Una bacteria adaptada al ars¨¦nico ensancha los m¨¢rgenes de la vida
El organismo hallado en California ampl¨ªa las perspectivas de la astrobiolog¨ªa
En el californiano lago Mono, de aguas muy saladas y ricas en ars¨¦nico, unos cient¨ªficos han descubierto unas bacterias para las que ese elemento no es un veneno. Al contrario, la GFAJ-1 puede vivir con ¨¦l y lo asimila en sus biomol¨¦culas vitales, incluido el ADN, ocupando el lugar del f¨®sforo. Con el hallazgo se amplia la receta general de los organismos vivos al a?adirse el ars¨¦nico a los seis elementos esenciales (carbono, hidr¨®geno, nitr¨®geno, ox¨ªgeno, azufre y f¨®sforo) que componen material gen¨¦tico, prote¨ªnas, az¨²cares y grasas.
Los cient¨ªficos, dirigidos por Felisa Wolfe-Simon, del Instituto de Astrobiolog¨ªa de la NASA , han hecho experimentos con colonias de estos microorganismos naturales y han demostrado que pueden crecer durante meses con el ars¨¦nico, que normalmente es t¨®xico porque altera las funciones metab¨®licas de los organismos, ocupando el lugar del f¨®sforo. As¨ª, son capaces de sobrevivir con uno u otro elemento, aunque parece que siguen prefiriendo el f¨®sforo, en un caso ins¨®lito de adaptabilidad. Por ello, la NASA anunci¨® ayer que el trabajo de Felisa Wolfe-Simon y sus colegas sobre las bacterias adictas al ars¨¦nico ampl¨ªa las posibilidades de b¨²squeda de vida extraterrestre.
"La vida puede ser mucho m¨¢s flexible de lo que pensamos", dice la descubridora
Las bacterias en cuesti¨®n, de la familia de las halomonad¨¢ceas, se pueden considerar unos especiales organismos extrem¨®filos, es decir, formas de vida capaces de desenvolverse en condiciones naturales extremas como alt¨ªsimas o baj¨ªsimas temperaturas, acidez o salinidad. Los extrem¨®filos interesan a los investigadores que idean estrategias para buscar formas de vida extraterrestre: si en la Tierra hay organismos capaces de vivir en entornos poco comunes y dif¨ªciles, se ampl¨ªan las posibilidades de que exista o haya existido la vida en otros rincones del universo, tal vez, otros planetas o lunas del Sistema Solar, en condiciones extra?as y hostiles. Estas halomonad¨¢ceas son realmente extraordinarias, las primeras que se conocen capaces de utilizar as¨ª el ars¨¦nico.
"Una de las l¨ªneas que gu¨ªan la b¨²squeda de vida en otros planetas, y en nuestro programa de astrobiolog¨ªa, es que debemos seguir el rastro de los elementos", ha declarado Ariel Anbar, uno de los cient¨ªficos del equipo. "El estudio de Felisa nos demuestra que tenemos que pensar con m¨¢s amplitud acerca de qu¨¦ elementos seguir". Sobre el inter¨¦s del ars¨¦nico, que pudo ser un nutriente abundante en la Tierra primitiva, ven¨ªan discutiendo los especialistas en astrobiolog¨ªa, aunque solo fuera porque, al estar bajo el f¨®sforo en la tabla peri¨®dica de los elementos y compartir muchas propiedades, permit¨ªa especular sobre su capacidad de sustituci¨®n en la maquinaria bioqu¨ªmica.
De momento, el hallazgo es exclusivamente terrestre. Estas bacterias viven en un lago de agua muy salada y naturalmente rica en ars¨¦nico. Se hab¨ªan descubierto ya microorganismos que viven en entornos con este t¨®xico y lo aprovechan energ¨¦ticamente. Pero lo que Wolfe-Simon ha logrado ahora es demostrar que las bacterias pueden sustituir completamente el f¨®sforo por ars¨¦nico -e incluso incorporarlo en el ADN, pero tambi¨¦n en la mol¨¦cula ATP encargada de proporcionar energ¨ªa a la c¨¦lula, o en las membranas celulares- y seguir creciendo de modo estable. En sus experimentos han tomado muestras de las colonias del lago Mono y las han cultivado reemplazando poco a poco en la dieta las sales de f¨®sforo por ars¨¦nico, hasta que los microorganismos sobreviven sin necesidad de fosfatos.
