De 'disc jockey' a presidente
?chenle la culpa a la cultura de la celebridad: ante el descr¨¦dito universal de los pol¨ªticos, cualquier cara conocida con un discurso populista sirve para despertar ilusiones y movilizar a una ciudadan¨ªa irritada. Sweet Micky, cantante de kompa, aspira a salvar Hait¨ª. Ya hay un dj ocupando la presidencia de Madagascar. Una isla m¨¢s extensa que Espa?a, con 20 millones de habitantes. El prenda se llama Andry Rajoelina y -atenci¨®n- tiene 36 a?os.
En los noventa, Rajoelina dominaba la noche de Antananarivo. Animaba con sus platos las discotecas de la juventud dorada de la capital. Tambi¨¦n montaba Live!, eventos multitudinarios rigurosamente segregados por precios: un recinto para el p¨²blico vip, otro para la gran masa. Su m¨¢ximo logro: haber tra¨ªdo a Boney M a Madagascar. DJ Andry no es precisamente un moderno.
Y mejor no sorprenderse. Cuando viajas a los pa¨ªses calientes, incluso esos que poseen infinitos tesoros culturales, descubres que sus burgues¨ªas suelen mostrarse aberrantes en gustos musicales: su idea de la modernidad pasa por asimilar los detritos del pop occidental. Recuerdo el desprecio de un alto funcionario cubano, en una sobremesa alcoh¨®lica: "Ustedes est¨¢n locos. Tienen al mejor cantante del mundo y se vienen aqu¨ª, a escuchar a unos negros holgazanes. ?No les basta con Julio Iglesias?".
Con su carita de ni?o bueno, Andry protagoniz¨® una ascensi¨®n imparable. Tras su matrimonio, entr¨® en la ¨¦lite malgache. Prosper¨® con emisoras de radio y televisi¨®n, negocios publicitarios. Transform¨® su pandilla juvenil (Troup Gun's Val) en grupo pol¨ªtico, Tanora Malagasy Vonona (J¨®venes Malgaches Preparados). TGV, adem¨¢s, son las iniciales francesas de Tren de Alta Velocidad.
Andry TGV inici¨® su asalto al poder en 2007. Conquist¨® la alcald¨ªa de la capital y se encontr¨® con las arcas municipales vac¨ªas. Se enfrent¨® con el presidente del pa¨ªs, que clausur¨® sus emisoras. Los partidarios de Andry se manifestaron; aquello degener¨® en incendios y saqueos, con docenas de muertos.
Acelerando: tras un coup d'¨¦tat en marzo de 2009, Rajoelina, hijo de militar, fue aupado a presidente de un Gobierno de transici¨®n. All¨ª se mostr¨® implacable: como buen dj, rechaz¨® las "peticiones de canciones" (gestos hac¨ªa sus enemigos) que le lanzaban EE UU o la antigua potencia colonial, Francia; cuenta con el respaldo de China, interesada en los recursos madereros malgaches.
El pasado 17 de noviembre, Rajoelina convoc¨® un plebiscito para aprobar una reforma constitucional que le permitir¨ªa legitimar su puesto en unas futuras elecciones: baja la edad m¨ªnima para aspirar a la presidencia, de 40 a 35 a?os. Es el l¨ªder de la muchachada: permiti¨® que votaran j¨®venes a¨²n no inscritos en los registros. La oposici¨®n, con sus l¨ªderes en el exilio, opt¨® por el boicoteo y Rajoelina gan¨® c¨®modamente.
Coincidiendo con el refer¨¦ndum, hubo un cuartelazo dirigido por coroneles descontentos. T¨ªmidos e ineficaces, los rebeldes ni siquiera salieron de su base y terminaron rindi¨¦ndose ante las fuerzas leales a Rajoelina. Sin embargo, no cuesta mucho anticipar el desenlace de esta tragicomedia malgache: en ?frica, los ambiciosos que recurren al golpe de Estado terminan siendo v¨ªctimas del mismo m¨¦todo. Con suerte, DJ Andry salvar¨¢ la piel refugi¨¢ndose en la Embajada francesa. Caso contrario, terminar¨¢ pinchando en esa discoteca tan concurrida llamada El Infierno de los Dictadores.
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