Los controladores en la trinchera
La Guardia Civil identifica a los responsables, reunidos en un hotel
El hotel Auditorium se convirti¨® ayer en el centro secreto de operaciones de un centenar de controladores a¨¦reos. Los trabajadores pasaron el d¨ªa en el que pusieron en jaque las comunicaciones espa?olas escondidos en la sala de conferencias de un hotel cercano al aeropuerto de Barajas. Estuvieron atrincherados en el interior hasta que la noticia sali¨® a la luz y los responsables de la Agencia Espa?ola de Seguridad A¨¦rea (AESA), acompa?ados por agentes de la Guardia Civil de Barajas, se presentaron en el sal¨®n para comunicarles la decisi¨®n del presidente Zapatero de que los militares tomasen el control del tr¨¢fico a¨¦reo.
"?Dad la cara, sinverg¨¹enzas!", gritaba a las puertas del sal¨®n de actos Isabel P¨¦rez, una chica de 21 a?os, que deber¨ªa estar a esas horas en Irlanda. Una treintena de pasajeros afectados por el cierre de Barajas se hospedaban tambi¨¦n en el hotel y no dudaron en increpar a los controladores por su plante. Dentro, los responsables de AESA comunicaban a los trabajadores "las consecuencias legales que tendr¨¢ su decisi¨®n", seg¨²n inform¨® un portavoz de la Guardia Civil. Los agentes se encargaron de identificar sobre las once de la noche a todos los presentes en la reuni¨®n por el posible delito que podr¨ªan estar cometiendo.
Ante posibles altercados, los responsables de AESA, encargados de seguridad de AENA, estuvieron acompa?ados en todo momento por un grupo de agentes de la Unidad de Intervenci¨®n Policial, los conocidos como antidisturbios. Una veintena se despleg¨® por la sala de reuniones y otros cinco controlaban la puerta para que nadie accediese al interior. A la una de la madrugada, un t¨¦cnico de AESA sali¨® de una reuni¨®n con los controladores y dijo que no los habia visto en predisposici¨®n de volver a las torres y que, aparentemente, no se les ve¨ªa enfermos.
Los controladores hicieron la reserva de la sala Pr¨ªncipe Felipe a la una de la tarde. "Ens¨¦?ame tu carn¨¦ de controlador", le dec¨ªan a todo aquel que quisiese acceder al interior. No quisieron si quiera dar su identidad o aclarar qu¨¦ estaban haciendo exactamente dentro. Respond¨ªan con evasivas o directamente inventaban una versi¨®n para despistar. La direcci¨®n del hotel pidi¨® a media tarde a los primeros periodistas que no tomasen fotos, ya que se trataba de una reuni¨®n privada, pero cuando lleg¨® la Guardia Civil y la Polic¨ªa todo se desbord¨®. "?Despidos ya!", se escuchaba de fondo por el pasillo del hotel.
La noticia de que los controladores permanec¨ªan atrincherados en el hotel corri¨® como la p¨®lvora por las redes sociales. Los ¨¢nimos de muchos usuarios estaban caldeados. El hotel llam¨® a la calma en su cuenta de Twitter: "Ante todo, mucha calma, que las cosas no se solucionan con violencia". Algunos viajeros se resignaron y se fueron a su habitaci¨®n sin mostrar su enfado. Chelo Ortega y su hermana Inmaculada, que deb¨ªan estar camino de Katowice para ver a sus hijos que estudian all¨ª, no quer¨ªan remover m¨¢s el asunto: "Ya est¨¢. No hay nada que hacer. Ser¨¢ una an¨¦cdota que contar". Se comunicaban con sus hijos por el videochat de un port¨¢til.
Pero no era lo usual. "Me han arruinado las vacaciones. No me los quiero cruzar por los pasillos", avisaba un pasajero en tierra en la recepci¨®n del hotel. M¨¢s tarde se le ver¨ªa persiguiendo a una controladora que intentaba entrar en el comedor. "?Os quiero ver en el paro a todos por desalmados!". Era cerca de la una de la ma?ana y nadie dorm¨ªa en el hotel Auditorium.
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