Donde la luz de Par¨ªs se toca
Las vidrieras g¨®ticas de la Sainte-Chapelle marcan una ruta por la isla de la Cit¨¦
Sangre espa?ola corr¨ªa por las venas de uno de los reyes francos m¨¢s singulares de la historia de Europa. Su madre, Blanca de Castilla, futura "reina de la flor de lis", alumbr¨® a nueve hijos y dirigi¨® Francia hasta que uno de ellos, Luis IX, alcanz¨® la edad suficiente como para encargarse de los asuntos de Estado. Imbuido de fe y vocaci¨®n de combate, este hombre, conocido como San Luis de Francia, dio nombre a uno de los conjuntos arquitect¨®nicos m¨¢s aleg¨®ricos y visitados de Par¨ªs. En 1241, en el centro de la ciudad, erigi¨® la Sainte-Chapelle, en forma de cofre y de fuerte, donde resguardar la corona de espinas de Jesucristo comprada a?os antes al emperador de Constantinopla.
Obra maestra del denominado g¨®tico radiante, la Santa Capilla, el tercer monumento m¨¢s visitado de Par¨ªs, se edific¨® durante siete a?os y mide 42,50 metros de alto sin la flecha. La capilla superior, con 15 vidrieras del siglo XIII de unos 15 metros de altura (un total de 750 metros cuadrados de superficie acristalada con 1.113 paneles), hizo escuela por toda Europa.
Fueron los sirios quienes inventaron en el siglo II antes de Cristo la t¨¦cnica de soplar por un tubo de metal piedras de cristal licuado incandescentes formando bulbos huecos y transform¨¢ndolos, al enfriarse, en placas y l¨¢minas. Los comerciantes fenicios propagar¨ªan por Occidente este arte nuevo. Los vitrales de la capilla ocupan casi toda la superficie, pues el muro est¨¢ reducido a los pilares que sostienen la b¨®veda, un prodigio arquitect¨®nico. Isabelle de Gourcuff, conservadora del monumento, nos cuenta que fue el rey mismo, acompa?ado de su hermano Roberto I D'Artois, quien trajo por v¨ªa fluvial desde la catedral de Sens (en Borgo?a) hasta Par¨ªs la ¨²ltima vidriera.
El roset¨®n (restaurado en 1490) es una circunferencia monumental que representa el Apocalipsis. Escaparate b¨ªblico excepcional encargado por Carlos VIII, deslumbra con una vasta paleta de colores ocres, amarillos oro y azules celeste, donde se cruzan las armas reales y el emblema mitol¨®gico de la flor de lis.
Quiz¨¢s por su atm¨®sfera de leyenda, su perfecci¨®n ojival y su densidad luminosa, se siente mirando a lo alto de la Sainte-Chapelle la ra¨ªz arcaica de cierta necesidad de cobijo y protecci¨®n que tienen los hombres. En su libro H¨¦roes y maravillas de la Edad Media, Jacques Le Goff, especialista en mitos, escribe: "Como Ricardo Coraz¨®n de Le¨®n, rey de Inglaterra, Luis IX encarna la imagen del caballero pacificador y piadoso junto al guerrero cort¨¦s y valiente". El ambiente de la capilla, que desgaja una m¨ªstica de livianas piedras pulidas, le da la raz¨®n. Su interior, recept¨¢culo cristalino, atrae as¨ª a visitantes de todo el mundo. En este momento no sobra la lectura del poema de John Updike que relata un concierto en la Sainte-Chapelle, "los c¨¦lebres ventanales encendidos de luz", Vivaldi y Brahms entre "el vigor del rojo", "el azul centelleante", "un susurro para la vista".
Tres soberbios palacios hacen esquina atisbando el manso fluir del Sena, un enclave en ¨¢ngulo con Notre Dame y paralelo al Barrio Latino. Todo, capilla (santo lugar de peregrinaje), la Conciergerie (intendencia y antigua residencia real) y el Palacio de Justicia, exhibe los entresijos tramados entre poder pol¨ªtico y religioso en el Occidente feudal.
La celda de Mar¨ªa Antonieta
Hay que empezar por las asombrosas vidrieras y acabar con la lista completa de los guillotinados durante el Periodo del Terror, grabada sobre una losa. Y, entre ambas estancias, deambular por los pasillos baldosados y las salas del Palacio de Justicia, al que se tiene acceso gratuitamente desde la iglesia.
La Conciergerie, con su extra?a torre cuadrada del reloj, y su inconfundible sombrero-tejado en forma de cono, fue sede del Parlamento de Par¨ªs y es emblem¨¢tica del periodo negro de la Revoluci¨®n (desde all¨ª operaba el Comit¨¦ de Salud P¨²blica). Destacan las plantas bajas, reservadas a la guardia real y servicios dom¨¦sticos (cerca de 2.000 personas) y la Sala de Armas, encomendada por Felipe el Hermoso y ejemplo de arquitectura civil g¨®tica ¨²nico en Europa.
Tambi¨¦n vemos la celda de Mar¨ªa Antonieta, vigilada constantemente por soldados en uniforme de gala. Contigua a ella, 21 diputados girondinos celebraron un banquete en 1793 -su ¨²ltima voluntad- antes de ser ejecutados. Los reos esperaban la ejecuci¨®n de su pena diferenciados en payeux (los que dorm¨ªan sobre la paja), pistoliers (los que pagaban con doblones para tener cama) y notables o arist¨®cratas, hu¨¦spedes de categor¨ªa. En grupos de 12, las carretas los llevaban al cadalso, en la plaza de la Concordia. Escenas de ¨¦poca, objetos y paneles explicativos gu¨ªan al visitante por l¨²gubres corredores y guaridas. La c¨¢mara principal -el trabajo de rehabilitaci¨®n est¨¢ logrado-, con techo muy bajo, el juego de columnatas y la penumbra del lugar dan impresi¨®n de catacumba.
Este tr¨ªptico amurallado de la isla de la Cit¨¦ ensambla tres vocaciones humanas: espiritualidad, archivo hist¨®rico y Justicia. La vida de la capital se desarroll¨® durante cinco siglos en torno a estos monumentos. Pese a que cada recinto concentra funciones simb¨®licas distintas, nada desentona. Como si un hilo invisible los uniese. Entre los gloriosos capiteles lindamente repujados y las terribles mazmorras de los decapitados reproducidas fielmente, pasando por la sobria dignidad que destilan las b¨®vedas del Palacio de Justicia, seguimos las trazas de una l¨®gica implacable.
A la salida, se puede tomar un caf¨¦ bien negro en el excelente bistr¨® de la acera de enfrente, intacto desde hace 40 a?os. Si la suerte acompa?a, alrededor de una mesita de m¨¢rmol letrados y juristas pueden estar a esas horas desentra?ando alg¨²n caso criminal.
Gu¨ªa
Informaci¨®n
? Sainte-Chapelle (Boulevard du Palais, 4, Par¨ªs; www.sainte-chapelle.monuments-nationaux.fr; 0033 153 40 60 80). Abierta todos los d¨ªas, de 9.00 a 17.00 (entre marzo y octubre, de 9.30 a 18.00). Adultos, 8 euros. J¨®venes de 18 a 25 a?os y menores acompa?ados, gratis. La entrada que incluye la visita a la Conciergierie cuesta 11 euros.
? Oficina de turismo de Par¨ªs (www.parisinfo.com; 1 49 52 42 63).
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