus patentes para Europa potencias como Estados Unidos, Jap¨®n, Corea de Sur o China. El a?o pasado, el 41,2% de las patentes que la OPE concedi¨® a empresas europeas fueron otorgadas a firmas alemanas; el 14,6%, a sociedades de Francia, y el 1,26% a compa?¨ªas de Espa?a (348 de 27.601). Italia tuvo el 7,21% y Reino Unido, cuna del ingl¨¦s, un escaso 5,96%.
Ese magro 1,26% es un punto d¨¦bil en el argumento espa?ol de que la competitividad y la innovaci¨®n tienen que basarse en la no discriminaci¨®n. En el pulso lengua-ciencia influye m¨¢s la investigaci¨®n y la invenci¨®n (donde Espa?a es un peso pluma) que una lengua como la espa?ola (peso pesado global). De hecho, el actual desaf¨ªo en torno a la patente comunitaria oculta otro de mayor calado, el intento de algunos de consolidar de iure la oficialidad comunitaria de las tres lenguas m¨¢s habladas en la Uni¨®n, algo a lo que Espa?a siempre se ha opuesto. Se empieza por la patente comunitaria y no se sabe d¨®nde se va a acabar.
Carmen Frigola, directora de Propiedad Intelectual de Zeltia/PharmaMar, una de las empresas m¨¢s activas en la investigaci¨®n biotecnol¨®gica espa?ola, con patentes de f¨¢rmacos de origen marino aplicados a la oncolog¨ªa y al sistema nervioso central, se desmarca de las objeciones del Gobierno a Bruselas. "Lo que propone la Comisi¨®n es coherente y positivo", dice, pensando en la simplificaci¨®n de la tramitaci¨®n y en el abaratamiento de costes que supondr¨ªa. "No creo que el sistema vaya a tener ning¨²n efecto discriminatorio o perjudicial para las empresas e inventores espa?oles".
A su juicio, la prometida simplificaci¨®n "permitir¨ªa que un mayor n¨²mero de empresas e inventores espa?oles accedieran al sistema, lo que incrementar¨ªa a nivel europeo el n¨²mero de invenciones protegidas por patente de espa?oles, lo que aumentar¨ªa la competitividad de nuestras empresas y centros de investigaci¨®n". La cadena virtuosa, vista con ojos de Frigola, no queda ah¨ª. Aventura que "el dinero ahorrado en tramitaci¨®n de patentes ser¨ªa reinvertido muy probablemente en I+D, incrementando la innovaci¨®n y contribuyendo a aumentar nuestra competitividad".
Las espadas siguen en alto, pero la paciencia se va a agotando conforme pasa el tiempo y los Gobiernos tienen la sensaci¨®n de que la soluci¨®n est¨¢ casi al alcance de la mano, salvo un obst¨¢culo ("Veintis¨¦is de los Veintisiete quer¨ªan negociar"). Cinco pa¨ªses (Reino Unido, Irlanda, Holanda, Eslovenia y Suecia) han pedido a la Comisi¨®n que estudie la posibilidad de lanzar una cooperaci¨®n reforzada sobre la patente, con el argumento de que "es imperativo no retrasar los avances hacia una Europa m¨¢s innovadora".
Concluido el Consejo de Ministros europeo en que se constat¨® una vez m¨¢s el empantanamiento del caso, el ministro Van Quickenborne se?al¨® que "hay otras salidas en el Tratado de Lisboa", en clara referencia a la cooperaci¨®n reforzada. "El statu quo no es una soluci¨®n", se?al¨® Barnier en un comunicado en la misma l¨ªnea. "La Comisi¨®n avanzar¨¢ con la presidencia, con ¨¢nimo constructivo, en el marco de los tratados".
"Nadie mencion¨® la cooperaci¨®n reforzada" en la reuni¨®n, recuerda L¨®pez Garrido. Pero no hace falta anunciarlo para hacerlo. "La cooperaci¨®n reforzada no es una salida que contente a todos", se?ala el secretario de Estado. Quiz¨¢ no, pero con que haya nueve que lo deseen, Espa?a se quedar¨¢ fuera de juego. Si es as¨ª, las empresas europeas tendr¨¢n que seguir patentando en espa?ol para explotar y defender sus derechos en Espa?a, pero las espa?olas que quieran hacerlo en los pa¨ªses de la cooperaci¨®n reforzada tendr¨¢n que aceptar las reglas del juego impuestas.
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