El cham¨¢n se disfraza de padre
Mourinho cultiva un ambiente familiar en el Madrid porque cree que el afecto es el mejor arma para exigir el m¨¢ximo rendimiento
Jos¨¦ Mourinho camina por el Bernab¨¦u la v¨ªspera de un partido. Va caminando por la galer¨ªa que conduce al aparcamiento cuando se cruza con Marcelo, que viste una camisa a cuadros, roja y negra. Nada m¨¢s ver al muchacho, le grita con entusiasmo, acerc¨¢ndose con gesto afectuoso.
-?C¨®mo est¨¢s, Marcelinho?
Inmediatamente se vuelve hacia Jorge Mendes, el representante de jugadores, que aparece en la escena, para bromear sobre el atuendo del jugador lanz¨¢ndole una sonrisa de complicidad.
-?Mira! Va con una camisa de pescador...
-?Es que tengo estilo pap¨¢!, replica Marcelo, d¨¢ndole una palmadita y pasando de largo.
Mourinho es un perspicaz creador de atm¨®sferas. Le gustan los ambientes con analog¨ªas familiares, donde los elementos afectivos se mezclan con naturalidad y los sentimientos fluyen confundiendo a compa?eros con hermanos y a entrenadores con padres. El t¨¦cnico sabe que el cari?o es un arma poderosa porque genera en el otro un deseo instintivo de retribuir, una deuda, que siempre se salda en el campo de juego. Por esta v¨ªa le han bastado cuatro meses para ganarse la lealtad de los jugadores y transformar al Madrid en un equipo sacrificado, din¨¢mico y muy competente.
"Fue el primer t¨¦cnico con el que habl¨¦ de mi vida privada", confiesa Lampard
"Te trata como a un hijo. Se te mete en la cabeza. Y luego das el 120%", dice Stankovic
Rui Faria, el preparador f¨ªsico del Madrid, es el principal confidente de Mourinho. Obligado por el hermetismo que rodea al equipo de ayudantes del t¨¦cnico, es muy extra?o ver a Faria hacer declaraciones p¨²blicas. Pero las ha hecho para SIC Noticias, cadena de televisi¨®n portuguesa que acaba de publicar el reportaje Mourinho, o melhor treinador do mundo, que pr¨®ximamente se ver¨¢ en Espa?a.
"?l no tiene problemas para relacionarse con los jugadores, al contrario de lo que les ocurre a otros entrenadores", dice Faria; "normalmente, los entrenadores creen que, si mantienen una relaci¨®n pr¨®xima con los futbolistas, pierden capacidad de liderazgo. Jos¨¦ no piensa as¨ª".
Mourinho reparte amor en forma de reprimendas frontales, castigos, consejos, apoyo y bromas. Y cuando el grupo de j¨®venes -la media de la plantilla del Madrid es de 25 a?os- a su mando madura la idea del pater familias, reclama un esfuerzo extraordinario. Es el momento m¨¢gico. "Consigue crear un ambiente positivo con los jugadores", dice Faria, "de modo que, cuando les exige la m¨¢xima concentraci¨®n y la m¨¢xima eficacia, se comprometen al 100%. Y cuando eso no es necesario crea un ambiente familiar. Hay conversaci¨®n, generosidad, habla de todo con ellos y nunca se preocupa de que eso pueda reducir eficacia a sus competencias".
Hasta que lleg¨® Mourinho, en 2004, Frank Lampard fue uno de esos ingleses flem¨¢ticos y mundanos que habitaban el vestuario del Chelsea sin demasiadas esperanzas de ganar una Premier. El jugador percibi¨® que algo hab¨ªa cambiado el d¨ªa que el entrenador se le meti¨® en la ducha. "Mourinho vino", record¨®; "se meti¨® bajo la ducha conmigo y me dijo: 'T¨² eres el mejor jugador del mundo. Solo necesitas ganar trofeos como Zidane...'. Yo sent¨ª que med¨ªa tres metros de altura. Me sent¨ª otra persona. Fue un momento de inflexi¨®n psicol¨®gica. Me hizo sentir especial. Me dije: 'Con este t¨ªo voy a llegar adonde me proponga".
"Fue el primer entrenador con el que sent¨ª que pod¨ªa hablar de mi vida privada", prosigue Lampard; "mi novia, mi hijo... Sent¨ªa que me respetaba. Se acercaba a m¨ª y me dec¨ªa: '?Quieres descansar el pr¨®ximo partido? ?Necesitas tomarte unas vacaciones con la familia? ?Quieres jugar?".
Dejan Stankovic, el jugador del Inter, vivi¨® bajo el mismo efecto de fascinaci¨®n: "Primero te trata como si fueras su hijo o su hermano menor. Te sientes respetado como persona. Se te mete en la cabeza. Y luego, cuando te exige ganar, das el 120%".
Sin recurrir al peyote, Mou ha desempe?ado la funci¨®n de un cham¨¢n. Es el l¨ªder espiritual del Madrid y exhibe su fuerza sin que los jugadores descubran sus puntos d¨¦biles. El a?o pasado, el vestuario tard¨® unas semanas en advertir que Pellegrini era d¨¦bil, que se sent¨ªa inseguro, que tem¨ªa a muchas cosas, comenzando por Ra¨²l y Florentino P¨¦rez. El t¨¦cnico chileno fue respetado por sus jugadores, pero nunca admirado. A Mourinho le profesan una mezcla de afecto y temor. Cuando Mourinho ha dicho: "El cl¨¢sico es un partido m¨¢s", todos -menos Casillas- han repetido: "Es un partido m¨¢s".
Hoy el Madrid viaja a Barcelona. La situaci¨®n, por el momento, es novedosa. La habitual guerra psicol¨®gica que Mourinho suele declarar al Bar?a no se ha desatado. Reina una extra?a paz. No se sabe si es parte del nuevo ritual. El cham¨¢n es impredecible.
"Este a?o no oigo hablar tanto de goleada", dice Puyol
Puyol, capit¨¢n del Bar?a, resalt¨® la fiabilidad del Madrid "a la contra" y que su equipo deber¨¢ contrarrestar "teniendo el bal¨®n e imprimiendo un ritmo alto". "Al jugar en casa, podemos tener cierta ventaja, pero este a?o no hay tanta euforia. No oigo hablar tanto de goleada", a?adi¨®.
"Sin obsesi¨®n por marcarle al Bar?a", afirma Cristiano
Cristiano rechaz¨® estar "obsesionado con el Bar?a", al que no ha marcado en cinco partidos. "Hablar de un duelo m¨ªo con Messi es una tonter¨ªa", abund¨® el pichichi. "A quien le gusta el f¨²tbol espect¨¢culo le gusta lo que hago. Al que no, que no mire o no ponga la televisi¨®n", cerr¨®.
Ambos equipos cambian la hora de sus entrenamientos
Guardiola y Mourinho cambiaron ayer los horarios para los entrenamientos previstos para hoy. El t¨¦cnico del Barcelona decidi¨® que su plantilla se ejercitase esta tarde a partir de las 18.00 en el Camp Nou, mientras que el del Madrid lo har¨¢ desde las 16.00 antes de viajar.
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