La ministra que rompi¨® el florero
En dos a?os, Mara Carfagna ha pasado de ser considerada una pol¨ªtica 'velina' a dirigir la lucha contra el sector de su partido acusado de trabajar con la Camorra
El viernes, la Comisi¨®n de Finanzas de la C¨¢mara de Diputados italiana aprob¨® el decreto de ley sobre la llamada "cuota rosa", que deber¨ªa garantizar a las mujeres un tercio de los puestos en los consejos de administraci¨®n de las empresas estatales que cotizan en Bolsa. La futura ley, si por fin acaba si¨¦ndolo, ser¨¢ el pen¨²ltimo logro pol¨ªtico de Mara Carfagna, la espectacular y vilipendiada ministra de Igualdad de Oportunidades del tambaleante Gobierno de Silvio Berlusconi.
Con su nueva imagen de dulce pero determinada autoridad forjada en estos dos a?os de cr¨ªticas, duro trabajo y aprendizaje pol¨ªtico, Carfagna, una ex corista televisiva y chica de calendario a la que en su d¨ªa muchos acusaron de haber llegado al cargo por v¨ªas poco nobles (gracias a la rendida admiraci¨®n de Il Cavaliere), declar¨® satisfecha el viernes que su propuesta de ley es "justa, importante y equilibrada".
Introdujo el delito de acoso en la legislaci¨®n italiana y ambiciona endurecer las penas contra la prostituci¨®n
Casi nadie lo hubiera imaginado hace dos a?os, cuando unas supuestas escuchas telef¨®nicas, nunca aclaradas, desataron vulgares comentarios sobre su talento para el sexo oral. Nadie hubiera pensado que Mara, o La Carfagna, como se sigue llamando a las mujeres en la machista Italia del siglo XXI, iba a convertirse en una pol¨ªtica de verdad, capaz de llegar a la gente con iniciativas y discursos (m¨¢s o menos) articulados y feministas, y de reivindicar en un pa¨ªs como Italia los derechos de los m¨¢s d¨¦biles y la honestidad de la pol¨ªtica.
Pero la mutaci¨®n de la otrora apocada y casi muda ministra velina (Salerno, 1975) en un tigre parlamentario se ha producido. Carfagna ha sido capaz incluso de enfrentarse a pecho descubierto con Nicola Cosentino, el potente coordinador regional campano del Pueblo de la Libertad (PDL), acusado por la magistratura de dirigir el negocio de la basura en contubernio con la Camorra. Su choque, del que adem¨¢s la ministra parece haber salido ganadora, ha sido seguramente la sorpresa m¨¢s inesperada del reciente y convulso periodo pol¨ªtico italiano.
En las ¨²ltimas dos semanas, la ministra bambola (mu?eca) se ha convertido en Juana de Arco y ha emprendido la cruzada de la legalidad y la transparencia en el sector m¨¢s sucio del pa¨ªs: la basura de N¨¢poles y su regi¨®n. Cuando su partido estaba en plena batalla interna por el dominio de la lucrativa gesti¨®n de los residuos y las huestes de Cosentino (conocido como Nick O'Mericano en la Caserta de los Casaleses) hab¨ªan tomado ventaja, Carfagna mand¨® parar. Anunci¨® que presentaba su dimisi¨®n porque lo que estaba viendo en Campania no le gustaba "nada". Declar¨® que abandonaba el Gobierno y que el pr¨®ximo d¨ªa 15, solo uno despu¨¦s de la prevista moci¨®n de censura contra Berlusconi, dejar¨ªa tambi¨¦n el Parlamento y el partido.
Carfagna denunci¨® que el sector del PDL dominado por Cosentino era un "mero comit¨¦ de negocios" af¨ªn al crimen organizado y que estaba metiendo las manos en el borrador del decreto ley que debe garantizar la construcci¨®n de varias incineradoras en Campania para resolver la emergencia.
Su acusaci¨®n pill¨® por sorpresa a todos, y muchos en el PDL prefirieron no escucharla. Quiz¨¢ porque la clase pol¨ªtica est¨¢ habituada a ver a Carfagna solo como la vedette que en 2007 provoc¨® la primera gran crisis matrimonial de Berlusconi y Ver¨®nica Lario, cuando, mientras presentaba una gala de los premios Telegatti, Il Cavaliere le espet¨® en p¨²blico: "Si no estuviese casado, me casar¨ªa con usted inmediatamente".
Algunos miembros del partido denigraron sus amenazas como un capricho. Y quisieron ver en su protesta un posible trasfondo sexual. De la campa?a de descr¨¦dito se encarg¨® su propia compa?era de partido y nieta del Duce, Alessandra Mussolini, otra ex chica de calendario. Durante una sesi¨®n del Congreso, la diputada fascista sac¨® el m¨®vil del bolso, tom¨® una foto que mostraba a Carfagna en actitud amistosa con Italo Bocchino, portavoz y n¨²mero dos del ex aliado de Berlusconi Gianfranco Fini, y la distribuy¨® a la prensa de la derecha, que clam¨® al un¨ªsono: "?Traici¨®n! La Carfagna y El Bocchino (palabra que significa fellatio en argot) tienen un l¨ªo. No sabemos si pol¨ªtico o sexual, pero un l¨ªo".
A Carfagna no se le movi¨® un pelo. Se limit¨® a afirmar que Mussolini era una vajassa, grave ofensa que en N¨¢poles significa "mujer descompuesta y vulgar, inclinada al cotilleo y a la bronca". Y as¨ª se abri¨® la llamada crisis de las vajasse.
Las otras ministras, Mariastella Gelmini (Educaci¨®n) y Stefania Prestigiacomo (Medio Ambiente), apoyaron a Carfagna y secundaron sus reivindicaciones. La revuelta forz¨® al primer ministro a corregir su valoraci¨®n inicial ("todo eso es puro cotilleo, y si Mara dimite, no me preocupa nada") y Berlusconi se sent¨® a escuchar las razones de su ministra, aunque probablemente su peri¨®dico, Il Giornale, estaba ya preparado para calificarla, como hizo en su d¨ªa con Ver¨®nica Lario, como "velina ingrata".
La reuni¨®n fue un espaldarazo para Carfagna. Lo que ella ped¨ªa no era la cabeza de Cosentino en bandeja de plata. Sino que su corriente no tuviese plenos poderes en las provincias. Al final, parece que la nueva ley de las basuras quitar¨¢ poder a las provincias y se los dar¨¢ a la regi¨®n, que hoy preside el joven gobernador Stefano Caldoro, gran enemigo de Cosentino.
Carfagna sali¨® satisfecha de su reuni¨®n con Berlusconi, diciendo que el jefe le hab¨ªa "entendido en todo", y retir¨® su dimisi¨®n. Ahora est¨¢ lista para llevar adelante la guerra por la renovaci¨®n del PDL en Campania.
A cuestas con su pasado, y con sus estudios de piano y su t¨ªtulo de abogada como bagaje, no ser¨ªa tan extra?o que la ex velina que quiso ser Miss Italia 1997 se acabe convirtiendo en la revelaci¨®n de una derecha en plena desbandada. De momento, ha introducido el delito de acoso en el ordenamiento italiano, y su ambici¨®n inmediata es endurecer las penas contra la prostituci¨®n, al menos contra la que se ejerce en lugares p¨²blicos. Y aunque ha negado que vaya a ser candidata por la alcald¨ªa de N¨¢poles, quiz¨¢ el futuro le reserve cotas m¨¢s altas.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.