"Nuestro hallazgo nos recuerda que la vida tal y como la conocemos puede ser mucho m¨¢s flexible de lo que pensamos o imaginamos normalmente", ha comentado Wolfe-Simon.
La NASA, los alien¨ªgenas y Wikileaks
Con cuatro d¨ªas de anticipaci¨®n y buenas dosis de misterio, la NASA anunci¨® a principios de semana alg¨²n tipo de descubrimiento importante relacionado con algo alien¨ªgena. No adelant¨® el descubrimiento de Felisa Wolfe-Simon y sus colegas, pero levant¨® las m¨¢ximas expectativas al convocar, a trav¨¦s de su servicio de noticias, una conferencia de prensa sobre "un hallazgo de astrobiolog¨ªa que impactar¨¢ en la b¨²squeda de pruebas de vida extraterrestre". Esto, dicho por escrito, desde luego no pas¨® desapercibido.
La descripci¨®n y detalles del hallazgo estaban sujetos a embargo (noticias que se adelantan a los periodistas pero no se pueden divulgar hasta la fecha fijada por la fuente) por parte de la prestigiosa revista cient¨ªfica Science, como es normal en todos sus n¨²meros de la edici¨®n semanal. Con esta condici¨®n, solo los medios autorizados pudieron comprobar que el art¨ªculo firmado por Wolfe-Simon no conten¨ªa ni una palabra o referencia a vida extraterrestre o siquiera su b¨²squeda.
Pero los rumores de este tipo, una vez puestos en marcha, no se detienen f¨¢cilmente y alcanzan enseguida cotas admirables de amplitud y especulaci¨®n. As¨ª, se ha llegado a decir esta semana que el anuncio de vida extraterrestre por parte de la NASA pretender¨ªa desviar la atenci¨®n mundial volcada en Wikileaks y la filtraci¨®n de los documentos del Departamento de Estado estadounidense.
La bola de nieve ha ido creciendo hasta tal punto que la misma revista Science -y esto s¨ª que es poco corriente- se ha visto obligada el pasado mi¨¦rcoles a enviar a todos los suscriptores de sus comunicados embargados un mensaje aclarando que "las especulaciones, mayormente err¨®neas", acerca de estos resultados que se iba a presentar ayer jueves "claramente no se basan en la investigaci¨®n revisada y evaluada en Science".
La verdad es que ni el art¨ªculo cient¨ªfico de cuatro p¨¢ginas, titulado Una bacteria que puede crecer utilizando ars¨¦nico en lugar de f¨®sforo, ni la nota de prensa de Science, ni siquiera el resumen de divulgaci¨®n para ni?os que suele hacer la revista en casos relevantes, dec¨ªan ni una palabra de vida extraterrestre. En la comunidad cient¨ªfica empez¨® a cundir la curiosidad, pero tambi¨¦n el recelo sobre el misterioso hallazgo.
La NASA anunci¨® en 1996 el hallazgo de pruebas de la existencia de vida en Marte identificadas en un meteorito procedente de ese planeta y encontrado en la Tierra. En aquella ocasi¨®n present¨® el descubrimiento, publicado en Science, el mism¨ªsimo director de la NASA, Daniel Goldin (esta vez no estaba anunciado en la rueda de prensa ning¨²n alto cargo de la agencia). Despu¨¦s se cuestion¨® la interpretaci¨®n de los datos del meteorito, se reanaliz¨® y finalmente los cient¨ªficos constataron que no hab¨ªa pruebas concluyentes de vida extraterrestre.
La rueda de prensa fue finalmente moderada en comparaci¨®n con el sensacional anuncio. Pero la cuesti¨®n es si la agencia espacial estadounidense est¨¢ abusando del que viene el lobo en esto de encontrar rastros de seres vivos en otros mundos.
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