Antes de despu¨¦s
Hoy es viernes. Cuando esto se publique, ser¨¢ martes y el Real Madrid habr¨¢ ganado al Barcelona o viceversa. Por tres a cero o cero a tres. O puede que hayan empatado a dos. O quiz¨¢s un decepcionante uno a cero haya zanjado la confrontaci¨®n en el ¨²ltimo minuto y de penalti injusto. Tanto da. Porque hoy es viernes y la noticia es otra.
La mujer invisible ha tenido un ni?o. Es un ni?o monstruoso que se parece a sus diferentes padres desconocidos. A pesar del ce?o fruncido y la boca crispada, la paternidad de Mourinho queda descartada. El ni?o tiene el cr¨¢neo hueco y rapado y, cuando escupe, su saliva es tan venenosa como la de esos pr¨®ceres de lengua b¨ªfida y pulcra prestancia que aviesamente contribuyen a menoscabar el cr¨¦dito de su pa¨ªs en horas bajas.
Cabe pensar que a algunos rivales de Bar?a y Madrid se les podr¨ªa dar uno o dos goles de ventaja para mayor incentivo del espect¨¢culo
A algunos rivales del Bar?a y el Madrid se les podr¨ªa dar dos goles de ventaja para mayor incentivo del espect¨¢culo
En resumen, el hijo de la promiscua mujer invisible es otro nefasto engendro de los que crecen a la sombra de la mala sombra y se apresta a hacer de las suyas en el sacrosanto reducto del m¨¢s fatuo exponente de nuestra enladrillada econom¨ªa nacional: el f¨²tbol.
Es viernes, pero el lunes acecha agazapado. Salt¨¢ndose sin p¨¦rtiga y con v¨¦rtigo el fin de semana a la espera de que se dirima, de una vez por todas, el duelo Guardiola-Mourinho en el Camp Nou. Como si el resto de la competici¨®n liguera solo fuera una pel¨ªcula de extras y papeles secundarios que no llegar¨¢n a acostarse con la protagonista.
Es viernes y, por tanto, desconozco el resultado. Debo entregar estas l¨ªneas antes de que se juegue el partido y no soy vidente. Pero aventuro que el match no habr¨¢ tenido nada que ver con esos rutinarios tr¨¢mites de la Champions en los que el Madrid y el Bar?a despachan a sus respectivos rivales europeos. Hay equipos que deber¨ªan jugar con h¨¢ndicap, clamaba Marcel Domingo cuando entrenaba al Vilanova i La Geltr¨². Pues bien, comprobando la simpleza del Ajax actual, al que el Madrid gole¨® con la suficiente holgura como para permitirse el show de las tarjetas rojas, o el voluntarioso patetismo del Panathinaikos, al que el Bar?a gan¨® andando, cabe pensar, con perd¨®n, que se les pod¨ªa haber concedido uno o dos goles de ventaja para mayor incentivo del espect¨¢culo.
S¨ª, ya s¨¦, probablemente exagero. No obstante, la exageraci¨®n confiere relieve a los pensamientos que la opini¨®n gregaria encubre. El Ajax y el Panathinaikos, como el H¨¦rcules o Las Palmas, pueden dar disgustos en su mejor d¨ªa al club mejor pertrechado. Pero, como mi mejor vecino me recuerda, quedan pocos buenos jugadores holandeses que jueguen en Holanda y menos griegos en Grecia.
A diferencia de la Copa de los Maestros del tenis, en la Champions tendremos que esperar a la fase final para, con fortuna, presenciar un encuentro en el que confluya la ¨¦pica y la belleza de un Nadal-Murray, por ejemplo.
Y ahora que, por arte de birlibirloque, el viernes se ha transmutado en s¨¢bado, preveo que el partido Bar?a-Madrid que habremos visto el lunes no va a despertarme tanta emoci¨®n, partidismo aparte, como el que acabo de ver en la pista del ATP World Tour de Londres, que, adem¨¢s, ha contado con un mod¨¦lico comportamiento del p¨²blico en flagrante contraste con el de las bandas fascistas que con tanta impunidad se manifiestan en nuestro f¨²tbol. Por cierto, ?qui¨¦n paga los desplazamientos y las multas de estos espec¨ªmenes de mano alzada y cruz gamada? ?Por qu¨¦ despu¨¦s de ser identificados 165 en ?msterdam seguimos permitiendo que el aguilucho anide en el estadio?
Mi inefable inocencia suscita una sard¨®nica sonrisa en la mujer invisible, que, como ya sab¨¦is, se llama Amanda, mientras con maternal devoci¨®n mece en sus brazos a su descerebrado hijo, que no tiene nombre. Me conmueve y aterra. ?l es otro huevo del bic¨¦falo pajarraco. Y, cosa curiosa, apenas vislumbrarlo, las invisibles facciones de la madre adquieren, en una flash revelador, la muy reconocible fisonom¨ªa del honorable presidente de alg¨²n prestigioso club. Y el ni?o dice pap¨¢.
Ahora es, repentinamente, domingo. Un Nadal exhausto ha perdido ante el impecable Federer y, al margen de lo que el lunes nos depare, Rajoy ya habla catal¨¢n en privado.
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