El ¨²ltimo 'picasso' antes de que Picasso rompiera el canon
El Museo Picasso estudia y analiza 'Ciencia y caridad', el gran ¨®leo de 1897
De un absoluto academicismo, de tonos apagados que viran hacia la gama de marrones y sepias, hacia lo cerrado, Ciencia y Caridad (1897) el gran ¨®leo que Picasso pint¨® cuando ten¨ªa tan solo 15 a?os, aparece a menudo como el punto de partida en la obra del genio que transform¨® la pintura. El Museu Picasso de Barcelona presenta ahora una exposici¨®n de c¨¢mara, cuya tesis desmiente este aserto; Ciencia y caridad ser¨ªa, en todo caso, la ¨²ltima obra del genio antes de empezar a destrozar los c¨¢nones y antes de romper -art¨ªsticamente- con su padre, en quien est¨¢ el origen del tema y el formato de esta obra destinada a la Exposici¨®n Nacional de Bellas Artes de aquel a?o, y con la que el precoz adolescente tan solo obtuvo una de las 250 menciones de honor.
La radiograf¨ªa desvela las dudas y correcciones del joven pintor
La muestra, titulada Ci¨¨ncia i Caritat al descobert, que podr¨¢ verse hasta el 20 de febrero dentro del recorrido habitual de la colecci¨®n permanente, incluye los trabajos que se han realizado sobre la tela, notablemente la radiograf¨ªa y los an¨¢lisis microsc¨®picos de las capas de pintura, que ofrecen importante informaci¨®n sobre c¨®mo, cu¨¢ndo y con qu¨¦ t¨¦cnicas trabaj¨® Picasso.
No hay un dibujo previo sobre la tela; el pintor realiz¨® una serie de bocetos preparatorios que ahora, gracias a la radiograf¨ªa que evidencia las numerosas correcciones que hizo el pintor, es posible situar cronol¨®gicamente. Se ve claramente que la cara del m¨¦dico no tiene ninguna, ya que no era otro que su padre, a quien hab¨ªa pintado numerosas veces. El ni?o que sostiene la monja, sin embargo, que seg¨²n su amigo Sabartes era el de una mendiga del barrio, cambia de posici¨®n. La cara de la enferma es la m¨¢s trabajada.
No fue Ciencia y caridad la ¨²ltima de las pinturas academicistas destinadas a los concursos oficiales, pero s¨ª la ¨²ltima que para el precoz adolescente tuvo alg¨²n inter¨¦s, como lo demuestra el hecho de que guardara para s¨ª uno de los bocetos e incluso se fotografiara con ¨¦l, en Mugins, en 1970. Las dos siguientes, o han desaparecido o fueron utilizadas como lienzos para otras obras, como es el caso de ?ltimos momentos sobre la que Picasso pint¨® La vida en 1903.
Era la ¨¦poca del realismo social del que Emile Zola era abanderado, y que hizo furor en toda Europa. M¨¢s concretamente, Ciencia y caridad se enmarca en el subg¨¦nero de la pintura hospitalaria, muy en boga en la ¨²ltima d¨¦cada del XIX, que en el contexto de referente moral que se le exig¨ªa a la gran pintura, re¨²ne los valores cient¨ªficos de la Medicina con la vocaci¨®n de entrega de las ¨®rdenes religiosas.
La muestra incluye un total de 39 piezas: 13 ¨®leos, tres pinturas, un grabado, cuatro dibujos, siete fotograf¨ªas y 11 documentos procedentes de otros museos y colecciones particulares. Destacan dos telas: El doctor (1891), del brit¨¢nico Luke Fildes, uno de los protegidos de Henry Tate, y La visita de la madre (1891), de Enrique Paternina, proveniente del Museo del Prado, que seg¨²n los expertos podr¨ªa haber sido la principal fuente de inspiraci¨®n de Picasso para Ciencia y caridad, aunque la muestra deja abiertas muchas otras posibilidades, incluidas fotograf¨ªas de la ¨¦poca.
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