Una desgracia de m¨¢s de 300 kilos
Un rumano, parapl¨¦jico tras caerle encima una bala de paja, carece de ayudas oficiales por no tener papeles
Le cay¨® una bala de paja de 300 kilos en la espalda el 20 de septiembre de 2008. Desde entonces no puede caminar. Gavril Gavris, de 44 a?os y nacionalidad rumana, desgrana una larga cronolog¨ªa de desgracias con los ojos siempre vueltos hacia arriba. No puede despegarse de una silla de ruedas. No ten¨ªa los papeles en regla, trabajaba sin contrato en una finca con caballos de pura sangre. El accidente laboral qued¨® en accidente dom¨¦stico. Y su caso, en los tribunales. A¨²n perdura su litigio. Entre medias le han pasado m¨¢s cosas. Casi todas muy malas.
Gavris ingres¨® en el Centro Nacional de Parapl¨¦jicos de Toledo. All¨ª estuvo interno hasta mediados de 2009. Su esposa, Corina, le iba a visitar cogiendo tres autobuses distintos e invirtiendo casi tres horas. Su casa est¨¢ en Villanueva de la Ca?ada, a unos 40 kil¨®metros al noroeste de la Comunidad. En realidad, no es su casa. Viv¨ªan de alquiler. Ahora, de la bondad de su casera. Tras el accidente de Gavris los ingresos de la familia se redujeron a los 500 euros que gana Corina limpiando casas. De ese modo se dieron cuenta de que no pod¨ªan pagar la renta. Se lo expusieron a la propietaria y esta, en lugar de echarles a la calle, les deja vivir gratis y les busc¨® una abogada, Inmaculada S¨¢nchez, para que les ayudase a pedir una indemnizaci¨®n.
Su ¨²nico hijo, de 17 a?os, se mat¨® el pasado mes de enero
Esa es su ¨²nica ayuda. Han pedido subsidios a la Comunidad y al Ayuntamiento. Ayudas y reconocimiento de una situaci¨®n de dependencia. Pero hay un problema. Gavris no lleva cinco a?os en Espa?a. "No cumplo los requisitos, dicen", se lamenta con su cuerpo cada vez m¨¢s atrofiado. No puede hacer rehabilitaci¨®n y su tren superior se va gangrenando.
Adem¨¢s, est¨¢ triste, confiesa mientras a su mujer le caen las l¨¢grimas y habla casi sin reparar en su propio llanto. Se ha intentado suicidar en dos ocasiones. No puede aguantar. Su ¨²nico hijo se quit¨® la vida con 17 a?os el pasado mes de enero. Ellos creen que por ver a su padre en el estado en el que se encuentra.
"Creo que es algo inhumano que no se le concedan ayudas, al menos para poder ir a un centro de d¨ªa", es la consideraci¨®n de Carmen S¨¢nchez Carazo, responsable de Asuntos Sociales del PSM y concejal de este partido en el Ayuntamiento de Madrid.
Efectivamente, no tiene ninguna ayuda. Aunque durante el pasado verano el Consistorio de Villanueva de la Ca?ada le otorg¨® 200 euros mensuales para hacer la compra en un supermercado concreto. Ese. Ning¨²n otro. Ahora le han retirado ese subsidio.
Sin embargo, las trabajadoras sociales del Ayuntamiento recomiendan que se le ingrese en una instituci¨®n y reconocen que su situaci¨®n es cr¨ªtica. Tanto que ni siquiera consigue que una ambulancia le traslade para la revisi¨®n al Centro Nacional de Parapl¨¦jicos de Toledo. Le dicen que solo le pueden llevar hasta el l¨ªmite de la Comunidad. Paradojas burocr¨¢ticas que han dejado a Gavris en el limbo de las ayudas. Y en una silla de ruedas toda la vida.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.