Bellos paisajes de seda y lana
Los tapices restaurados de Pastrana lucen en Toledo hasta el 9 de enero
Hace ahora dos a?os la Fundaci¨®n Carlos de Amberes pidi¨® prestado un tapiz del siglo XV a la Colegiata de Nuestra Se?ora de la Asunci¨®n de Pastrana (Guadalajara ) para una exposici¨®n en Flandes. La colegiata generosamente lo cedi¨®, pero, visto el estado de la pieza, la fundaci¨®n opt¨® por renunciar al pr¨¦stamo y se apresur¨® a recaudar fondos para restaurar tanto el tapiz en cuesti¨®n como los otros tres que forman la serie de Las victorias de Alfonso V de Portugal en ?frica.
Hoy, los cuatro tapices ya restaurados pueden admirarse en el Museo de Santa Cruz de Toledo . Hasta aqu¨ª la historia ¨²ltima de los impresionantes lienzos de seda y lana tejidos en Tournai (B¨¦lgica ) entre 1471 y 1475 por Passchier Grenier. Sobre su historia m¨¢s remota hay conjeturas para todos los gustos. Los especialistas, por ejemplo, no coinciden en la cuesti¨®n del encargo. Quiz¨¢s se debiera al mismo rey que en 1471 hab¨ªa conquistado la "opulent¨ªsima" Arcila y T¨¢nger, pero no hay constancia de ello.
Tampoco hay documentaci¨®n que aclare c¨®mo pasaron a manos de la familia Mendoza, que los don¨® a la colegiata de Pastrana en 1667. Se ha especulado que Alfonso V pudo regalarlos al cardenal Mendoza buscando apoyo para su causa y la de Juana la Beltraneja -su segunda esposa- frente a Isabel la Cat¨®lica. Teniendo en cuenta que por el precio de un tapiz se pod¨ªan construir tres carabelas, era un regalo muy persuasivo. No sirvi¨® de mucho, en todo caso, porque los Mendoza se pasaron al bando de los Reyes Cat¨®licos, as¨ª que tambi¨¦n pudo ser que se los apropiaran como bot¨ªn en la batalla de Toro.
Once metros de largo
Los tapices, de unos cuatro metros de altura por once de largo, narran cronol¨®gicamente la campa?a del rey Alfonso en ?frica. El primero de los tres, dedicado a la toma de Arcila, representa el desembarco del Ej¨¦rcito portugu¨¦s junto a la ciudad, que por causa del mal tiempo y de los arrecifes result¨® muy penoso para los lusos. El segundo tapiz muestra el asedio, que gracias a la gran novedad b¨¦lica de la artiller¨ªa solo dur¨® tres jornadas; y el tercero est¨¢ dedicado al asalto final, con el rey alzando la espada. El cuarto tapiz muestra la toma de T¨¢nger, que hab¨ªa sido abandonada previamente por sus pobladores.
En los lienzos predominan los tonos azules, pero tambi¨¦n abundan los rojos y los amarillos, y la profusi¨®n de figuras y de detalles hace que a la admiraci¨®n se sume la maravilla. Las antenas de las naves, las banderas, las ense?as y los gallardetes dan a los cuatro tapices un aire flam¨ªgero, bastante apropiado para acompa?ar un paisaje urbano de gabletes y ventanales que tiene m¨¢s de flamenco que de magreb¨ª. Sin embargo, a la derecha, en el del desembarco, podemos ver mandarinas, y a la izquierda, en el de la toma de T¨¢nger , granadas.
Entre las figuras destacan las del rey y su hijo Juan, pero cabe preguntarse si consiguen hacer sombra a los monos que aparecen en las naves del asedio, al mofletudo trompetero que se asoma por la orilla inferior del asalto o a las tangerinas que salen de la ciudad con canastos en las cabezas y sus peque?os a las espaldas. Sea como fuere, los tapices nos cuentan por qu¨¦ un rey gust¨® de llamarse El Africano. Y aunque no nos lo cuenten, s¨ª nos recuerdan que aquel mismo rey quiso ce?ir la corona de Castilla, pero que no logr¨¢ndolo abdic¨® en su hijo, se recluy¨® en Sintra y se dio a la tristeza.
Las haza?as de un rey. Tapices flamencos del siglo XV en la colegiata de Pastrana. Museo de Santa Cruz. Calle de Cervantes, 3. Toledo. Horarios: de lunes a s¨¢bado, de 10 a 18.30. Domingos, de 10 a 14.00. Hasta el 9 de enero de 2011. Entrada gratuita.
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